El futuro será verde o no será. Es quizás una de las afirmaciones más repetidas estos días entre los participantes del III Encuentro de Economía Circular, organizado por la Diputación de Gipuzkoa y que por primera vez y respondiendo a la situación sanitaria provocada por el covid-19, se está desarrollando de manera online. Entre los más de 500 profesionales de más de 15 países que están participando en el encuentro, la de hoy ha sido una jornada que ha permitido conocer las buenas prácticas que se están desarrollando en Gipuzkoa en materia de economía circular.

En 2016, el departamento de Medio Ambiente impulsó GK recicling, el clúster del reciclaje que en apenas cuatro años congrega a más de 150 empresas locales involucradas con la sostenibilidad ambiental. Plastigaur, Seigarbost, Tecnalia o Campezo son algunos ejemplos de firmas que han apostado por la innovación para dar pasos firmes en materia de economía circular y esta mañana han compartido su experiencia en este ámbito.

Plastigaur, tres décadas en Andoain

Plastigaur se asentó en Andoain hace tres décadas como empresa dedicada al tratamiento del plástico, especialmente dirigido al sector alimentario y en los últimos años, han centrado sus esfuerzos en tratar de lograr materiales reutilizables que a su vez puedan ser reciclables de manera rentable. “La economía circular abarca toda la cadena de valor para convertir los residuos en recursos. La escasez de recursos nos obliga a buscar oportunidades de negocio. La innovación será un catalizador de la economía circular y viceversa”, defiende la responsable de sostenibilidad y medio ambiente de Plastigaur, Andrea Sánchez, que explica que para abordar los problemas ambientales que presentan los materiales plásticos, es necesario invertir en el ecodiseño: “Muchos de los impactos ambientales pueden evitarse en la fase de diseño. El primer paso sería conocer cuáles son los impactos a eliminar y eso se hace mediante el cálculo de la huella ambiental corporativa y del producto. Eso nos permite atacar aquello que más tenemos que reducir”

"No se trata de solucionar un problema de residuos creando otro de emisiones", explica Andrea Sánchez

“Trabajar con el prejuicio de que el plástico no es un material circular no es fácil. Adaptarse a todos estos problemas no ha sido fácil. Se tiene la idea de que hay que prohibir los plásticos. No se trata de solucionar un problema de residuos creando otro de emisiones. Hay que mejorar la gestión. Nos van surgiendo nuevos obstáculos, pero se trata de demostrar capacidad de adaptación y convertir las amenazas en oportunidad”, apunta Sánchez.

Para ello, trabajan en soluciones tecnológicas que permitan el reciclaje de los productos que fabrican. “Tenemos que crear productos fácilmente reciclables que no generen confusión y para eso la herramienta clave es conocer los impactos que tienes que eliminar mediante el ecodiseño”, defiende.

Tecnalia: apuesta por la recuperación

En Tecnalia, el futuro pasa por la innovación para la recuperación, principalmente, de los considerados materiales críticos y es que la dependencia de la Unión Europea con respecto a otros países para lograr materias primas es muy elevada. “La UE está trabajando la valorización y recuperación de materiales críticos porque es importante ser independiente en la generación y producción de nuevos materiales con respecto a otros países. Ahora mismo, los metales para la fabricación de coches se importan desde Rusia o Sudáfrica, el cobalto de las baterías de los móviles se encuentra en El Congo…”, explica Guillermo Pozo.

"Trabajamos diferentes tecnologías para convertir esos desechos en recursos", asegura Guillermo Pozo

Por ello, desde Tecnalia se está desarrollando la tecnología necesaria para lograr recuperar esos materiales de productos ya fabricados. “Se están financiado proyectos para recuperar los metales de los catalizadores de coches, aparatos electrónicos o recursos mineros, o se están intentando reciclar las baterías de los móviles para recuperar el cobalto”, cuenta a modo de ejemplo. “Estos materiales son muy costosos y por eso reciclarlos y recuperarlos supone un beneficio directo porque desarrollamos la economía del país. Repercute positivamente en nuestra economía”, asevera, al tiempo que añade: “Trabajamos diferentes tecnologías para convertir esos desechos en recursos”. “Nuestro objetivo es desarrollar procesos económicamente efectivos para reducir los costos de vertedero a través de la reutilización de estos recursos”, añade.

Campezo, apuesta por el I+D

En en grupo Campezo también llevan años preocupados en la forma de reducir el impacto ambiental que tiene el sector de la construcción. Según ha expuesto la explicado la responsable de estrategia ambiental del grupo, Ainhoa Sánchez, todavía hay 42 billones de toneladas de minerales que se extraen para la utilización en la construcción. En Euskadi, el nivel de importanción alcanza el 70% de la materia prima utilizada, por lo que en Campezo son conscientes de que “el flujo de reciclaje es insuficiente respecto al consumo general de materiales que tenemos”.

"Tenemos un proyecto de descarbonización del conjunto de nuestras empresas", avanza Ainhoa González

Para dar una solución al déficit actual, Campezo ha creado un departamento de I+D “potente” que “busque soluciones e incorpore residuos de otros procesos” a su propio proceso de fabricación. El objetivo es lograr que el 47% de los materiales empleados sean reciclables, algo que Sánchez califica como “un hito”. “Estamos en plena fase de desarrollo e implementación. Tenemos un proyecto de descarbonización del conjunto de nuestras empresas, nos estamos alineando con las estrategias europeas, somos gestores de nuestro propio residuo, pero queremos llegar al residuo cero. No tengo ni la más mínima duda de que la economía circular, además de ser la apuesta de futuro, es una ventaja competitiva, y estamos en el camino. Es el momento, porque las empresas o somos sostenibles o no seremos”, sentencia.

Seigarbost y el control remoto de los contenedores urbanos

Pero no solo la industria necesita de procesos innovadores para avanzar en la economía circular. También la administración necesita invertir en nuevas soluciones que permitan gestionar mejor los residuos que se generan. Y para ello cuenta con un aliado el Seigarbost, que desarrolla sistemas integrales de control remoto del uso de los contenedores de residuos urbanos. “Fabricamos sistemas de control de gestión de contenedores de residuos urbanos. El objetivo es obtener los datos de uso de los contenedores para que las administraciones puedan gestionar más eficientemente el sistema de recogida de residuos”, explica el CEO de la compañía, Luis Zufiria.

"“Si cuanto más generas más pagas, la gente se conciencia más", ejemplifica Luis Zufiria

“Cuando se implanta un sistema de control de uso hay una concienciación súbita de la ciudadanía, que empieza a preocuparse por esto y la mayoría se suma de buen grado. La consecuencia inmediata es el incremento de la separación en origen. Son resultados inmediatos aunque con matices. En la materia orgánica, al inicio hay una tasa de impropios que hay que trabajar. Pero se consiguen dominar relativamente fácil. Si separamos adecuadamente, la fracción resto se reduce notablemente y esto se traduce en un ahorro por vertido o incineración”, cuenta.

La tecnología desarrollada por Seigarbost permite a la administración obtener los datos del uso de los contenedores, de forma que el sistema de recogida de residuos se gestione más eficientemente. “Este sistema bien gestionado supone un ahorro para la administración, porque el conseguir separar apropiadamente los residuos implica una reducción de la factura que hay que abonar por el tratamiento del residuo”, señala.

Con respecto al futuro, Zufiria lo tiene claro: el camino va a hacia el pago por generación. “Si cuanto más generas más pagas, la gente se conciencia más. Para eso esta herramienta tiene una gran utilidad, pero va a necesitar de la colaboración de los fabricantes de contenedores para limipar el volumen y el peso que se deposita”, y augura que “es posible que en los próximos meses haya una solución” que se pueda implantar en Gipuzkoa.

Además, celebra que el territorio ha abierto el camino a otras comunidades que están explorando la vía de mejorar su eficiencia en la gestión de los residuos. “Hay una concienciación paulatina de las demás regiones y percibimos mucho interés con lo que ya hemos hecho aquí en Gipuzkoa para conseguir nuestros resultados”, asegura.