- Se sienten los grandes olvidados de una pandemia. Los profesionales del sector nupcial estiman que si la actividad no repunta y las ayudas no llegan, cerca del 80% del sector podría verse destruido en el primer semestre del año. Es más, creen que si 2021 fuese como 2020 "nos podríamos exponer a una extinción total del sector nupcial". "Ninguno de nosotros podemos aguantar otro año como 2020. Muchos han sobrevivido con créditos ICO que tienen que empezar a devolver en 2021, si no trabajan no van a poder devolverlos", explica el presidente de la Asociación de Profesionales del Sector Nupcial de Euskadi, Alex Muñoz, que añade: "Está habiendo muchos profesionales, algunos de ellos de renombre, que han tenido que cerrar, alguna wedding planner que ha tenido que reciclarse por otro lado".

La segunda ola y las restricciones que contrajo supuso la puntilla definitiva a estos profesionales que el pasado año cerraron su ejercicio más horrible. "La facturación media de todos los asociados ha caído un 92% y hay algún caso puntual que tiene unas pérdidas del 96%", expone. Y ahora, casi un año después, siguen sin ver la luz en el oscuro túnel que están atravesando desde que el covid-19 irrumpió en nuestra vida.

De momento, el primer paso está dado: los profesionales del sector han constituido, hace apenas un mes, una asociación que unifique sus demandas y represente sus intereses. Ahora buscan reunirse con el Gobierno Vasco para, primero, negociar con la viceconsejería de Consumo ayudas públicas para paliar su situación y, segundo, para elaborar junto con la consejería de Salud un protocolo de bodas seguras para los enlaces del presente año.

"Nos sentimos completamente olvidados por las instituciones. Nos está costando horrores que nos atiendan. Lo único que pedimos es sentarnos a hablar porque somos una asociación que representa a un montón de profesionales. Somos un sector que en el País Vasco mueve más de 1.000 puestos de trabajo directos y, si contamos con los indirectos, llegamos a los 6.000. Y facturamos más de 500 millones de euros al año", recuerda Muñoz.

El catálogo de profesionales afectados es variopinto: "Tenemos fotógrafos expertos en boda que para sacar otro tipo de fotografías se tienen que formar, además de conseguir otra cartera de clientes; también los atelieres de vestidos de novia y sastres; están los DJ de bodas; también los propietarios de fincas que, además, están en un limbo, porque no se les considera hostelería, sino como alquiler de espacio para eventos y entonces se han quedado sin poder acceder a las ayudas de hostelería; también hoteles y restaurantes muy especializados en bodas, que muchos de ellos están en parques naturales, en el monte, a los que la gente no va normalmente a comer. Y montadores, electricistas, iluminadores, floristas o wedding planners, que es un servicio que cada vez se contrataba más y se han quedado todas en la estacada".

Todos estos nichos profesionales tienen un código diferente en el Código Nacional de Actividades Económicas (CNAE), lo que supone un "hándicap" a la hora de abordar el problema. Por ello, a través de los gobiernos autonómicos, trabajan para requerir al Gobierno central a que cree un CNAE propio del sector nupcial.

Asimismo, en estos instantes, trabajan a contrarreloj para tener concluido en el mes de marzo un protocolo de bodas seguras, que están llevando a cabo en colaboración con epidemiólogos y científicos. "Cuenta, por ejemplo, con test de antígenos previos al evento, limpieza de manos antes de entrar, limpieza con máquinas de ozono en los espacios cerrados antes y después de cada evento... El sector está absolutamente volcado con el hecho de poder hacer bodas seguras", remarca el presidente de la asociación.

De hecho, lanzan un mensaje de tranquilidad a aquellas parejas que estén pensando en darse el sí quiero este año y recuerdan que el pasado verano "se hicieron bodas prácticamente normales, con mascarilla y metro y medio de separación entre mesas", algo que estiman que puede volver a producirse este año: "En el peor de los casos sucedería lo mismo, y en el mejor de los casos, si tenemos la vacuna aunque vaya lenta, puede ayudar a que la situación se vaya normalizando, entendemos que para mayo se podrían empezar a hacer bodas con cierta normalidad".

Además, entiende que estas medidas de seguridad exigidas por el momento sanitario que estamos viviendo no tienen por qué encarecer el evento, ya que "estos gastos puedan ser subvencionados en parte por el Gobierno Vasco".

La Asociación de Profesionales del Sector Nupcial insiste en que celebrar una boda es completamente viable y seguro. Sin embargo, entienden el temor al que se enfrentan los novios y ese miedo deriva, en la mayoría de ocasiones, en cancelaciones. "Durante el confinamiento, con las malas noticias, y como el ser humano es cortoplacista, se cancelaron las bodas. Y aunque en verano la situación fue buena y parecía que la sociedad se olvidaba de todo este problema, las bodas ya se habían aplazado y no había marcha atrás. Es un poco lo mismo que está sucediendo ahora", cuenta Muñoz.

Los números hablan por sí solos. La empresa de Muñoz organiza cada año 300 bodas, que en 2020 se redujeron a 14. "Cabe recalcar que las que se han hecho han sido bodas en las que la gente se lo ha pasado súper bien, las parejas no se arrepienten para nada de haberse casado. Hemos hecho directos de estas parejas para otras parejas que están pensando en casarse en 2021 en los que los animan, fomentando la tranquilidad", insiste.

Además, la pandemia también ha dado al traste con una nueva moda que estaba en auge en Euskadi: las destination wedding, bodas de personas extranjeras de alto nivel adquisitivo, principalmente de EEUU, Canada o India, que escogen la CAV para casarse sin tener ninguna vinculación familiar o sentimental con el lugar del enlace, más allá de que están "enamoradas de Euskadi". "El año pasado hicimos ocho destination weddings. Es algo que iba en aumento y parece que los políticos no ven que es dinero limpio que va directamente a los impuestos de la Hacienda vasca", indica Muñoz.

Con todo, desde la asociación de profesionales del sector confían en que poco a poco se vayan dando pasos que les permitan trabajar. "Ahora mismo tampoco estamos exigiendo que nos permitan hacer bodas, pero sí estamos pidiendo que nos podamos reunir con el Gobierno Vasco y podamos afrontar el tema de las ayudas y el protocolo", sentencia Muñoz.

"La facturación media ha caído un 92% y hay algún caso puntual que tiene unas pérdidas del 96%"

Pres. de la Asociación de Profesionales del Sector Nupcial de Euskadi