- El fotógrafo guipuzcoano Kote Cabezudo, investigado por distintos delitos de índole sexual y estafa a una veintena de modelos en diferentes causas abiertas en su contra en los juzgados de Donostia, se enfrentará a tres nuevos juicios en los primeros meses del próximo año.

El denominado caso Cabezudo es un complejo asunto judicial con una causa principal, iniciada en 2013, en la que el fotógrafo se halla procesado por la posible comisión de 47 delitos, varios de ellos contra la libertad sexual de sus modelos, y de la que cuelgan múltiples pequeñas causas desgajadas.

Hasta el momento, el fotógrafo ha sido condenado en firme en una de estas piezas separadas, a dos años y tres meses de cárcel, por tratar de "intimidar" a una testigo colgando en una red social una fotografía suya desnuda.

Además, una segunda condena a cinco meses de prisión -por aportar a la Justicia contratos falsificados para simular que una de sus modelos era mayor de edad-, se encuentra recurrida en apelación ante la Audiencia de Gipuzkoa.

A la espera aún de fecha para la celebración de la vista oral de la causa matriz, Cabezudo deberá afrontar en los próximos meses los juicios de otros tres asuntos que aún penden del principal.

En el primero de ellos, que tendrá lugar en enero, la Fiscalía de Gipuzkoa solicitará para él nueve meses de reclusión, por presuntamente intentar borrar imágenes de un servidor informático antes de que la Ertzaintza pudiera acceder a él con el fin de obtener pruebas para la investigación del caso.

Los hechos se remontan al 30 de julio de 2014 cuando, según la versión del Ministerio Público, la Er-tzaintza registró el domicilio del fotógrafo con la intención de "incautar los soportes informáticos" de posibles imágenes y vídeos pornográficos.

No obstante, a pesar del registro realizado por la Policía en su vivienda, el procesado presuntamente "mantenía" más "material fotográfico y videográfico" de sus supuestas víctimas en dos páginas web alojadas en un servidor de Internet que gestionaba su informático.

Con el fin de acceder a este material y "obtener posibles indicios de criminalidad" contra Cabezudo, el 29 de enero de 2017 la Ertzaintza solicitó mediante telefax la correspondiente autorización judicial "para realizar un análisis forense remoto" del servidor en el que se alojaban las páginas.

De esta manera, "conocedor de los tiempos de reacción más lentos de un juzgado", el fotógrafo presuntamente aprovechó el traslado de esta diligencia que se le dio a través de su procurador para, supuestamente, escanear el telefax de la Ertzaintza.

A continuación, presuntamente adjuntó este documento a un correo electrónico que envió el 1 de febrero para reclamar que, al igual que demandaba la Policía, se le facilitaran los "usuarios y claves de acceso total a la información que pudiera haber guardada en el servidor" con la presunta intención de "borrarla", entorpeciendo así la labor judicial.

En el segundo juicio, señalado para febrero, el inculpado se enfrenta a una petición fiscal de ocho meses por presuntamente mostrar una foto "de corte erótico" de una joven en una red social, a pesar de que dos resoluciones judiciales previas le habían ordenado retirar de internet "todo el material fotográfico o videográfico" que tuviese relacionado con sus presuntas víctimas.

Finalmente, la tercera vista -muy similar a la anterior y que se celebrará en abril con una petición fiscal de nueve meses de reclusión-, se sustanciará por un presunto delito de desobediencia grave a la autoridad, al no respetar la orden judicial de hacer desaparecer cualquier vídeo o imagen de una de sus presuntas víctimas que pudiera tener en sus páginas web o en cualquier "perfil público de una red social" en el que apareciera la perjudicada.

Aunque Cabezudo ya ha sido condenado en firme en una de estas causas, su situación en la cárcel donostiarra de Martutene todavía es de prisión provisional, prorrogada por la Audiencia de Gipuzkoa el pasado mes de abril, lo que le impide acceder a beneficios penitenciarios, como permisos y situaciones de semilibertad, con el fin de evitar, entre otros motivos, que el inculpado pueda "situarse fuera del alcance de la justicia".

En enero, se enfrenta a una causa por tratar de borrar imágenes de un servidor informático antes de que la Ertzaintza accediera a él

En febrero se le juzgará por mostrar una foto erótica de una joven en una red social y en abril, por desobediencia grave a la autoridad