- La vacuna contra el COVID-19 desarrollada por la universidad inglesa de Oxford con la farmacéutica AstraZeneca ha demostrado una eficacia de hasta el 90% y se conserva fácilmente, lo que facilitaría su distribución a nivel global. Además, al no buscar obtener beneficios empresariales sino ceñirse a cubrir los costes de producción, el precio por dosis, que ronda los 2,7 euros, es mucho más barato que el de las inoculaciones de empresas como Pfizer o Moderna, con precios de 17 y 43 euros, respectivamente.

Estas dos últimas tienen también en su contra el difícil transporte a temperaturas en torno a los 80 grados bajo cero y que la OMS duda de la respuesta inmune a largo plazo que generaría el método sin precedentes que han utilizado. Cabe señalar que los ensayos más estrechamente ligados a la supervisión de la organización internacional son los de la sociedad Oxford-AstraZeneca.

A medida que sus pruebas avanzan, los datos resultan más concluyentes. Ayer, responsables de la empresa sueco-británica presentaron resultados preliminares de la tercera fase de las pruebas clínicas, que se suman a los datos anteriores que indicaron que el preparado es seguro para personas de edad avanzada y genera una respuesta inmune en todos los voluntarios. En la fase 3, el equipo liderado por Andrew Pollard y Sarah Gilbert halló que, entre 24.000 voluntarios en el Reino Unido, Brasil y Sudáfrica, hubo 131 casos de COVID: 30 en personas que habían recibido la vacuna, y 101 en el grupo de control al que se administró una inyección inocua.

Según señalaron en un comunicado, esto significa que la vacuna ofrecida en dos dosis, preparatoria y de refuerzo, es efectiva en una media del 70,4%, si bien la variación en la cantidad de cada dosis incide en el resultado. Así, cuando se administra media dosis seguida de una completa, el nivel de eficacia de la vacuna asciende al 90%, además de que parece reducir la transmisión, y desciende al 62% cuando los voluntarios reciben dos dosis enteras del antídoto, que se elaboró a partir de la modificación genética de un virus común de resfriado que afectaba a chimpancés.

El ministro británico de Sanidad, Matt Hancock, adelantó ayer que la agencia reguladora de medicinas y productos sanitarios analizará en breve, con vistas a aprobarla, la dosificación que ofrece la máxima protección y que ha generado gran entusiasmo entre la comunidad científica.

En el comunicado, Pollard destacó que uno de sus "regímenes de dosificación podría ser efectivo en aproximadamente un 90%" y, si se usara esa pauta de 1,5 dosis, "más gente podría ser vacunada con el suministro de la vacuna planeado".

En una presentación posterior a la prensa, reconoció que ese resultado, extrapolado de un grupo de 3.000 voluntarios, requiere de más análisis, aunque aventuró que podría deberse a que una dosis más baja de entrada "prepara mejor" al sistema inmunológico de cara a una siguiente dosis completa.

"Lo que no sabemos en este momento es si la diferencia radica en la calidad o en la cantidad de la respuesta inmune", afirmó, para añadir que su equipo examinará esta incógnita en las próximas semanas. Por su parte, Gilbert, profesora de Vacunología en Oxford, coincidió en que, al empezar con una dosis menor, quizás se esté activando de manera más eficiente la respuesta inmune, pero apuntó que "queda trabajo por hacer".

El director ejecutivo de AstraZeneca, Pascal Soriot, declaró que el régimen que ofrece una eficacia del 90% "es una buena noticia", porque, al utilizarse menos preparado, significa que más gente podría ser vacunada antes. Consideró que los datos estadísticos disponibles, aunque limitados, son suficientes para que esta dosificación reciba la aprobación de los reguladores dentro y fuera del Reino Unido, que podrían aceptar eventualmente varios programas con la misma vacuna.

Llegan los primeros pasajeros con PCR. Los aeropuertos españoles recibieron desde primera hora de ayer a los primeros viajeros procedentes de países de riesgo por coronavirus a los que se exige una prueba PCR negativa, realizada obligatoriamente 72 horas antes de su llegada, para poder entrar en España. Todos los aeropuertos pueden efectuar test de antígenos, con resultados rápidos, para aquellos pasajeros que no se hubieran sometido a la PCR. Esquivar la norma tiene su coste, porque está previsto multar a quienes lleguen a los aeropuertos sin la preceptiva prueba realizada. Solo en los aeropuertos de Alicante y Valencia hay 16.800 y 8.800 test de antígenos para verificar, en apenas una hora, que los pasajeros que se salten la obligación de la PCR no están contagiados.

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Sigue bajando este indicador, que mide el número de personas con COVID-19 por cada 100.000 habitantes teniendo en cuenta los infectados en los últimos catorce días. El estado de alarma se levantará por debajo de los 25.

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