os tiendas de campaña delante del albergue que gestiona Cruz Roja en Irun. Miembros de Irungo Harrera Sarea instalaron durante la tarde de ayer esas dos tiendas para visibilizar y protestar por la situación de exclusión en la que se encuentran dos mujeres, migrantes en tránsito, que llegaron a la ciudad en la medianoche del jueves al viernes.

Como explica una de las integrantes de la red de acogida, Josune, que prefiere no dar su apellido, las dos migrantes viajaban a París en un coche compartido al que habían accedido a través de la aplicación BlaBlaCar, cuando el conductor las dejó en Irun. Una vez en la ciudad, la Policía Local las identificó y fueron llevadas a comisaría. Tras registrarlas, los agentes las pusieron en libertad y, según Josune, "ni las acompañaron ni les informaron de que podrían tener acceso al albergue de la Cruz Roja".

Aunque la intención de las mujeres era continuar su tránsito hacia el Estado francés, con la situación de la pandemia el país galo ha redoblado el control fronterizo para migrantes, que actualmente lo tienen muy difícil para cruzar la muga debido a la intensiva vigilancia de los gendarmes. Así, como explica la miembro de la red de acogida de Irun, la imposibilidad de pasar la muga está provocando que migrantes que no cumplen con los requisitos para acceder a los recursos para pernoctaciones de Irun se tengan que quedar a este lado de la muga y además en la calle, como en el caso de estas dos mujeres y, temen, puedan ser muchos más casos los que se den en los próximos días.

Por ello, y teniendo en cuenta que la situación se alargará durante al menos una quincena, Irungo Harrera Sarea solicitó a Cruz Roja ayer por la mañana que rebajase las condiciones de acceso al albergue al menos mientras las restricciones pandémicas retengan a las personas migrantes a este lado de la muga. En palabras de Josune, la respuesta de la Cruz Roja fue "que no veían motivos para cambiar los criterios de acceso al dispositivo". Por ese motivo y a modo de protesta, los miembros de la red decidieron instalar a escasos metros de la puerta del albergue las dos tiendas de campaña en las que, al menos, puedan pernoctar ambas mujeres.

Y es que la situación en la que se encuentran las dos migrantes imposibilita que cumplan con el toque de queda que actualmente está vigente en Euskadi entre las 22.00 y las 6.00 horas. "Está prohibido estar en la calle, pero si se es migrante no importa. A ellas no les han dado ninguna alternativa, a pesar de todo se tienen que quedar en la calle", denunciaba ayer Josune.

Cuestionada sobre cuáles son los criterios de acceso al dispositivo, la irundarra explica que las condiciones que impiden que las migrantes puedan usar el albergue son, por un lado, el hecho de que los usuarios no pueden llevar más de seis meses en el Estado y, por otro, que no pueden haber sido deportados por Francia. En estos momentos, sin embargo, denuncia que "no es difícil superar esa barrera de seis meses teniendo en cuenta que llevamos en pandemia y con restricciones de movilidad desde marzo".

"Últimamente estamos viviendo en la incertidumbre, pero si esta situación se alarga y no se permite que continúen su trayecto hacia Francia y el resto de Europa, los migrantes van a empezar a quedarse en Irun y no vamos a permitir que duerman en la calle", añadía para dar cuenta de que la red está teniendo contactos con el Ayuntamiento de Irun y que próximamente celebrará un encuentro para tratar de atajar una solución.