- Euskadi encara su mes de noviembre más duro con las restricciones más severas desde marzo. Vetos estrictos motivados por la mala evolución de la pandemia que el viernes volvió a evidenciar que la curva de contagios continúa en ascenso y la presión asistencial cada vez es mayor. Los datos son, un día más, dramáticos. La transmisión comunitaria está disparada y el viernes se alcanzó una tasa de infección del 11,45%, la más alta registrada hasta la fecha. Además hay 119 pacientes en estado muy grave ingresados en las Unidades de Críticos que ya alcanzan el 40% de ocupación de camas en Intensivos. Para percatarse de la peligrosa situación, no hay más que analizar la evolución de pacientes en UCI, que el pasado 27 de octubre eran, por ejemplo, 75 y hace dos meses, apenas 40.

Con la luz roja del semáforo covid encendido en buena parte de los grandes municipios de la comunidad, la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, cree que hay que doblegar ya la curva y hacerlo de manera contundente. Por eso, ayer señaló que “los nuevos datos corroboran la decisión del Gobierno Vasco de endurecer y aumentar las medidas restrictivas, con el objetivo de cortar la transmisión del virus”. “Si queremos evitar el colapso del sistema sanitario y poder llegar a las navidades en las mejores condiciones debemos actuar hoy y ahora. Pido a todas las personas que restrinjamos al máximo nuestra vida social y movilidad porque de lo contrario estaremos condenados al confinamiento”, remarcó.

Se avecinan días duros en el ámbito sanitario. Y así lo van transmitiendo las autoridades de Lakua. En una semana que acumula cerca de 10.000 contagios, Euskadi detectó el viernes otros 1.445 nuevos infectados. Pero además, la tasa de positividad pulverizó todos los récords, al situarse en el 11,45%. El indicador de transmisión del virus tocó el techo de esta segunda ola el miércoles con el l0%, el doble del umbral recomendado por la OMS, al tiempo que Araba y Gasteiz entraban en la llamada zona roja en la que ya estaban Bizkaia, Gipuzkoa y sus capitales.

Mientras que la consejera Sagardui reitera que “de los comportamientos individuales depende la salud e incluso la vida de muchas personas”, la situación en los hospitales se agrava paulatinamente. Solo el viernes ingresaron 84 personas con covid en planta y 119 enfermos de coronavirus permanecen en las UCIs, ocho más que el jueves.

El portavoz del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria, ya advirtió el día en que el LABI decidía el cierre de bares y restaurantes y el adelanto a las diez de la noche del toque de queda, sobre los “altos y graves” niveles de contagio. “Bastantes de los que ahora están contagiados, tendrán que acudir a hospitales y UCI, y tenemos muchos. Por lo tanto, es lógico pensar que en unas semanas esa presión será más notable y más dura”, reconvino.

Además, consideró que la actual situación “no va a terminar enseguida y que perdurará en el tiempo, hasta que la ciencia encuentre el modo de hacerle frente”. De esta manera, señaló que lo más probable es que, tras la que vivimos actualmente, haya “otra u otras olas” del coronavirus, lo que exigirá a las instituciones tomar medidas.

La evolución negativa de la pandemia se produjo a pesar de que se contabilizaron menos positivos realizadas. Las 12.618 pruebas diagnósticas del viernes, 4.072 menos que el día anterior, arrojaron un resultado de 1.445 positivos, es decir 202 menos. En este caso, el descenso está ligado al menor número de test, pero eleva la tasa de positividad hasta el 11,45% mientras el día anterior había sido del 9,3%. En concreto, en Gipuzkoa se registraron 638 positivos, 25 menos que el día anterior; en Bizkaia, 641, 49 menos que el día anterior; y en Araba, 158, siete menos.