- Los vecinos de Gros afectados por la entrada de Azora -que el pasado mes de enero se hizo con la propiedad de 320 pisos en el barrio donostiarra- están decididos a hacer frente al fondo buitre ante la evidencia de que encarecerá los precios de los pisos cuando finalicen sus actuales contratos. Así lo escenificaron ayer en una rueda de prensa en Donostia, en la que esta asociación de vecinos, nacida en junio, planteó sus “reivindicaciones” a Azora.

Iñaki Setién, presidente de esta asociación de vecinos, denunció que Azora está aplicando por defecto en los alquileres la tácita reconducción, que consiste -una vez finalizado el contrato de alquiler vigente- en prorrogar mes a mes los contratos, lo que les faculta a enviar un burofax a los inquilinos obligándoles a entregar las llaves en el plazo de un mes o a aplicar un nuevo contrato con “subidas abusivas en el precio del alquiler”, habitual modus operandi de los fondos buitre, poniendo unos precios difíciles de asumir.

“A varias familias de la avenida de Ategorrieta les ha finalizado el contrato y a otras se les acabará en estos próximos meses, y después seguirán muchas más” en Gran Vía, la calle Zabaleta, la calle Bermingham (todas ellas en Gros) o en la calle de la Salud (situada en Amara), explicó Iñaki Setién, y, ante el temor de que apliquen la tácita reconducción, exigió “ el cumplimiento de la LAU (Ley de Arrendamientos Urbanos), con la firma de contratos por siete años -y tres prorrogables de forma automática- y con subidas con base en el IPC”: “No vamos a consentir ni finalizaciones de contratos con entrega de llaves, ni nuevos contratos con subidas especulativas, ni condiciones leoninas”.

Además, la asociación de vecinos de Gros -que está contando con la ayuda de Stop Desahucios y Alokairu Benta Berri- pide la “condonación de los alquileres a las familias más vulnerables a consecuencia de la pandemia”. Situación que ya se dio con una de las vecinas de Gros, Ingris: “Durante la pandemia estuvimos trabajando porque había gente, como Ingris, en situación de vulnerabilidad y que no podía hacer frente a alquileres. Solicitamos a Azora la condonación del alquiler, insistimos y al final conseguimos el 50% de la condonación. Azora quería la moratoria, pero conseguimos que condonara ese 50%”.

Desde la asociación explicaron que el precio del alquiler “está sobre una media de 800 euros mensuales, aunque los últimos contratos que se han firmado son ya de 1.000”. Una cifra elevada “en pisos que no llegan a 70 metros y en condiciones paupérrimas”. Esa es otra de las reivindicaciones de los vecinos, que piden “el correcto mantenimiento de los imuebles”: “Nos están dejando de hacer el mantenimiento de las viviendas. Hay una plaga de ratas en los setos, los huecos de las escaleras están con humedades”.

Los vecinos lamentan este “capitalismo salvaje que afecta a un derecho básico como es la vivienda”, un problema muy latente en Donostia, la ciudad con los alquileres más caros de Euskadi: “Es vergonzoso el tema de los precios, en un barrio como Gros están cobrando 1.000 euros por unos pisos en condiciones paupérrimas”.

Además, han detectado que hay al menos 24 casas vacías: “Imaginamos que es por especulación pura y dura. Había un proyecto de viviendas turísticas, pero el Ayuntamiento no les concedió la licitación. De momento las tienen vacías. Querrán que vayan acabando más contratos para luego subir los precios. Hay una especulación tremenda en esta ciudad debido a los pisos turísticos y hoteles. Los precios de mercado son impagables. Exigimos que se aplique la LAU con una subida ligada al IPC”.

“No consentiremos ni fines de contrato ni subidas especulativas en el precio de los pisos”

Presidente Asociación de Vecinos