- La pandemia ha sacudido todos los ámbitos en Gipuzkoa, también al departamento que dirige, que ha ingresado 31 millones menos por el descenso de los tráficos. ¿Cómo esperan que sean los próximos meses?

-Esperamos que a finales de año la incidencia sea de un ingreso de menos 31 millones, aproximadamente. Esto es fruto de un confinamiento en el que se paró la movilidad. Fue una situación muy atípica, pero los tráficos se están recuperando, incluso los camiones internacionales ya están prácticamente en números normales. La tendencia es buena.

¿Cómo afrontan los próximos años?

-Siempre hay que tener un poco de precaución. Esto ha sido una crisis sanitaria y la crisis económica es un daño colateral muy importante que todavía no sabemos hasta dónde llegará. Pero no preveo que el año que viene haya una incidencia tan abrupta como ha habido este año.

Comienzan a multiplicarse los confinamientos: Madrid, León, Palencia, Navarra... Temen que lleguen a Gipuzkoa.

-Desde el punto de vista sanitario, no podemos bajar la guardia. En cuanto a la repercusión en la economía, desde la Diputación creemos que las inversiones públicas son un motor económico importante y en el sector de las carreteras es evidente. Una cosa es que hayamos tenido que ralentizar algún proyecto, pero nuestra previsión es seguir con las inversiones importantes que teníamos previstas.

EH Bildu ha vuelto a sembrar la duda sobre la estabilidad financiera de la sociedad foral Bidegi, encargada de gestionar las carreteras.

-Pensaba que después de haber acometido inversiones muy importantes como es la Antzuola-Bergara o el Centro Integral de Transportes era suficientemente clarificador para que todo el mundo sepa que no hay ningún problema, que es una sociedad totalmente estable y solvente. EH Bildu sigue teniendo la esperanza de que algún día se hunda, pero desde luego nada más lejos de la realidad. Bidegi no tiene ningún peligro de colapso en sus cuentas y es muy importante la gestión que se haga. Este año tenemos que echar mano de la caja de ahorros que tenemos para ajustar un poco la caída de ingresos que nos ha supuesto la repentina baja de tráfico. Pero no va a haber ningún problema con los compromisos que tenemos ni con los créditos.

Esta situación llega con el sistema de peajes Abiatu en los tribunales. ¿Para cuándo se espera una resolución?

-Hemos tenido dos normas forales. El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) entendió que era una norma discriminatoria con los tráficos externos, pero hemos recurrido esa sentencia al Tribunal Supremo y estamos esperando. Hasta el año que viene no esperamos que salga nada. Una vez anulada esta norma, aprobamos una segunda que es la que está en vigor y que también recurriremos. Hemos hecho presentado el escrito de preparación en el TSJPV y ahora lo que va a hacer el Supremo es valorar si se admite. No creo que haya ningún problema porque reunimos todos los requisitos para presentarlo. Va para largo.

¿Tiene la Diputación un plan B si el Supremo tumba definitivamente los peajes de la N-I y la A-15?

-No vemos ese escenario aunque estamos a expensas de lo que diga un tribunal. Se trata de una directiva europea y estamos trabajando con las autoridades europeas planteando diferentes iniciativas. Mientras tanto, iremos viendo qué plantea el Supremo en la primera norma foral que ya está derogada y, según salga esa sentencia, veremos qué planteamos.

Mientras tanto, el sector del transporte y la oposición presionan para que no se cobre por transitar por estas carreteras.

-Es que estamos obligados a cobrarlos porque la norma foral está en vigor. Estamos cumpliendo la ley.

¿Cree que son legítimas las protestas de los transportistas guipuzcoanos?

-Legítimas pueden ser, lo que pasa es que también son legítimas las razones de la Administración. Hay que ver que los recursos son limitados y hay que destinarlos a cosas muy urgentes, como la atención a las personas. Plantear peajes es un ejercicio de responsabilidad: tenemos los recursos que tenemos y necesitamos unas carreteras con un buen nivel de servicio y una buena seguridad vial. Además, tenemos que tener en cuenta que Gipuzkoa es un territorio de paso de miles y miles de vehículos todos los días. No vemos una solución que no sea el pago por uso, que es el que está imperando en Europa.

¿Cómo es la relación de la Diputación con los transportistas a día de hoy?

-No tenemos una gran relación. Lo único que quieren es que desaparezca el peaje y nosotros no podemos dar el brazo a torcer porque es una decisión tomada después de mucho trabajo en el parlamento de Gipuzkoa y es una apuesta definitiva y estratégica.

Anunció en junio que quería blindar las normas forales de peajes mediante la aprobación de una Ley Orgánica.

-Nuestras normas forales funcionan como leyes pero son normas y eso hace que tengamos una debilidad que queremos solventar. Estamos trabajando en situar el problema y las vías para avanzar, pero va a ser un trabajo político largo.

En 2022 se implantará el peaje de Deskarga para todos los vehículos.

-Esta autopista ha tardado años en terminarse, ha sido tal vez el corredor más complicado de toda Gipuzkoa, y el peaje que se cobre redundará en toda la autopista desde Beasain hasta Bergara.

¿Habrá más peajes?

-Nos quedaría la N-I, pero todavía hay que hacer grandes mejoras que van para largo.

Defiende que los peajes son necesarios para hacer frente al alto coste de mantenimiento de las carreteras. ¿Cuál es actualmente la situación de las vías de Gipuzkoa?

-Después de terminar la Rotonda de Gipuzkoa ha habido un cambio de era: nos centramos en mantener la buena salud de las carreteras, mantener la seguridad vial y las ITS, los sistemas inteligentes de transportes. Son los retos de futuro que tenemos. La salud de las carreteras es bastante buena. En los firmes somos la primera Administración del Estado, lo que no significa que no haya cosas que se puedan mejorar. En la N-I ya hemos hecho muchos tramos de renovación estructural. En otros aspectos no estamos tan bien: tenemos que mejorar mucho la señalética, por ejemplo. Pero creo que a la gente lo que más le importa es el firme de las carreteras porque es lo que más seguridad da. Nuestro objetivo es seguir mejorando cada día.

¿Se han resentido las actuaciones debido a la pandemia?

-Estas actuaciones suelen hacerse en verano y hay que tener en cuenta que este año hemos tenido algunos retrasos porque se han paralizado todas las licitaciones y hemos tenido que retrasar alguna actuación de firmes para el año que viene. Nos ha afectado el COVID pero no lo vamos a dejar sin hacer.

¿Cuáles son las vías en las que urge actuar a corto plazo?

-Tenemos la Azkoitia-Urretxu. Va a ser una obra complicada porque la ejecución tiene que hacerse con el tráfico abierto, tenemos un monte enorme a un lado y al otro, el río. Se va a licitar este año para empezar ya el año que viene. También estamos con el Centro Integral del Transporte, que dará un servicio a todo el transporte de paso y los transportistas tendrán tanto en Oiartzun como en Astigarraga dos lugares seguros donde estar. En cuanto a carreteras, tenemos otras muchas carreteras pequeñas como mejoras de entradas a zonas industriales, mejoras de movilidad en las entradas de los pueblos, rotondas... Son pequeñas obras que ayudan mucho.

¿Hay grandes obras en la agenda?

-Marrutxipi y el Polígono 27. Marrutxipi es una prioridad porque Donostia tiene una deficiencia importante en cuanto a gestión de tráficos. Depende mucho del paseo del Urumea y necesita otra alternativa de entradas y salidas. Eso le dará mucho menos colapso de tráficos, menos dependencia del río. El polígono 27 está muy masificado, tiene una rotonda con horas en las que se colapsa, la rotonda de Martutene también se ve afectada. Es un fondo de saco y se trata de darle otra salida y entrada hacia Astigarraga. Eso va a redundar en una mejor gestión de los tráficos de nuestra red de carreteras tanto en las comarcas del Bidasoa, Rentería, Oiartzun, Astigarraga, Andoain... Va a ser una solución que dará oxígeno a nuestra movilidad.

¿En qué situación están los trabajos en los túneles de la A-15?

-Se han ejecutado los dos tubos del túnel de San Lorenzo. Este año íbamos a empezar con el de Belabieta pero se ha retrasado por el tema del COVID-19 y el año que viene empezaremos la obra. También empezamos ya con los proyectos de Oindolar y Gorosmendi. Es una prioridad absoluta para esta Diputación.

Llevan tres semanas actuando en la N-121a, donde se detectaron deficiencias en dos viaductos. ¿Cuánto se van a demorar las obras?

-Aproximadamente tres o cuatro meses, pero ya veremos porque no es lo mismo hacer una obra de estas características con buen tiempo o mal tiempo.

Pronto activarán el plan de vialidad invernal. ¿Puede avanzarme algo al respecto?

-Será prácticamente parecido a años anteriores. Desde luego, los recursos no van a ir a menos. Sufriremos un poco el año que viene cuando empecemos con el túnel de Belabieta, habrá que andar con cuidado. Pero estamos preparados para hacer frente a lo que venga.

2021 va a requerir de un reajuste del presupuesto foral. ¿Teme que se produzcan recortes en su departamento?

-Estamos trabajando en ello, pero vamos a seguir con las inversiones porque nuestra economía lo necesita. Tanto en el mantenimiento de carreteras como las inversiones tendremos suficientes recursos.

En esta situación de crisis provocada por la pandemia, Gipuzkoa ha centrado sus miras en lograr fondos europeos para proyectos propios. ¿Qué aspiraciones tiene su departamento en este sentido?

-Hemos identificado algunos proyectos que tienen que ver con la digitalización y la economía verde. Estamos trabajando en varios que son susceptibles de tener ese apoyo europeo. Así como lo hicimos con el Centro Integral del Transporte, que estamos esperando a ver si la ayuda europea llega, también en este caso tenemos proyectos de suficiente entidad para que tengan el aval europeo. Son proyectos de digitalización, de inteligencia... Somos pioneros en el sistema ITS de carreteras, como quedó demostrado con el sistema free flow de los peajes de la N-I, que es un sistema inteligente que nos ha hecho recibir un premio en el congreso ITS España, y seguimos trabajando en esos campos de inteligencia aplicada a lo que son los vehículos y las infraestructuras. Todo lo que tiene que ver entre vehículo e infraestructura, información que va a tener el conductor sobre lo que pasa en cada momento en cada carretera. Son proyectos que todavía no puedo definir exactamente pero el futuro va por ahí. También tenemos proyectos de economía verde, estamos investigando los áridos para los firmes, para que sean cada vez menos contaminantes.

"Una cosa es que hayamos tenido que ralentizar algún proyecto, pero nuestra previsión es seguir con las inversiones importantes"

"Plantear peajes es un ejercicio de responsabilidad: los recursos son limitados y hay que destinarlos a cosas muy urgentes"

"Hemos identificado algunos proyectos que tienen que ver con la digitalización y la economía verde susceptibles de tener ese apoyo europeo"