i algo nos ha quedado claro tras la irrupción del COVID ha sido que hay profesionales insustituibles y vitales, los sanitarios, quienes han plantado cara al virus en primera línea.

Muchos de estos profesionales acreditaban años de experiencia a sus espaldas pero otros se acababan de incorporar a la vida laboral. Incluso estudiantes de los últimos años de ambos grados han querido sumar su energía y sus conocimientos a una lucha que ha resultado agotadora.

Pero para saltar al terreno de juego si algo se perfila como básico es la realización de prácticas, que propician el bautismo en el día a día de un centro hospitalario para las y los profesionales que van a velar por nuestra salud en un futuro.

El COVID también ha influido en el normal desarrollo de las prácticas entre los profesionales más insustituibles. Tanto es así que algunas comunidades autónomas las han anulado a la espera de que las cifras mejoren.

Ante esta realidad, decanatos y estudiantes a nivel estatal han tomado la iniciativa de posicionarse y dejar bien claro que los grados en Enfermería y Medicina no pueden renunciar a las prácticas este curso, pese a la complejidad que conlleva su desarrollo en tiempos de COVID.

El 8 de septiembre decanatos y estudiantes hicieron público un documento en el que recuerdan que la suspensión o retraso de las prácticas, decisión adoptada por ejemplo en las comunidades autónomas de Madrid y Murcia, podría cuestionar el reconocimiento de la titulación por la UE.

No solo eso, entre el profuso argumentario que presentan se subraya que en tiempo de “escasez de personal sanitario, los estudiantes bien formados pueden ayudar a paliar la situación”.

Estas prácticas pueden desarrollarse en condiciones de total seguridad para los estudiantes. Así lo defienden los decanatos y estudiantes, y también la UPV/EHU, que suscribe punto por punto el documento pese a que, de momento, no se incluya en su hoja de ruta la anulación o retraso de unas prácticas que considera prioritarias e insustituibles.

El decano de las facultades de Medicina y Enfermería de UPV/EHU, Joseba Pineda, explica la situación actual en ambas facultades. “La regulación del sistema sanitario depende de cada comunidad autónoma, y en la nuestra seguimos dando las prácticas según lo planificado porque lo hemos negociado y regulado con Osakidetza y se han implementado las medidas necesarias para que el alumnado no se contagie ni sea vector de contagio”.

“En algún caso hemos tenido que adaptar alguna práctica porque en centros puntuales así nos lo han pedido, pero en general se están dando según lo esperado”, señala Pineda.

El panorama de la pandemia es cambiante y resulta difícil vaticinar cuál será la evolución, aunque la UPV/EHU no quiere situarse ante el peor de los escenarios, que supondría la anulación de las prácticas por una evolución de la pandemia muy negativa.

El fin de curso anterior sirvió como banco de pruebas para “plantear alternativas” para clases teóricas o prácticas de laboratorio. Pero en lo que concierne a las prácticas clínicas con pacientes resulta “muy difícil proponer alternativas que las sustituya al 100%”.

Supeditadas a la regulación europea, las prácticas clínicas con pacientes son obligadas, además de lógicas, para obtener el título. “Una cosa fue la situación planteada el anterior curso en marzo, cuando ya se habían realizado más del 70 u 80% de las prácticas clínicas y el resto se podían sustituir con otras actividades online, y otra es que esta situación se prolongue todo el curso”.

De momento, resulta muy complicado perfilar un plan B ante la suspensión de las prácticas. “Esto no dependería exclusivamente de la facultad ni de la universidad. Habría que llegar a un consenso entre facultades y el propio Ministerio. Porque no pueden salir médicas y médicos, enfermeras y enfermeros sin haber realizado las prácticas clínicas necesarias, por mucho que haya una pandemia”.

Y es que, explica Pineda, “es muy difícil sustituir unas prácticas con pacientes por otro tipo de prácticas. Estamos haciendo algunas con simulación. En todos los hospitales universitarios tenemos hospitales virtuales que están funcionando muy bien y hay actividades que estamos realizando de este modo con sistemas de simulación que permiten que los futuros profesionales realicen las prácticas con pacientes con posterioridad”.

Per , dice, “llega un momento en que para obtener el titulo, sobre todo en cursos avanzados, es obligado hacer prácticas con pacientes”.

Ante una posible suspensión, las alternativas deberían de acordarse de forma conjunta para ver de qué forma se podría garantizar una formación avalada por la UE.

No es, repite Pineda, un escenario que la UPV contemple por dos razones: “Entendemos que el riesgo del alumnado en nuestros centros sanitarios no es mayor que el de cualquier paciente o persona que entre en el mismo. Es más, creemos que es menor porque cumplen con los requisitos de seguridad y prevención establecidos por Osakidetza a distintos niveles”, desde la realización de PCR a la utilización de equipos homologados.

“No es nuestra intención que el alumnado vaya a los sitios donde se está peleando en primera línea con el COVID. En hospitales y centros de salud hay muchas unidades donde el estudiante puede entrar con sus medios de prevención y sin riesgo”, apunta Pineda.

Es más, los estudiantes de niveles superiores el curso pasado, desde abril, acudieron a la llamada de la emergencia. Porque, afirma Pineda, pueden ser ya “agentes activos” para actuar frente a la pandemia.

No hay plan B y las vías intermedias ya se vienen aplicando hace tiempo. Propuestas como la de reducir el numero de integrantes de los grupos deja de tener sentido si se considera que “las prácticas clínicas se hacen de uno en uno o de dos en dos. No van 25 a hacerlas”.

Otra opción es que los alumnos adquieran las competencias en espacios “que generen menos problemas”. Por ejemplo, alumnos que acudían a las UVI son derivados a otras unidades en las pueden adquirir una preparación similar con menos riesgo.

“De la mano de Osakidetza adaptamos el itinerario curricular para que salgan con el título homologado, adaptando OSI a OSI y territorio a territorio la forma de desarrollarlo”, subraya el decano.

Más de 2.000 estudiantes. La UPV y el conjunto de agentes implicados son conscientes de que “en este momento el foco de infección no se sitúa, como pudo ser hace unos meses, en los centros de salud, sino en situaciones de relajamiento”. Por ello, las facultades trasladan al alumnado un mensaje para que “pese a su juventud sean conscientes de que son agentes sanitarios y deben dar ejemplo”. “Creemos que no van a generar problemas en los centros de salud. Por contra, pueden ayudar”, subraya Joseba Pineda. “Suscribimos el posicionamiento de decanatos y estudiantes a nivel estatal porque las prácticas son básicas”, apostilla. Y es que la UPV/EHU en distintos cursos, y “rotando en prácticas de Osakidetza”, cuenta con más de 1.200 estudiantes de Medicina y en torno a 1.164 de Enfermería, a los que hay que sumar unos 55 de fisioterapia. Todos ellos se juegan el futuro. La UPV/EHU solo contempla el escenario de garantizar el desarrollo de las prácticas.

“En la CAV seguimos con las prácticas según lo planificado y negociado con Osakidetza”

Decano de Medicina y Enfermería