Euskadi está abierta a implantar cualquier limitación extra o medida restrictiva adicional a las ya existentes para combatir la pandemia "porque el virus avanza y estamos retrocediendo", confirmó ayer la consejera de Salud. Nekane Murga se mostró partidaria de adoptar cualquier acción eficaz para salvaguardar a la población en general, y especialmente las residencias de ancianos donde el COVID-19 vuelve a acechar. No se opuso a la declaración del estado de emergencia sanitaria, "si la expansión del coronavirus sigue este ritmo", ni a un posible toque de queda "porque está demostrado que a partir de ciertas horas no se respetan las medidas de prevención". Sin embargo, descartó el confinamiento "porque creo que no es ni el momento ni la situación".

Murga compareció ayer y presentó unos malos datos que nos retrotraen a los tiempos más duros de la crisis sanitaria; 569 casos nuevos en solo 24 horas cifras similares a las de finales de marzo, en plena pandemia y 121 pacientes hospitalizados, nueve de ellos en la UCI. No obstante, más de 280 de los positivos se han detectado gracias a los rastreos y corresponden a personas sin ningún síntoma y a pruebas realizadas a contactos de positivos anteriores.

La evolución de la epidemia es especialmente alarmante en Bizkaia, con 402 infectados, lo que supone el 70% del total, mientras que Araba detectó el miércoles 75 casos y Gipuzkoa, 72, lejos de los números de Bizkaia pero que supone la tercera cifra más alta de positivos diarios desde el fin del estado de alarma, por detrás de los 74 y 75 contabilizados el jueves y el domingo de la semana pasada. Donostia aglutina 18 de los 72 casos del territorio, mientras que Errenteria y Elgoibar son los otros municipios más afectados con seis casos en cada uno. Eibar e Irun tienen cinco.

Un tercer caso en residencias

Uno de los positivos en Gipuzkoa corresponde a una persona usuaria de las residencias de mayores del territorio. Se trata de un nuevo caso en el complejo residencial Hermano Garate-San Ignacio de Donostia, el de una persona que había sido aislada preventivamente esta semana y que finalmente ha dado positivo en el test PCR.

Con la confirmación de este caso, a día de hoy son tres las personas usuarias que permanecen con diagnóstico positivo en este complejo y en el total de la red asistencial guipuzcoana. Por lo tanto, son tres casos de COVID-19 en el conjunto de la red de atención residencial para personas mayores del territorio. Los paseos en el exterior que en el resto de residencias se retomaron este martes siguen restringidos en el complejo residencial Hermano Garate-San Ignacio, cuyo centro de día también permanece cerrado.

Sin acciones mágicas

Ante el cambio de tendencia, con cientos de infecciones diarias y teniendo en cuenta que hace quince días ingresaban en los hospitales una media de seis personas al día y ahora ya son 26, se estudia que vuelva a declararse el Estado de Emergencia Sanitaria, que ya se puso en marcha en Euskadi en las primeras semanas de marzo. "Nuestra idea es, si la gravedad de la epidemia lleva el ritmo actual, considerar que estamos en una situación similar, y sería un momento para declarar la emergencia sanitaria", subrayó.

Aseguró asimismo que el Departamento de Salud y los servicios jurídicos están valorando lo que podría aportar el toque de queda que deslizó el lehendakari Iñigo Urkullu el pasado sábado. Y basó su argumentación en que "el ocio que puede haber a partir de ciertas horas en la calle está protagonizado por personas que no suelen mantener ni las mascarillas ni el distanciamiento social".

En esta línea, la consejera advirtió de que "no hay ninguna acción que permita eliminar el virus de una forma mágica, salvo un confinamiento", si bien precisó que, en su opinión, "no es el momento para hacerlo", ya que la situación es totalmente diferente a la vivida en marzo o abril a nivel asistencial. "Aunque tenemos un número alto de positivos, son contactos asintomáticos de personas diagnosticadas. Y además la edad media de los infectados es mucho más baja. En marzo detectábamos solo los graves y ahora detectamos todos los perfiles".

En cualquier caso, las autoridades sanitarias consideran que las medidas que adopten las administraciones públicas "no servirán de nada si los ciudadanos relajan su grado de concienciación". Por ello, la consejera volvió a reclamar que se limiten al máximo las agrupaciones y reuniones con proximidad, ya que muchos focos se producen en reuniones familiares y sociales.

En relación a la precaria situación de la Atención Primaria, reiteró que con la red de rastreo "se ha contratado a cientos de personas para apoyar". En todo caso, aseguró que, "en Medicina Familiar y Comunitaria y Enfermería no hay profesionales para contratar. Yo siempre digo que si alguien conoce a un especialista de esta materia que esté en paro, que le ofrezca venir a Osakidetza porque les contrataremos ahora, en otoño, y en invierno", aseveró Murga.