- En el polígono Usabal número 14 de Tolosa abrió sus puertas ayer el Museo del Txokolate de Rafa Gorrotxategi.

Quien se acerque al mismo, además de conocer los productos de Gorrotxategi, podrá participar si así lo pide en visitas guiadas y catas varias.

Los visitantes se montarán en la máquina del tiempo y tendrán acceso a cinco siglos de historia y se aproximarán al proceso evolutivo que ha hecho posible que el chocolate sea hoy lo que es, en sus múltiples formas de presentación.

Cuatro generaciones con un apellido que avala el buen hacer han dejado su testimonio en el nuevo museo, que ayer celebró su acto inaugural en unas condiciones cuanto menos singulares, las impuestas por la irrupción del coronavirus.

Explica Rafa Gorrotxategi que el de Tolosa no es un museo del chocolate con muchos “carteles”, sino que se centra en “la evolución de la maquinaria”.

“Contamos cómo se ha ido haciendo el chocolate durante más de 500 años. Se trabajaba sobre el metate (piedra de moler) y tenemos algunos muy antiguos, aunque como se ha utilizado esta base hasta bien entrado el siglo XX no es fácil datar la fecha”, subraya Gorrotxategi, que tiene en su museo metates precolombinos.

Cuando se dejó de trabajar sobre el metate se comenzó a utilizar la mesa, y de esas primeras mesas hay también testimonio en Tolosa.

Siguiendo la ruta por el espacio expositivo, el visitante se adentra en los cambios del proceso de tostado del cacao y otras etapas de un camino que posibilita llegar a la ansiada meta: probar el delicioso chocolate.

En Usabal se guarda “el obrador completo de Juan Ignacio Garmendia”, padre del investigador y escritor Juan Garmendia Larrañaga. “Su familia y la nuestra trabajaban a cien metros de distancia. Eran cereros y chocolateros como nosotros, pero mi aitona dejó la cerería en los 50 porque no le gustaba quemarse. En la familia Garmendia fue al revés, dejaron el chocolate y siguieron con la cerería”, explica didáctico Gorrotxategi, que apunta que hoy en día en Tolosa “se conoce a los Garmendia como cereros y los Gorrotxategi como chocolateros”.

La maquinaria que Garmendia puso en macha en 1915 puede ser visitada en el polígono Usabal, “después de estar 50 años dormida”.

En torno a 200 chocolateras de diversos orígenes, una colección de molinillos de madera que se usaban para moler el chocolate... Todos estos elementos guían al visitante hasta la sala en la que se llevan a cabo las proyecciones y las catas.

La crisis del COVID ha obligado a acelerar la marcha para abrir el museo en verano, para aprovechar así la llegada de visitantes.

Pero, pese a todo, el Museo del Txokolate de Gorrotxategi ofrece al visitante una experiencia a la carta, con una propuesta de catas que se adaptan a la demanda, siempre respetando todas las medidas de distancia y prevención que indican las autoridades sanitarias.

De momento, el horario del museo será por la mañana, aunque Gorrotxategi no descarta la opción de poder realizar una visita guiada con horario de tarde si se lo piden por adelantado.

“Hay mucha gente que nos está animando con este proyecto”, afirma satisfecho Gorrotxategi, que explica que, de momento, quien quiera acudir al museo puede ponerse en contacto con la oficina de turismo de Tolosa o llamar al número de teléfono 943 890306.

Ayer, fueron muchos los que quisieron apoyar la inauguración. Entre otras autoridades hasta Usabal se acercó la consejera de Desarrollo Económico del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia. Mikel Markez y Gontzal Mendibil, como amigos de la familia, pusieron el contrapunto musical.

Quien se acerque al museo podrá participar, previa solicitud, en catas o talleres hechos casi a la medida de la demanda del cliente