abakalera ya funciona al 100% con LABe proponiendo una oferta renovada, que incluye un espacio en la terraza que mira a Egia en la que tomar un café o disfrutar de un rato distendido con una perspectiva poco usual del barrio donostiarra.

Ayer, un pequeño grupo de representantes institucionales y “vecinos” que ocupan Tabakalera acudieron a la presentación de la nueva temporada del restaurante-laboratorio. Allí estuvieron, entre otros, la diputada foral de Proyectos Estratégicos, Ainhoa Aizpuru; el director del Festival Internacional de Cine de Donostia, José Luis Rebordinos; el viceconsejero de Cultura del Gobierno Vasco, Joxean Muñoz, o la directora de Tabakalera, Edurne Ormazabal.

El director del Basque Culinary Center (BCC), Joxe Mari Aizega, fue el encargado de explicar con qué novedades reiniciará su andadura el restaurante-laboratorio situado en la última planta del Centro Internacional de Cultura Contemporánea.

Tres son los ejes sobre los que pivotan las nuevas propuestas de LABe: un cambio en la oferta gastronómica, el tránsito a la terraza que mira a Duque de Mandas y guía la línea de visión por la calle Egia, y un paso más en lo tecnológico.

En lo gastronómico, se abrirá una parte de la cafetería para que el público pueda acercarse a LABe durante todo el día, además de incorporar a la carta nuevos platos con “producto de aquí, Kilómetro 0, de temporada y ecológico pero introduciendo técnicas culinarias del mundo. Te podrás encontrar con un plato elaborado con producto de aquí y, por ejemplo, técnicas de cocina asiática”.

Además, durante el confinamiento se puso en marcha un servicio de comida a domicilio que ha llegado para quedarse, al que se suma el take away, para que quien así lo quiera encargue sus platos y los vaya a recoger a Tabakalera.

La terraza toma mayor importancia, con una cuidada y acogedora propuesta de mobiliario y ambientes diferenciados. “Se ha convertido en una parte muy importante de LABe”, aseguró Aizega.

“Consideramos incluso que es la segunda fase de LABe. En estos meses de cierre hemos trabajado para abrirlo más a la ciudadanía”, apuntó.

El tercer eje, como no podía ser de otro modo en este restaurante-laboratorio, es el de la “innovación tecnológica y la digitalización”. “Hemos renovado la tecnología que utilizamos y seguiremos incluyendo nueva tecnología para estar siempre a la vanguardia”, incidió el director del BCC.

“Ahora que el sector de la hostelería hace una apuesta por la digitalización, nosotros tenemos que dar un paso más”, corroboró.

Pongamos un ejemplo. Quien llegue a LABe y se siente en una de sus mesas, solo con escanear con su móvil el código QR tendrá acceso directo al sistema de funcionamiento del restaurante. Podrá realizar su comanda y el camarero sabrá desde qué mesa se realiza, orden que llegará también directa a la cocina. Para no perder el tiempo, se podrá ir pagando gracias a esta aplicación. Si el encargo es para llevar a casa, aquí acabaría la experiencia y, si se degusta en Tabakalera, continuaría en su diáfano comedor.

“No es ciencia ficción, es una tecnología que queremos testar con nuestros clientes para ver si funciona”, explicó.

Pero, además, hay otro cambio a destacar, que es el que hace referencia al equipo. Todas las personas que trabajan en el LABe, en la cocina, en la sala o en la barra, son graduados en el BCC. “Es un equipo muy joven, todos son menores de 26 años y llegan con sus propuestas y su frescura”, subrayó Aizega.

De momento, mientras el COVID siga entre nosotros, el respeto a las medidas de distancia y protección en LABe son exhaustivas. “EL BCC desde el principio ha sido muy estricto con este tema y así lo es también en LABe”, incidió el director de la universidad de la cocina.

Los “gigantes” espacios de LABe contribuyen a que no haya problemas para organizar las mesas manteniendo los dos metros de distancia.

LABE, apostilló Aizega, quiere ser un espacio para el disfrute de la gastronomía “al alcance de todos los bolsillos”. “Te podrás tomar una cerveza con un pintxo, un menú de 25 euros, llevarte la comida a casa o probar la carta con tres platos y una botella de vino, que puede salir a 35 euros por pareja”.

Para que este innovador proyecto siga dando pasos en firme, ocho personas trabajan en el equipo del restaurante y cinco más en el de innovación. En este equipo hay un reparto de tareas para que LABe siga siendo abanderado en innovación, con una persona “vigilando” las novedades vinculadas con la restauración y su análisis para su posible implantación en Tabakalera, otro que avanza en proyectos de innovación con empresas y otra que lo hace con las con startups. “ A estos no se les ve, pero están en la trastienda”, concluyó Aizega.