- Los bares Nuevo de Urki y Su Beroa de Eibar han tenido que cerrar sus puertas, y su personal ha sido puesto en cuarentena, después de que su dueño diera positivo en COVID-19.

El hombre, que no presentaba síntomas, supo que estaba infectado cuando acudió a un centro hospitalario a que le fuera reimplantado un dedo que le resultó amputado cuando trabajaba en Galvanizados Olaizola, trabajo este que compagina con el que desarrolla en los establecimientos hosteleros antes citados.

Ante el malestar y la preocupación generada en el municipio una vez conocerse la noticia, el propio afectado tuvo que dar su versión de los hechos a través de las redes sociales en un mensaje dirigido a los eibarreses.

”El lunes a la noche entraba a trabajar a Galvanizados Olaizola y a las 2.30 horas me amputé el dedo gordo de la mano izquierda. Con el cacho del dedo, mi encargado me llevó corriendo a la Policlínica. Ahí llegó la sorpresa que me llevé al hacerme la prueba del coronavirus” , explica en su mensaje.

Y es que el test dio resultado positivo. “Soy asintomático y no noto nada, estoy bien, confinado, y aquí estaré hasta el próximo jueves”, añade el titular de los dos conocidos establecimientos hosteleros.

Desde el momento en el que tuvo conocimiento de que la prueba había dado positivo, asegura, “no he ido a ninguna parte”.

“Siento los problemas o malentendidos que se hayan creado”, concluye el joven eibarrés.

Tras conocerse que el dueño de los dos bares había dado positivo en COVID-19, noticia que corrió como la pólvora en el municipio, fueron numerosas las voces que se alzaron para criticar su comportamiento.

Muchos fueron los que creyeron observar un comportamiento imprudente, mientras que otros expresaron su preocupación tras haber acudido a alguno de estos establecimientos, donde también se sirven comidas. Además, señalaba algún vecino, en uno de ellos trabaja un familiar muy cercado del afectado, por lo que el riesgo de una posible infección a terceros podría aumentar.

Tras tener conocimiento de lo ocurrido la Policía Municipal de Eibar, en colaboración con la Er-tzaintza, clausuró “por precaución” los establecimientos en los que trabajaba el hostelero afectado que, al parecer, son muy frecuentados por gente joven de Eibar.

El de ayer, en consecuencia, fue un día complicado para Gipuzkoa, un territorio que venía mostrando una evolución muy esperanzadora en lo que se refiere a la propagación del virus.

Además del susto de la mañana en el colegio Jesuitas, que quedó solo en eso dado que la prueba al alumno resultó negativa, ayer se conoció la existencia del primer positivo en un centro de día para personas mayores, el de Orio.

Tanto en este caso como en el detectado en Eibar los afectados no presentaban síntomas.