- Se da la curiosa circunstancia en la casa rural Altzibar Berri (Urnieta) de que esta semana ha tenido sus siete habitaciones ocupadas de lunes a viernes pero tiene vacío el fin de semana. La razón es que la gente ha vuelto a trabajar, pero no a hacer turismo. "Al no haber movilidad entre provincias se nota", comenta la dueña, Elixabete Etxezarreta, que cree que la gente está "esperando a ver cómo empezamos con la nueva normalidad para hacer sus planes de verano". Por ello, está recibiendo más consultas y reservas "de cara a agosto". Además, Etxezarreta es consciente de que la situación económica general no es boyante: "Las familias se lo tienen que pensar muy mucho. La que ha caído es gorda, y prefieren esperar. Por ahora muchos tienen las vacaciones en el aire".

Las características de los alojamientos rurales pueden ser "un punto a favor" para salvar la temporada de verano, considera la dueña de Altzibar Berri: "Somos alojamientos pequeños, con poco tránsito de público, y podemos aportar ese nivel de confianza que el cliente necesita". El protocolo de limpieza es exhaustivo: "Necesitamos más tiempo para limpiar, ventilar... así que si tenemos una salida y entrada el mismo día, pedimos a los clientes que nos dejen un poco más de tiempo para hacer una correcta limpieza".

Elixabete dice que "es difícil valorar" cuánto van a trabajar este verano: "Es una incertidumbre. Este año va a primar la última hora. La percepción es que en agosto vamos a trabajar bien. Esa es la esperanza que tenemos, aunque dependerá de cómo vaya el tema sanitario".