- El Reino Unido podría imponer una cuarentena de catorce días a los viajeros que lleguen al país, como parte del plan de desescalada del confinamiento por el nuevo coronavirus, informó ayer The Times.

El diario afirma que el primer ministro, Boris Johnson, se dispone a anunciar esta medida, que se aplicaría a partir de junio, cuando hoy detalle su estrategia de desconfinamiento, que el Gobierno ya ha adelantado que no incluirá cambios “radicales” a corto plazo.

Según el rotativo, el Ejecutivo pedirá a los viajeros que lleguen a los aeropuertos o puertos nacionales desde cualquier país menos la vecina Irlanda que declaren un domicilio donde deberán pasar catorce días aislados, y prevé multas de hasta 1.000 libras (1.143 euros) o incluso deportaciones para quienes incumplan las condiciones.

Hasta la fecha, e incluso en el momento crítico de la epidemia, los aeropuertos londinenses han estado acogiendo vuelos procedentes de países como China, Italia o España sin someter a ningún tipo de control a los visitantes. A partir de finales de mayo o primeros de junio, el Gobierno británico pretende implantar el nuevo sistema que obligará a registrarse digitalmente antes de viajar y proporcionar una dirección donde los visitantes tendrán que guardar dos semanas de cuarentena.

La supuesta cuarentena no afectaría a los viajeros procedentes de Irlanda, pero sí a los que vengan por mar y aire del resto de los países del mundo, incluidos los británicos que regresen de un viaje al extranjero.-

La única excepción serán los camioneros que transporten mercancías básicas, dice The Times, que señala que la posible medida ha sido mal recibida por el sector del turismo y la aviación.

En declaraciones al periódico, la directora de la Asociación de operadores de aeropuertos, Karen Dee, sostuvo que tendrá “un efecto devastador en el sector de la aviación y en la economía en general”, incluidos los sectores manufactureros, turístico y la hostelería.

Además de la cuarentena, Johnson podría autorizar hoy la reapertura de los centros de jardinería, que aplicarían medidas de distanciamiento personal, mientras que The Telegraph anticipa que recomendará el uso de mascarillas cuando se retorne al trabajo y en el transporte público.

Por otra parte, ante las conjeturas de una posible reapertura de los colegios, los sindicatos de educación advirtieron ayer al Ejecutivo de que no debe hacerse hasta que los científicos aseguren que no hay riesgo de propagación del virus y se cumplan una serie de requisitos para garantizar la seguridad del personal y de los alumnos, como mejorar la limpieza y proveer material de protección personal.

Las muertes por COVID-19 en el Reino Unido ascendieron ayer a 31.587, tras sumar 346 en 24 horas, con lo que el país se mantiene como el más castigado por la pandemia en Europa, informó el Gobierno británico.

En la rueda de prensa diaria, el ministro de Transporte, Grant Shapps, instó a la población a respetar las medidas de confinamiento hasta que el primer ministro conservador, Boris Johnson, explique hoy su plan de desescalada.

Shapps dijo ayer que, de cara a la reapertura progresiva de la economía y el retorno al trabajo, el Gobierno pondrá en marcha “un plan nacional de ciclismo”, dotado con 2.000 millones de libras (alrededor de 2.300 millones de euros) hasta el año 2025, para mejorar los carriles bici y alentar los desplazamientos a pie o en bicicleta, con el fin de reducir el uso del transporte público.