- Euskadi tiene un índice de contagios por debajo de uno (0,80) y hay menos de la mitad de camas UCI ocupadas que en los peores tiempos de la crisis, por lo que el Gobierno Vasco defiende que tiene capacidad epidemiológica y asistencial para empezar la desescalada, que además quiere administrar directamente.

Osakidetza maneja unas cifras positivas, que la consejera de Salud, Nekane Murga, ha calificado esta semana de “óptimas”, para hacer frente a un posible rebrote de contagios con el transcurrir de las fases para la llegada a esa “nueva normalidad”.

Euskadi, con 2,2 millones de habitantes, tiene más de 15.000 contagiados desde el inicio de la pandemia, lo que la convierte en la quinta autonomía que más ha sufrido el embate del virus, por detrás de la Comunidad de Madrid, Catalunya, Castilla y León y Castilla-La Mancha.

Pero la tendencia ha ido este mes de abril ostensiblemente a la baja y ya el pasado jueves solo se infectaron 82 personas, cuando exactamente hace un mes, el 29 de marzo, eran 604.

Con el número de fallecidos pasa algo parecido, 22 en el último dato, frente a los 54 que se notificaron el 16 de abril.

Actualmente hay ingresados en planta en los hospitales vascos 558 pacientes y 97 en las UCI. El momento con mayor saturación en los hospitales fue a finales de marzo, con más de 2.000 hospitalizaciones y, en el caso de las UCIs, el 2 de abril, cuando había ocupadas 232 camas de cuidados intensivos.

Estos datos demuestran que en Euskadi se ha reducido a menos de un tercio los hospitalizados por la COVID-19 y su sistema de salud es capaz de duplicar, e incluso más, el número de camas UCI previo a la pandemia, unas 230, ya que con las existentes en funcionamiento y las que se podrían instalar en los propios hospitales se superarían de forma amplia las 500. Esta situación y el mantenimiento tanto en Álava, como en Bizkaia y Gipuzkoa del número de reproducción básico (RO) inferior a uno, es decir, que un infectado no llega a contagiar a otra persona, colocan a los tres territorios en buena situación para avanzar a la fase de desescalada.

Junto con las infraestructuras habituales de los hospitales vascos, Osakidetza habilitó en algunos de ellos nuevos espacios en previsión de un aumento significativo de los infectados. El hospital de Txagorritxu de Vitoria contó desde finales de marzo con 56 camas en un edificio anexo de consultas externas y preparó otro centenar en espacios como la capilla, el hospital de día y en despachos.

Finalmente toda esa infraestructura sanitaria no fue necesaria, ni hubo que crear un hospital de campaña como solicitó el PP, pero tampoco se va a desmantelar totalmente por si existieran nuevas oleadas.

La situación en las residencias vascas también va mejorando y de las algo más de 20.000 personas mayores que viven en ellas, en torno a 1.300 han resultado infectadas y han fallecido más de 450. Por territorios, Álava acumula 3.962 positivos, Bizkaia 8.844 y Gipuzkoa 2.713. Vitoria copa prácticamente los contagios en Araba, con 3.216 casos, y Bilbao llega a los 3.002 infectados del total de Bizkaia.

Vitoria, fundamentalmente, y Bilbao son los puntos donde se acumulan más contagios. Luego en amplias zonas de Álava, de la zona este de Bizkaia y del interior de Gipuzkoa la incidencia ha sido en muchos municipios escasa, de hasta menos de 25 casos.

De ahora en adelante, la “clave” como explica la consejera vasca, es identificar cuanto antes los nuevos contagios y sus contactos. Euskadi ya ha realizado casi 96.000 PCR y 45.000 test rápidos, y ahora se hacen unos 10.000 diagnósticos diarios.

Toda esta tarea se va a ver reforzada por las dos campañas para conocer el nivel de inmunidad de la población. Más de 5.000 vascos se someterán a las pruebas de seroprevalencia impulsadas por el Ministerio de Sanidad en toda España y otros 4.000 al plan de cribado del Gobierno Vasco, dirigido a quienes fueron diagnosticados como positivos por sus síntomas pero a los que no se les realizó las pruebas en su momento.