ste artículo está escrito ayer, 22 de marzo, ante la grave situación que vivimos, y previendo la situación que nos vendrá. Estamos en medio de una pandemia de nivel mundial que está poniendo en peligro a nuestra sociedad en todos sus aspectos. Yo, siendo médico, miro la perspectiva sanitaria especialmente, pero tiene otros muchos aspectos. Es por ello que quiero expresar la necesidad de un gran pacto social que nos implique a todos los ciudadanos.

Desde el punto de vista sanitario, y aunque tenemos muchas preguntas sin respuesta, parece que un 60-70% de la población estaremos en contacto con el virus, según los expertos. De ellos, cerca del 80% no presentará síntomas y, entre los que presenten síntomas, la gran mayoría de los casos serán leves. Por tanto, y desde una perspectiva individual y mirando los porcentajes, el riesgo es muy bajo. Pero si consideramos a toda la población, los contagiados y los fallecidos serán muchos. Hasta ahora hemos ido por detrás de la enfermedad. Los casos graves que estamos viendo estos días se contagiaron hace unas dos semanas. Ante la ausencia de una vacuna y un tratamiento eficaz, la única medida eficaz es la distancia entre personas, el aislamiento. Para que el aislamiento sea eficaz, debemos parar toda la actividad laboral desde una perspectiva sanitaria, salvo los servicios básicos e imprescindibles, para que la enfermedad no se extienda más. Y todos debemos cumplir el aislamiento, sin trampas, para protegernos mutuamente.

Es evidente que ello tendrá una influencia terrible en toda la sociedad. Por eso necesitamos un amplio pacto social, en el que participemos todos. Soy médico, y no sé desarrollar todas las medidas necesarias. Pero llamo a los que tienen esa capacidad para que se pongan a trabajar, porque lo necesitamos.

A los diferentes gobiernos, a los sindicatos y a todos los trabajadores para que actúen con generosidad y responsabilidad ante las consecuencias económicas que supondrá. Se perderán muchos puestos de trabajo y debemos garantizar la protección a estas personas y familias. Y una vez que pase la pandemia, todos deberemos dar algo de nuestra parte. Los gobiernos deberán rehacer todos los presupuestos, teniendo claras las prioridades. Las empresas deberán tener menos beneficios este año, siendo honestas. Y los trabajadores, y estoy escribiendo a botepronto, quizás deberemos tener menos vacaciones, o ampliar las horas anuales de trabajo. Repito otra vez, dentro de un pacto, sabiendo qué hacemos y para qué.

El daño que se sufra en educación también será notable. La enseñanza virtual presenta muchos problemas, aunque los profesores estemos haciendo un gran esfuerzo. Una vez superada la pandemia, hay que alargar los cursos académicos para que los alumnos, y por tanto, toda la sociedad, no tengan consecuencias. Y en cada sector, algo similar. Es la hora de trabajar. Pongámonos a trabajar para intentar conseguir un amplio pacto social. Un fuerte abrazo.Médico del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Donostia y profesor de la Facultad de Medicina de la UPV/EHU