donostia - Al menos dos familias guipuzcoanas y otra vizcaina, según ha podido saber NOTICIAS DE GIPUZKOA, se encuentran confinadas en el hotel H10 Costa Adeje Palace de Tenerife, donde el matrimonio tolosarra formado por Kike Cea y Begoña Zubeldia está pasando una de las vacaciones más surrealistas de su vida. "Al menos, tendremos qué contar a los nietos", bromeaba ayer Kike, en su segunda jornada de cuarentena en el hotel a causa del coronavirus. Les confinaron en su propia habitación el martes, al igual que al millar de clientes del resort. "Hoy -por ayer- nos han dado mascarillas y termómetro y nos dejan salir de la habitación. Aunque dentro de las paredes del hotel, tenemos que ir con mascarilla, al salir a la zona de la piscina nos permiten quitárnosla. Es a decisión de cada uno", señaló ayer a NOTICIAS DE GIPUZKOA Kike Cea.

Tras el "caos" del primer día, en el que se sintieron desasistidos (les avisaron del confinamiento a través de una nota pasada por debajo de la puerta de su habitación y tuvieron que esperar hasta dos horas para que les hicieran llegar la comida), la situación cambió radicalmente ayer. "A la mañana sí han venido dos sanitarios que nos han tomado la fiebre; hemos dado 35º, así que bien; luego nos han dado una mascarilla a cada uno y un termómetro. Y después nos han subido el desayuno: croissant, zumos, napolitana... todo con las mascarillas y guantes, bien equipados, y entonces nos han avisado de que podíamos bajar a tomar café a la cafetería".

Fuera de sus habitaciones, aunque obligados a llevar mascarilla dentro del hotel, ya pudieron relacionarse con el resto de huéspedes. "La gente está tranquila", aseguró Cea. Su situación ha cambiado para bien de un día para otro, aunque tienen deberes: se tienen que tomar la temperatura dos veces al día, a las 8.00 horas y a las 18.00 horas.

"Estamos tranquilos y al menos hoy podemos salir de la habitación, incluso ir a la piscina. Ahora mismo estamos en una tumbona, a 25 grados centígrados", aseguró ayer mismo por teléfono Kike. Luego tenemos que volver a tomarnos la temperatura y si notamos algún síntoma tenemos que avisar al hotel", que permanece clausurado y vigilado por la Policía Nacional y sanitarios con una tienda de campaña.

En el restaurante (buffet libre) debían ir con mascarilla a coger los alimentos y después se las quitaban en la mesa para ingerirlos. "Ya no es lo de ayer -por el martes-, y tenemos otra tranquilidad. Yo creo que fue el boom del principio, pero una vez que estos (los dos infectados) están en un centro hospitalario... Estamos todos igual, con mucha paciencia. ¿Qué vas a hacer?", afirma.

"Aquí hay otro matrimonio de Algorta, que no se pudieron ir a casa por el tema de la calima; les cancelaron el vuelo y vinieron a este hotel de rebote y les ha tocado esto", explica. Kike y Begoña también vivieron la calima del domingo: "A la una del mediodía parecían las diez de la noche y hacía un viento terrible".