La Ertzaintza solicita testigos que puedan ayudar a aclarar las circunstancias en las que se produjo la muerte de Néstor Mendive, el donostiarra de 44 años que el domingo perdió la vida cuando sufrió un accidente mientras circulaba con su motocicleta por la variante de Donostia (GI-20).

Néstor Mendive perdió la vida a las 16.15 horas del domingo, cuando circulaba en una motocicleta que había adquirido hacía pocos meses y que le tenía “encantado”. Así lo cuentan sus amigos, que explican que siempre les animaba a montar con él porque era de los que circulaban “tranquilo”.

Era una de sus pasiones; la otra, la Real. Precisamente, salía de Anoeta con intención de celebrar el triunfo del derbi en Lezo, donde le esperaban sus amigos, cuando sufrió el fatídico accidente. “Habían ido varios en moto y, al llegar y ver que no venía, nos empezamos a preocupar. Alguien comentó que había habido un accidente en Donostia, que a ver si iba a ser él...”, cuenta Asier, integrante de la cuadrilla. “Era muy de la Real, aunque no era socio, pero ayer -por el domingo- tenía entrada”, recuerda este amigo, que había quedado con él en el bar Azkena de Lezo para festejar el triunfo ante el Athletic. Era el lugar donde veían los partidos cuando no tenían entradas para Anoeta o cuando la Real jugaba fuera. “No era socio por problema de sitio en el estadio, pero le encantaba ir. Además, siempre bromeábamos porque, cada vez que iba, ganaba la Real”, señala.

Precisamente, el fútbol le dio algunas de sus últimas alegrías. El pasado jueves celebró a lo grande la clasificación txuri-urdin para las semifinales de la Copa del Rey, tras el histórico triunfo en el Santiago Bernabéu. “Ahí estuvimos, celebrándolo, nos quedamos los últimos en el Azkena con una bandera y todo”, cuenta Asier emocionado, al tiempo que añade: “Estábamos preparando el viaje a Sevilla para ver la final de Copa, aunque no tuviéramos entradas, nos daba igual. Me decía: Yo voy contigo”.

Sus amigos le recuerdan “muy alegre”, “risueño”, “siempre de cachondeo”, “siempre con una sonrisa en la boca”. “Era un poco introvertido, pero muy sociable, en cuanto cogía confianza era muy alegre. Siempre estaba de buen rollo, todo el mundo lo decía”, le describen. “Tenía muchas amistades, conocía a mucha gente de muchos sitios diferentes”.

Natural de Intxaurrondo, aunque vivía en Riberas de Loiola, hacía gran parte de su vida en Lezo, donde tenía a su cuadrilla. Estaba soltero, trabajaba en la construcción y le faltaban dos días para cumplir 45 años -hoy hubiese sido su cumpleaños-. “Estábamos preparando la celebración para carnaval, como siempre hacíamos”, afirma.

Mendive es el tercer guipuzcoano que pierde la vida en un accidente de tráfico en lo que va de año.