donostia - Que Gipuzkoa va a contar con una tasa turística queda fuera de toda duda. Su encaje legal y qué se va a recaudar es harina de otro costal. Equipos técnicos de la Diputación y del Ayuntamiento de Donostia, que soporta la mayor presión turística y se ha mostrado favorable al gravamen, estudian la viabilidad de una medida que concita amplio respaldo político y social, pero que no es compartida por localidades costeras como Hondarribia, Zumaia o Zarautz, por lo que está por ver cómo se diseña el modelo, teniendo en cuenta que la Diputación aspira a liderar la implantación de este impuesto en todo el territorio donde, por cierto, el turismo sigue en plena expansión.

Supone ya un 7% del PIB en Gipuzkoa y el 15% en Donostia. Tras un verano con mejoras en todos los indicadores -se han contabilizado 516.164 entradas de viajeros, lo que supone un incremento del 5,9%- se está consolidando además la desestacionalización. El peaje a pagar es que el trasiego de visitantes que no cesa durante todo el año tiene un impacto directo y deja, entre otras, una huella medioambiental que también afecta, si no se ponen medidas que hagan frente, a la vida y costumbres de sus gentes.

En este contexto nace la "tasa o impuesto" que revertirá en un turismo "más sostenible", y que va a colocar al territorio a la vanguardia de Euskadi, una vez que el Gobierno Vasco ya ha despejado la vía dando por zanjada su implantación. Se hace a un lado sin poner ninguna objeción a Gipuzkoa.

Ahora está por ver si el nuevo impuesto es responsabilidad foral o competencia municipal. "Por el momento, hace falta prudencia y rigor, a la espera de lo que dictaminen los técnicos". El diputado foral del Departamento de Promoción Económica, Turismo y Medio Rural, Imanol Lasa, compareció ayer en Juntas Generales para abordar esta cuestión, a solicitud del grupo Juntero Elkarrekin Gipuzkoa.

El diputado no ocultó su deseo de que sea el Ejecutivo el que recaude la tasa, pero subrayó que no hay ninguna colisión de intereses con el Ayuntamiento de Donostia. Todo lo contrario. Ambas instituciones trabajan de la mano "ante el nuevo reto y oportunidad que es el turismo ligado a la fiscalidad".

diversas opiniones A pesar de la insistencia de los partidos de la oposición por conocer detalles del plan previsto, el diputado reclamó calma. La Diputación es consciente de la disparidad de opiniones que suscita la medida. "Es cierto que algunos hoteleros están en contra, pero también hay empresarios del sector que nos han trasladado su adhesión. Hay ayuntamientos que quieren participar, y otros que no. Hay diversas opiniones y tenemos que definir bien entre todos qué tipo de turismo queremos, y qué hay detrás de ese concepto que utilizamos como es la sostenibilidad. Luego veremos qué se recauda y para qué".

El exalcalde donostiarra y portavoz de la coalición soberanista en las Juntas de Gipuzkoa, Juan Karlos Izagirre, le pidió frenar la expansión del modelo turístico. Sin desdeñar el interés económico que tiene este sector para el territorio, alertó de la "apertura masiva de hoteles" y recordó que, con el curso del tiempo, hay familias que se han visto abocadas a dejar el centro de la ciudad "debido a un proceso de gentrificación imparable". Preguntó por el uso que se hará del dinero recaudado mediante el impuesto, y pidió que se implante un modelo turístico que no vaya en detrimento de los intereses de los vecinos de la ciudad. "Estamos de acuerdo en que somos un pueblo euskaldun, y lo que buscamos es invitar a conocer nuestra cultura, nuestra gastronomía. Este Gobierno va a trabajar por implantar un tributo, y veremos si al final son los ayuntamientos o la hacienda foral, pero en todo caso, lo que hagamos será consensuado y siempre bajo criterios de sostenibilidad", zanjó Lasa.