Donostia - Arévalo dirige la Unidad de Gestión Clínica responsable de organizar la estrategia específica para el cáncer en Gipuzkoa tras sumar a la red pública los recursos del centro perteneciente a Kutxa Fundazioa. La entrevista tiene lugar en la sala de comité de tumores del Hospital Donostia, el "núcleo" de la unidad que dirige Sara.

¿Qué se hace en esta sala?

-Estamos en la sala donde se reúnen los comités de tumores, que son los órganos donde se toman las decisiones de los tratamientos y de los diagnósticos de los pacientes con cáncer de Gipuzkoa. Aquí se reúnen semanalmente, cada uno en el día de la semana que le corresponde, los profesionales expertos en cada una de las patologías. Y además es un órgano de gestión. Por eso, la Unidad de Gestión pretende ayudar a los clínicos (los que prescriben los tratamientos, los que realizan las pruebas, los que llevan a cabo las intervenciones quirúrgicas...) a que participen en la gestión de los propios procesos oncológicos, porque son ellos los que tienen el mejor conocimiento.

¿Cuántos son?

-Quince y en enero arrancará el número 16, el de trasplante hematopoyético.

Hace un año que se aprobó la integración de Onkologikoa en Osakidetza. ¿En qué fase se encuentra actualmente?

-Hay cosas que ya han ocurrido a lo largo de este año. Lo que antes era un apoyo puntual de profesionales específicos para los pacientes que recibían tratamiento en Onkologikoa, ahora los dos centros colaboran para que el apoyo sea de los grandes servicios del Hospital Donostia.

¿Por ejemplo?

-Otorrinolaringología, Cirugía Torácica... Otra de las cosas importantes que ha ocurrido es la integración de los sistemas de información. Ahora estamos en pleno apogeo en ese sentido. Hay algunos cosas que ya se hacen y eso permite compartir todo los datos por parte de los profesionales de Osakidetza estén donde estén. También se ha trasladado el laboratorio de Onkologikoa al Hospital Donostia, y Anatomía Patológica. Ahora las pruebas que se hacen en Onkologikoa de esos dos servicios se traen a estudiar al Hospital Donostia. Y tras la integración de los sistemas de información, todo el mundo puede ver los resultados.

Durante este primer año, ¿qué dificultades se han encontrado en el proceso de integración?

-Ha sido mucho trabajo, porque este es un proyecto que va a durar años y hay que ir haciendo las cosas poco a poco. Este año hemos tenido que solventar, por ejemplo, problemas con el transporte de muestras por el hecho de estar separados físicamente. Pero ya lo hemos organizado para que esté garantizado con unos tiempos de entrega concretos, las 24 horas los siete días de la semana.

Además del transporte, ¿a qué otros problemas se han enfrentado en esta primera fase?

-Los clínicos están trabajando muy bien y todo irá teniendo sus fases. No destacaría nada concreto.

Pero se trata de unificar 'culturas' de trabajo diferentes.

-Sí, pero poco a poco se están adaptando. Está siendo algo progresivo. Personas de Onkologikoa ya se han incorporado a los comités únicos sin problema. El siguiente paso importante que hay que dar es el traslado de la consulta y el Hospital de Día del Hospital Donostia a Onkologikoa. Y los clínicos lo están viviendo con ganas.

La consejera reconoció en abril que la prórroga presupuestaria había afectado, precisamente, a ese proyecto. ¿Cómo está el proceso?

-Hay que cumplir unos plazos porque la obra ya ha salido a concurso público. Hay un proyecto y la idea es empezar las obras para mediados del año que viene.

¿Qué plazos manejan de funcionamiento?

-Lo que es el sitio físico, para enero de 2021, pero funcionalmente el Servicio de Oncología Médica será antes, irán a una ubicación provisional.

¿Cuándo?

-En torno a abril o mayo del año que viene.

¿Qué cambio conllevará para los pacientes?

-Supone que todo tratamiento y consulta de Oncología Médica se hará en Onkologikoa.

¿Se está funcionando ya con lista de espera única, con un único comité de tumores y con una única historia clínica?

-Respecto a la historia clínica, estamos en ello. Ya es solo cuestión de días que se comparta toda la información, y eso es muy importante. La mayoría de los comités son únicos, nos faltan dos o tres por unificar, que por volumen de pacientes todavía funcionan separados en los dos centros, pero vamos adelante con eso. Y la lista de espera única... En Oncología Médica las patologías están repartidas por expertos de conocimiento más que por centro y se ven en un lado u otro, a pesar de que todavía estemos separados. Con lo cual sí que podríamos decir que hay una lista de espera única, aunque será definitiva cuando estemos físicamente juntos, es decir, el año que viene. Pero hoy por hoy ya no se debe hablar de que los pacientes van a Onkologikoa o al Hospital. Si van a Oncología Médica irán a un centro u otro según donde esté físicamente el experto en su enfermedad.

A propósito de las historia clínica única, a algunos pacientes oncológicos les están diciendo que a partir de enero podrán hacerse los análisis previos a un tratamiento de quimioterapia, por ejemplo, en su ambulatorio de referencia, en lugar de tener que venir ex profeso a Onkologikoa.

-A partir de ya. Lo que un facultativo en Onkologikoa solicite a partir del 1 de diciembre ya se puede hacer en el ambulatorio, y cualquier profesional puede ver el resultado. Independientemente del territorio en el que vivan en Euskadi, ellos se pueden sacar la analítica en el ambulatorio cerca de su casa, y para el día siguiente, cuando vayan a la consulta con su médico, ese resultado estará disponible. De la otra manera, tenían que venir al centro, sacarse la analítica, esperar el resultado, luego les veía el médico, luego el tratamiento... Yo creo que es una gran ventaja. Y así haces partícipe a la Atención Primaria del proceso asistencial. Es una forma de establecer alianzas entre diferentes niveles de atención.

¿Qué es lo que ha aportado de manera específica Onkologikoa?

-Ha aportado conocimiento, es una red de profesionales que se han dedicado monográficamente al cáncer, y suma unas instalaciones muy adecuadas para este tipo de paciente.

Ha comentado que este proceso va a durar años. ¿Qué es lo que queda por hacer?

-Muchas cosas. Hay que seguir trabajando en la gestión de los diferentes procesos oncológicos. Y desde ese punto de vista tiene sentido la Unidad de Gestión Clínica. Los clínicos son los que mejor saben dónde podemos mejorar: en el diagnóstico, en el tratamiento, en el seguimiento, en el momento de la cercanía a la muerte... La intención es intentar mejorar el proceso oncológico una vez que estemos todos juntos. Queda mucho por caminar, no solo son los cambios físicos.

Dirige, concretamente, la Unidad de Gestión Clínica de Radioterapia, Oncología Médica y Oncohematología de Gipuzkoa, sobre la que recae el desarrollo del proyecto clínico del cáncer en el territorio. Suena a una labor ingente?

-Esos son los servicios que se dedican específicamente al cáncer. La Unidad de Gestión Clínica, además de tener una relación muy importante y contar con los profesionales de esos servicios, tiene también una función transversal, porque hay otros muchos profesionales que se dedican al cáncer además de a otras cosas: cirujanos, Atención Primaria, Enfermería, etc.

En la presentación de la unidad se habló de la ordenación de los procesos sustentados en la mejor evidencia científica del momento y con la participación de profesionales en la gestión para la toma de decisiones en torno al paciente. ¿En qué se traduce todo esto?

-Al final, diariamente los clínicos toman miles de decisiones y eso es lo que marca el proceso de un paciente. Por eso creemos que es importante que quienes toman las decisiones y conocen la evidencia en la que se basan participen en la gestión y en la toma de decisiones en un nivel más alto para mejorar esos procesos.

No obstante, no se empieza de cero.

-La OSI Donostialdea lleva muchos años de recorrido. Aquí había una Unidad de Gestión Clínica que se dedicaba a organizar el cáncer. Ahora, integrar el otro elemento que está al otro lado del parking es un paso más. El proyecto en sí es el mismo y los pilares en los que se basa son conseguir un diagnóstico lo más precoz posible, para que las opciones terapéuticas sean las mejores; tomar las decisiones de la manera adecuada, pivotando en torno a los comités de tumores para basarlas en la evidencia disponible; basar nuestras actuaciones en resultados, es decir, queremos saber qué es lo que conseguimos con lo que hacemos; e incorporar otros niveles asistenciales, fundamentalmente Atención Primaria y también la opinión de los pacientes.

¿Cuál es el 'feed back' que reciben por parte de los profesionales de Atención Primaria?

-Con Atención Primaria la relación siempre ha sido muy buena y cada vez es más consciente de su papel importante, en concreto con los pacientes con cáncer. Hay múltiples proyectos que giran en torno a ellos: el diagnóstico prioritario, el seguimiento, el soporte al final de la vida. Hay procesos en los que tienen que ser tan partícipes como la atención especializada porque son los que tienen el conocimiento de determinadas cosas que los especialistas de hospital no tienen.

¿Se puede decir que Gipuzkoa es un referente en el tratamiento del cáncer?

-Creo que los pacientes guipuzcoanos tienen que sentirse orgullosos de lo que tienen. Se ha puesto mucha energía en organizar las cosas en torno a ellos y creo que hay mucho avanzado. Se están poniendo focos en puntos del proceso oncológico que realmente les aportan valor y cambiando cómo se organizan algunas cosas y creemos que con eso consiguen ganar.

¿Por ejemplo?

-Cuando hay una sospecha de cáncer en Atención Primaria, hay una vía prioritaria para que a ese paciente se le estudie rápidamente. Funcionan quince comités desde hace un montón de años. Y eso hace que tengan madurez. La incorporación de Atención Primaria es fundamental, el proceso de Organización Sanitaria Integrada (OSI) ayuda mucho en ese sentido.

Recientemente se anunció que el Hospital Donostia contará con una unidad para llevar a cabo terapias CAR, lo que se puede explicar como la modificación genética de las células de un paciente para, posteriormente, administrárselas como si fuera un medicamento que destruya las células tumorales.

-Es una apuesta muy importante tanto asistencial (en el propio hospital) como desde el punto de vista de la investigación (en el ámbito de Biodonostia). Hoy en día las terapias CAR ya se aplican en algunas indicaciones muy específicas ( linfoma B difuso de células grandes y leucemia linfoblástica aguda) con muy buenos resultados, pero probablemente ese tipo de terapia no ha hecho más que empezar. El Hospital Donostia, con la Unidad de Trasplante Hematopoyético (células madre procedentes de la sangre o la médula ósea), será centro de referencia. Quién sabe en qué se podrán utilizar este tipo de terapias en un futuro. Encontrarán su sitio, como todo en medicina. Sí que creo que es un avance revolucionario. Estoy segura de que no van a ser la panacea para todo, pero encontrarán su sitio y será importante.

Se habló de que se iba a crear una Unidad específica, de que se iban a hacer unas obras, de que se tenían que conseguir unas acreditaciones. ¿En qué momento está?

-No sé decir fechas con seguridad, es un proceso estratégico y a lo largo de los próximos meses iremos conociendo más información.

De ese tipo de medicina personalizada, de precisión, de la que también se habla en el Plan Oncológico de Euskadi 2018-2023, ¿se van a desarrollar otro tipo de investigaciones?

-La medicina personalizada o de precisión se tiende a entender como una medicina donde diriges un fármaco contra una molécula concreta de un tumor. A mí me gusta más entenderla como una medicina ajustada a las necesidades de un paciente. A veces puede ser eso, y otras son condiciones sociales, físicas... Al final creo que tenemos que intentar ofrecer el mejor abordaje terapéutico para cada paciente. Y para mí, eso es la medicina personalizada o de precisión. Si por lo que me estás preguntando es por el tema de los biomarcadores y dirigir tratamientos, es una línea que ya está en marcha. Hay multitud de ensayos clínicos en los cuales se intenta escoger grupos de pacientes que tengan marcadores concretos que hagan que las cosas vayan mejor. Los datos de investigación nos irán poniendo cada cosa en su sitio.

Pero no es una solución para todos.

En algunos tumores eso ha llegado a ser una realidad y hay algunos fármacos que solo se utilizan en algunos pacientes que tienen unos marcadores concretos y no en otros. A veces con la medicina de precisión tenemos que tener cuidado. Muchas veces más que decidir a qué paciente le vas a poner un tratamiento es decidir a qué paciente no se lo vas a poner. Y eso es un mensaje que no es fácil de entender. Los fármacos dirigidos contra dianas moleculares normalmente se aplican a una pequeña proporción de pacientes.

Por concluir, ¿cómo ve la integración?

-Me gusta decir que esto es un proceso en el que irán habiendo cambios e incorporaciones, pero creo que es importante que en Gipuzkoa haya una estrategia específica para el cáncer focalizado en una unidad clínica o en un centro monográfico, pero es muy importante que haya una estrategia específica y que los clínicos estén implicados en esa estrategia.