El mundo de la montaña se tiñó ayer de luto. Sobre todo en Bergara, de donde era natural Unai Pérez de Arenaza. Su fallecimiento, tras quedar atrapado por un alud en el Valle de Arán, conmocionó a todo el pueblo y, en especial, al club Pol-Pol Mendizale Taldea del que fue miembro.

Desde muy joven Unai demostró que lo suyo eran las alturas. Pisar las cimas y recorrer sus crestas. Era un guía de montaña profesional conocido en Euskadi, entre otros logros por haber conseguido abrir en 2004 una nueva vía para ascender al Shisha Pangma, de 8.013 metros, junto con el montañero, a la vez que amigo, el catalán Oriol Baró. Aquella hazaña le hizo acreedor ese mismo año del reconocimiento a la mejor actividad alpina, el premio Andrés Espinosa que concede la Federación Vasca de Montaña.

“Recuerdo las salidas que hacíamos los domingos con Pol-Pol. Con mis padres iba mucho al monte. Más tarde me hice con unas cuerdas y arneses, y me sumergí en este mundo de la escalada. El entorno de Toki-Eder fue nuestra primera escuela. Luego empezamos a ir Eraña, en Eskoriatza, y Araotz. En el rocódromo de Bergara también solíamos estar. Éramos autodidactas del todo, no asistimos a ningún curso”, relataba Unai en la entrevista que el investigador y filólogo, Miguel Ángel Elkoroberezibar, le hizo en la Semana Santa del año pasado con motivo del libro del 75 aniversario de Pol-Pol Mendizale Taldea, que acaba de ver la luz.

Sus continuas apariciones por el rocódromo las tiene grabadas en la memoria el veterano escalador bergararra Josean Mulas. “Tenía las ideas claras sobre la montaña y el alpinismo; es algo que se notaba nada más verle”, rememora sobre el montañero fallecido de 43 años, que tenía pareja, además de dos hijos, un niño de dos años y una pequeña de dos meses.

por todo el mundo Con varios premios a sus espaldas, Unai era guía de montaña profesional -trabajaba para la empresa Cannyoning Sierra de Guara- y residía desde hace años en Vall de Boí (Lleida), donde los Pirineos tocan el cielo. Su pasión por la montaña le llevó a ascender diversos macizos. Por todo el mundo. Yosemite, Patagonia, Himalaya? En el Shisha Pangma, la decimocuarta cumbre más alta, realizó la apertura de una nueva ruta, que junto al catalán Oriol Baró bautizó como Vall de Boi. En aquella gesta marcaron y habilitaron un corredor de unos mil metros con pendientes cercanas al 70%.

“En el monte y en la vida siempre estamos tomando decisiones. Yo estoy aquí ahora porque he coronado un ochomil, pero creo que deberíamos destacar mil veces más, por ejemplo, decisiones como las que tomó Jon Lazkano (montañero bergararra) en el Nanga Parbat: seguir adelante y conquistar un ochomil o rescatar a un alpinista herido. Optó por lo segundo. Este tipo de cosas se deberían abordar más en las revistas y televisiones. A este tipo de gente e historias se les debería tener en cuenta. Opino que hay que cambiar el punto de vista de la montaña, y no destacar solo las cimas”, reivindicaba Unai en las páginas que protagoniza en el libro del 75 cumpleaños del club mendizale de Bergara, que llora la muerte de un gran montañero.

El Ayuntamiento expreso, asimismo, su pésame y abrazo a la familia del alpinista fallecido, a través de un mensaje publicado en las redes sociales.