Que el PP está perdiendo fuelle en las últimas citas electorales es una realidad palpable. No hay más que echar mano de los datos: mientras que en las autonómicas de 2001 el partido encabezado por Mayor Oreja superó los 326.000 votos, dos décadas después los populares vascos apenas llegaron a los 84.000 sufragios en la CAV. En todo caso, y sumidos en semejante descenso sostenido, los populares vascos consiguen frenar de alguna forma su deterioro e incluso logran mantener el tipo en las tres capitales vascas. Conservan idéntica representación en Bilbao o Donostia, y consiguen mantener el tipo en Gasteiz, donde incluso supera el 20%.
Es en la capital alavesa donde Ainhoa Domaica no solo no sale indemne de la pugna a cara de perro del 28-M en la ciudad, sino que ataja de alguna forma su caída, suma un representante más, e incluso podría ser fundamental en el juego posterectoral. Donde el PP no falla -y viene siendo habitual además- es en una de sus principales caladeros de votos, la Rioja Alavesa. De hecho, es primera fuerza en Laguardia, Baños de Ebro o Labastida. De esta forma, no es de extrañar que hayan incrementado un representante en las Juntas Generales del herrialde.
En cuanto a Bizkaia, y en el caso concreto de Bilbao, los populares mejoran sus resultados electorales de hace cuatro años y logra un concejal más, pasando de tres a cuatro concejales, con poco más del 12% de los votos contabilizados. En otras localidades, como Getxo o Portugalete el PP mejora asimismo sus resultados, como en la localidad getxoztarra, donde pasa a ser segunda fuerza -empatada eso sí con EH Bildu-. Asimismo, recuperan presencia en Erandio, Durango o Santurtzi, y triplican su fuerza en Leioa.
En lo referente a Gipuzkoa, todo indica que la apuesta por incorporar nuevas caras a sus planchas electorales no habría surtido el efecto deseado, pero le sirve para pasar de dos a tres junteros en el herrialde y ser también fundamentales a la hora de que el PNV pueda alcanzar la gobernabilidad.
El PP puede darse por satisfecho
En todo caso, y a la vista de los resultados, el PP puede darse por satisfecho, ya que los precedentes pintaban mal para la formación conservadora en suelo vasco. Y es que cuando parecía que el adiós de ETA iba a premiarles, ha sucedido todo lo contrario. De hecho, ni siquiera el desembarco de sus principales figuras -Aznar, Feijóo, Ayuso...- ha surtido efecto multiplicador esperado. En todo caso, los populares han podido frenar la sangría de votos que vienen padeciendo durante los últimos años.
Por ello, no resultaba extraño que el presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, festejara que “el mapa de España se tiñe y azul pero, además, el partido popular del País Vasco hemos subido concejales en los tres territorios y hemos subido junteros en los tres territorios. Hemos ganado posiciones en los tres territorios históricos”. Y lanzó un mensaje final: “Nuestros votos serán para apoyar a partidos demócratas en esta tierra y no a partidos antidemócratas como Bildu”, según Iturgaiz profundizó.