Llevamos un tercio de campaña electoral –hora de avituallamiento– pero esto es como lo del vaso medio lleno o medio vacío, según se mire va quedando menos o todavía queda mucho para llegar al colofón de la fiesta de la democracia que todos los candidatos esperan que acabe en una lluvia de votos. Pero parece que los políticos ya andan cansados, a juzgar por la imagen en la que el presidente del Partido Popular andaluz y de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y el candidato del PP a la Alcaldía de Sevilla, José Luis Sanz, tomaron asiento en un banco del barrio de Triana para hablar de sus cosas y que sean los asistentes al mitin, haciendo corro a su alrededor, los que aguanten de pie. El chiste del que se fue a Sevilla perdió su silla es demasiado fácil hasta para mí, pero lo cierto es que han dejado a los sevillanos sin sitio para sentar sus andaluzas posaderas. ¿Cuál es el mensaje de una clase política que se sienta y deja de pie a gente a la que incluso habría que ceder el asiento en un autobús? Son misterios de la política, sus actores y los cerebritos que diseñan la campaña electoral. Seguramente al terminar el acto, cogerían el banco, que tiene toda la pinta de ser de atrezzo, y se lo llevarían con ellos, como está haciendo el PP en Madrid, de la mano de Martínez-Almeida, quitar bancos y sombras para animar el comercio y la hostelería en nombre de una falsa “libertad”.
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