Tras el balón de oxígeno que supuso para Pedro Sánchez su visita a la Casa Blanca para departir con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mientras en el Estado español arreciaba la polémica por las listas de Bildu; el líder del PSOE arrancó ayer su particular campaña en Sevilla, feudo crucial de cara al 28-M para los intereses socialistas, buscando disertar sobre temas de cariz más social y huyendo del ruido que pueda minar sus aspiraciones. El presidente aprovechó para reivindicar las “cosas formidables” que está llevando a cabo su gabinete, impulsando una “transformación estructural”, la “modernización” del país y un “avance de todos nuestros territorios, logrando cosas que hace muy poco tiempo parecían inimaginables”.
Dentro de su política de anuncios electorales, Sánchez trasladó su compromiso para implantar de inmediato, con el fin de que esté en vigor en junio, el derecho al olvido oncológico. Lo hizo tras un encuentro con asociaciones de lucha contra el cáncer, a quienes indicó que cursará una iniciativa legislativa destinada a “o declarar nulas todas las cláusulas basadas en los antecedentes oncológicos que excluyan o que discriminen a la hora de contratar productos o servicios”; o “evitar que se puedan tener en cuenta los antecedentes oncológicos del asegurado para imponer condiciones más gravosas en los contratos de seguros, o “establecer, por primera vez, el derecho a no declarar que se ha padecido cáncer cuando se vaya a contratar un seguro vinculado a un préstamo hipotecario”. Abogó además por la “paz social”, que ha venido de la mano de “esa reforma laboral que recuperó el diálogo que otros despreciaron”, y que “ha recuperado derechos para los trabajadores”, censurando que “la derecha lleva años anunciando un Apocalipsis que nunca llega”. “Lo que proponen es desmantelar, acabar con todos estos avances sociales de cinco años de gobierno progresista y, en particular, socialista”, y “volver a la España de 2013, la de los recortes, la precariedad y la conflictividad social”, avisó el líder del PSOE, quien bromeó con el lapsus que el jueves protagonizó Alberto Núñez Feijóo, al decir que estaba en Andalucía cuando se hallaba en Extremadura. “Al final, acabará pidiendo el voto para el PSOE”, ironizó.