- El último tramo de la entrevista a Javier Chicote parte de dos declaraciones recientes. Una de Pedro J. en Infolibre diciendo que Juan Carlos protegía la impunidad del terrorismo de Estado y que Felipe miraba para otro lado en relación a Juan Carlos. Otra de Pili Zabala expresando en nuestras páginas su deseo de que ambos “sean desenmascarados”. ¿Aparecerá nuevas información?

Tras este archivo de Manglano, ¿cree que surgirán nuevos o aparecerán confesiones?

-Ahora está el tema de la desclasificación. No se ponen de acuerdo, porque no quieren desclasificar documentación. Yo, como periodista, pese a quien pese, soy un firme defensor del régimen del 78, y he publicado una tonelada de mierda, hablando mal, del régimen del 78. No soy sospechoso de ser pro Bildu ni nada parecido, pero si yo me encuentro un papel en el que sale que un ministro del Gobierno de España envía un paquete bomba a un tipo de HB, por muy mal que me pueda caer ese tipo de HB, yo lo tengo que denunciar. Lo que nosotros hemos hecho, de alguna forma, es una desclasificación no oficial de unos papeles que estaban secretos y que yo creo que es el último gran servicio que hace Manglano a España. Si tenemos una democracia, uno de los puntales es la transparencia, y que se sepan las cosas. Yo entiendo que hay cosas que no se pueden saber al instante, pero que con el tiempo se tienen que saber. No descarto, porque además va pasando el tiempo, que aparezca algún otro archivo, quizás no de la magnitud del de Manglano, el tío que crea la inteligencia moderna en España, pero a mí me consta que hay por ahí algunos papeles, unos de Suárez guardados fuera de España, y eso es bueno que salga, porque es una purga del sistema.

Y del trío que mencionan en el libro, Perote, Conde y De la Rosa, ¿cree que un día hablarán?

-Pues mire, le aseguro que De la Rosa lo va a hacer, porque lo sé. Y De la Rosa sabe mucho. Lo que ocurre es que lo que diga hay que ponerlo en cuarentena, porque ha dicho muchas veces una cosa y la contraria. Pero es muy interesante lo que pueda contar. Mario Conde también sabe mucho. No sé si algún día lo va a contar. Si un día fallece, que no se lo deseo, supongo que va a aparecer algo. Intuyo que en su caso prácticamente todo lo que sabía lo soltó, porque él no consiguió su propósito, que le compensaran por la intervención de Banesto, y creo que le dio, principalmente a El Mundo, todo el material que consiguió a través de Perote. Pero puede aparecer algún testimonio, y le aseguro que De la Rosa no tardará mucho en contar algunas cosas.

¿Y esa seguridad?

-Lo sé sin la más mínima duda, no le puedo dar detalles, pero lo sé, porque cuando publicamos lo referido a De la Rosa, él redactó una carta para nosotros, pero no la llegó a enviar. Y probablemente, lo que diga esa carta, lo querrá contar de alguna forma.

Juan Alberto Perote tiene 83 años, y publicó libros. Es al único que no ha citado de los tres.

-Hablé con una persona muy cercana a él. Perote dice que fue un chivo expiatorio, y que veía que le iban a culpar de prácticas ilegales cuando él solo recibía órdenes. Pero por otro lado los archivos de Manglano dicen lo contrario, que Perote fue un desleal, que esas cintas las grabó, las tenía que haber borrado tras las escuchas que se hacían por radiofrecuencia, y no las borró, las guardó y luego se las vendió a Mario Conde. No descartaría que Perote algún día pueda contar algo, pero es un caso un poco parecido al de De la Rosa, que habría que ponerlo muy en cuarentena. Esto de Manglano no, porque no es que él en vida nos haya contado la historia que le apetecía contar. Sino que durante todos los días de su vida apuntó lo que veía, luego se muere, pasan varios años y accedemos a eso. Es probable que Manglano no estaría contento si viese lo que hemos publicado. Por eso la fuerza y el valor de este libro. Porque Manglano no escribió para que se contara en una publicación. Si mañana De la Rosa levanta la mano y dice que va a hablar, dará una versión interesada de lo ocurrido, lo mismo que Perote. Otra cosa es que tenga pruebas irrefutables, grabaciones o lo que sea. Pero en el caso de Manglano no existe esa intencionalidad.

A lo mejor sí en cuanto al sentido de su responsabilidad, dejando notas filtradas, sin explicitar todo.

-Sí, bueno, lo lógico es que la imagen que salga sea buena, porque tú en tu diario no escribes yo soy un cabronazo, no tiene sentido. Pero él no lo hacía tampoco por una imagen, era como un notario, escribía lo que le contaban, no hay opiniones. Su archivo es información. Hay cosas muy feas, y no borró, no tachó ni editó.