- Pere Aragonès no entendería que Pedro Sánchez no se siente en la mesa de diálogo que arrancará a mediados de septiembre, aunque desde el PSOE se resta trascendencia a la identidad de quienes participen en ese foro bilateral. “No concibo una reunión en la que no esté el presidente del Gobierno español. Sabe la importancia que tiene esta mesa”, aseguró ayer el líder de Esquerra, quien precisó que en las conversaciones con Moncloa no se le ha trasladado que el socialista se vaya a ausentar. Interpelado sobre si la baja de Sánchez supondría ya de entrada un fracaso, Aragonès aprovechó también para lanzar un aviso a sus socios de Junts. “Hay tanta gente que quiere que esta mesa fracase, que no quiero añadir un elemento más”, zanjó en una entrevista en TV3.

Desde la formación posconvergente, su vicepresidenta, Elsa Artadi, subrayó la “importancia” de que esté presente el presidente español, aunque prefieren centrar más la atención en la agenda política, el orden del día y los temas a tratar. “Es importante la composición. Su presencia es una muestra de interés, credibilidad y seriedad del espacio”, afirmó, pero reclamó que este segundo encuentro no sea como el de enero de 2020, sino una reunión útil. De momento, desde el entorno de Sánchez prefieren echar balones fuera. La portavoz del Comité Organizador del 40º Congreso del PSOE y vicepresidenta del PSC en el Parlament, Eva Granados, defiende que la composición de sendas delegaciones no es “tan importante” como la necesidad de que haya “voluntad de diálogo y de acuerdo”, y pidió “discreción” para que sean los dos gobiernos los que decidan la identidad de los protagonistas. “La mesa de diálogo es algo lo suficientemente serio como para que sean los dos Ejecutivos los que de manera discreta puedan hablar de cuáles son las composiciones, los calendarios y el contenido de las reuniones. No creo que las declaraciones públicas ayuden al buen fin de un proceso de diálogo”, argumentó.

Entre tanto, Aragonès apela a la necesidad de revalidar el acuerdo entre las dos partes para que se ratifique el reconocimiento del conflicto en Catalunya y que lo que se acuerde se someta a votación de la ciudadanía catalana. Y, a modo de advertencia, solicitó avances aventurando que para 2030 se haya celebrado ya el referéndum de autodeterminación. “Cuento con que para entonces Catalunya haya votado”, manifestó. Su pronóstico se produjo al ser preguntado por la candidatura que la Generalitat, el Gobierno español y el de Aragón quieren tirar adelante para organizar los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030. Cuestionado sobre cómo casa su proyecto independentista con la celebración de un acontecimiento internacional bajo la bandera española, Aragonès respondió que espera que para antes de esa fecha haya podido acudir a las urnas para decidir si Catalunya es un Estado soberano. “No se trata de dejar la independencia para de aquí a diez años, ni que cualquier propuesta de desarrollo económico suponga renunciar a la independencia. Queremos que Catalunya vote de forma reconocida, y si vota de forma reconocida antes de 2030 serán los primeros Juegos en los que participaremos bajo nuestra bandera”, ilustró el republicano.

En este contexto, Aragonès insistió en que llevará a la mesa el referéndum y la amnistía avisando a Sánchez de que, si el Estado no da una salida democrática a la situación catalana, volverán los tiempos de zozobra: “O se da una solución democrática o volverá a haber momentos de inestabilidad”. “O esto se encarrila y se permite que esta apuesta y este margen de confianza tengan sentido, o en el día de mañana esto pasará de nuevo, no sé en qué forma ni quién lo hará, si nosotros como Govern o una nueva generación al frente del movimiento independentista. Pero nosotros no renunciaremos a la independencia”, constató el president.Asimismo, apuntó que el gabinete de Sánchez debe encauzar los puntos alcanzados en el acuerdo de investidura con Esquerra: “Si esto no se cumple, es evidente que todo salta por los aires”, recalcó tras ser preguntado por si harían caer al Ejecutivo del PSOE y Unidas Podemos. Pero desde el bando socialista siguen cerrados en banda. “No creemos que un referéndum pueda solucionar nada, sino que ahondaría en las divisiones”, reiteró Granados.

Respecto a la hoja de ruta independentista, el jefe del Govern apuntó que, aunque pueda haber posiciones con matices diferentes, la estrategia de negociación por parte de su Ejecutivo será “una sola”. Sobre si convocará el Acuerdo Nacional por la Amnistía y la Autodeterminación antes de la cumbre de la mesa de diálogo, Aragonès explicó que se está trabajando en el grupo promotor, formado por ERC, Junts y la CUP, y que quiere que sea un “acuerdo sólido” que vaya más allá de una foto, por lo que puede requerir más tiempo. A su vez, llamó a la ciudadanía a movilizarse en la Diada del 11-S en el marco de las precauciones sanitarias ante la pandemia, considerando que esta tradicional reivindicación “puede dejar muy claro que en esta mesa Catalunya pide referéndum y amnistía”.

Priorizan el contenido. Desde los comunes dan más valor a la agenda del encuentro aunque creen que la presencia de Pedro Sánchez sería una buena noticia. El portavoz de En Comú y diputado en el Congreso, Joan Mena, señaló que la mesa es una de las prioridades de los morados este curso y que trabajarán para “el reconocimiento de la plurinacionalidad del Estado y para que Catalunya tenga más soberanía para poder decidir sobre los aspectos mas importantes de la vida de los catalanes”.

“Las declaraciones públicas no ayudan al buen fin de un proceso de diálogo y acuerdo”

Vicepresidenta del PSC en el Parlament

“Hay tanta gente que quiere que esta mesa fracase, que mejor no añadir otro elemento”

President de la Generalitat