- “Sigue la línea represiva propia de una causa general contra el independentismo”. Así reaccionó ayer Pere Aragonès al informe del Tribunal Supremo sobre los indultos coincidiendo con la reunión del primer Consell Executiu del nuevo Govern, y tras la que el president incidió en su apuesta por la amnistía como solución al conflicto. “Ante el dolor que representa la represión para los presos políticos y exiliados y su entorno, no nos opondremos a ninguna medida que pueda aligerar este dolor”, precisó el líder de Esquerra. A su juicio, la amnistía representa “a una mayoría amplia de la ciudadanía” catalana, que a su vez es la misma que, como constató, transmitió su confianza a las formaciones independentistas el pasado 14-F. “Nuestra propuesta es clara y ante una represión generalizada, amnistía”, reiteró, y así se lo trasladará a Pedro Sánchez en la cumbre que mantendrán próximamente, antes de que pueda reanudarse la mesa de diálogo. El Jefe del Ejecutivo catalán confía en que el presidente español adopte la decisión “más justa y lo más pronto posible” pese al Supremo.

Desde Junts, socio de Govern, su vicepresidenta y portavoz, Elsa Artadi, señaló que los indultos serían “celebrados” a nivel personal “porque los presos merecen salir”, pero insistió en que la única solución a la “represión” pasa por una amnistía. También la líder de En Comú Podem, Jéssica Albiach, avaló esta medida de gracia porque, “sin ser la solución”, sí sería un “primer paso” para desjudicializar la política catalana. En cambio, el jefe de filas de C’s, Carlos Carrizosa, celebró la “defensa de la convivencia democrática” que a su juicio han plasmado los magistrados del Supremo.

En su comparecencia de ayer, con la toma de posesión de los consellers, Aragonès recalcó que quiere llevar adelante cuatro transformaciones: social, verde, feminista y democrática. “Las múltiples crisis que hemos sufrido exigen una respuesta urgente, sin ninguna dilación”, apuntó, destacando el “buen clima” entre los miembros del Govern y seguro de que “ irá a más” a medida que vayan compartiendo el trabajo. El president rechazó que con la renovación de caras en el gabinete, más técnico que político, busque romper dinámicas de gobiernos anteriores y aseveró que el suyo es un Govern “heredero del anterior y de todos los que nos han precedido”. “La Generalitat no nace hoy; hoy camina con energías renovadas y la voluntad es la de poner las personas que pueden afrontar de la mejor manera las transformaciones, la reconstrucción social y económica y trabajar para resolver el conflicto con el Estado a través de la amnistía y la autodeterminación”.

Quien ayer quiso desterrar la idea de mantener distancias con este Ejecutivo fue Carles Puigdemont, quien aseguró que el Govern “Aragonès-Puigneró” también es el “suyo”. “El Govern Torra-Aragonès era el mío. El Govern Aragonès-Puigneró también es el mío. Gracias a las conselleras y consellers que habéis asumido una de las legislaturas más dramáticas y difíciles; gracias a los que habéis asumido desde hoy el reto y el honor de dirigir el país. ¡Ánimo y coraje”, afirmó en Twitter.

Por otra parte, Sergi Sabrià, pieza clave del equipo de ERC que trabajó el acuerdo con JxCat, será mano derecha de Aragonès, que lo situará al frente de la Oficina del President. Asimismo, la exconsellera de Justicia Ester Capella será la próxima delegada del Govern en Madrid.

Posición de Òmnium. Jordi Cuixart respondió al escrito del Tribunal Supremo, que le señala directamente, tirando del mismo argumento que usó durante el juicio por el 1-O y recalcando que no renunciará al ejercicio de derechos fundamentales, a la movilización no violenta y a la desobediencia civil en defensa de la democracia y el derecho a la autodeterminación. “Ninguna distracción: ayer, hoy y siempre que sea necesario, lo volveremos a hacer. Visca Catalunya lliure!”, exclamó en Twitter. El vicepresidente de Òmnium, Marcel Mauri, acusó al Supremo de ser “un tribunal político, que se dedica a hacer política y no justicia, y en todo caso hace venganza”.