- Cuando el lehendakari se dirigió por carta al presidente español para reclamarle una prórroga del estado de alarma, aprovechó su misiva para poner en evidencia el incumplimiento por parte del Estado de varios compromisos adquiridos con Euskadi, sobre todo, en relación con la transferencia del Ingreso Mínimo Vital. Esta materia tendría que haber pasado a manos de las instituciones vascas en octubre del año pasado, y la demora ya es sangrante para Iñigo Urkullu. También lo es para el PNV, que precisamente ayer lanzaba un ultimátum a Pedro Sánchez para exigirle que intervenga en esta negociación ante el bloqueo del ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá.

El lehendakari traslada su preocupación por esta transferencia al propio Sánchez en la carta enviada el jueves de la semana pasada, lo que supone redoblar la presión al presidente. Según fuentes de la Administración vasca que han tenido acceso a la carta, Urkullu le transmite igualmente la sensación de desorientación por el reparto de los fondos europeos para la recuperación. El consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, cree que las comunidades autónomas han sido meras convidadas de piedra en el diseño del plan, y va a impulsar la figura de los PERTE autonómicos (proyectos estratégicos de recuperación) para que se tenga en cuenta la especialización de cada territorio, se atiendan sus proyectos y no se obligue a trocear iniciativas ambiciosas. El consejero, además, cree que la industria prácticamente no está reflejada en los planteamientos de Sánchez.

La misiva, que ayer seguía sin respuesta del presidente, deja ver el descontento de Urkullu con el nivel de atención a las reivindicaciones vascas. Se suma a la forma en la que Sánchez obvia la palmaria ausencia de garantías en Euskadi a la hora de gestionar el coronavirus, y también al ritmo de cumplimiento de una ley como el Estatuto de Gernika. Es la misma sensación que, en el plano político, tiene el PNV, socio prioritario del presidente español y cuyos votos son necesarios para garantizar la continuidad de la legislatura en el Congreso de los Diputados, pero que ve estos días cómo se responde con largas a su marcaje constante. En el plano de la relación institucional, el lehendakari comienza su carta repasando la convocatoria de la Comisión Mixta de Transferencias prevista para el 10 de mayo, donde van a firmarse la gestión de las prisiones, el transporte por carretera, el edificio sede del Distrito Marítimo de Ondarroa, y el código bibliográfico ISSN. Pero le recuerda que la razón de esa carta también podría haber sido recordarle la falta de cumplimiento del traspaso íntegro del IMV previsto para el 31 de octubre de 2020. Igualmente deja caer que podría haber aprovechado para pedirle un proceso continuado de diálogo y de negociación entre los dos gobiernos para cerrar otras nueve materias previstas para octubre de este año.

El lehendakari no va más allá en sus alusiones. El traspaso del Ingreso Mínimo Vital tendría que haber llegado en octubre, pero se ha retrasado. El Gobierno Vasco no quiere hacer lecturas políticas y apunta a las dificultades técnicas, porque esa prestación social es una ayuda de nueva creación por parte del Ejecutivo español, y aún le está dando vueltas con cambios normativos en tramitación en el Congreso. Pero, más allá de esos tecnicismos, el PNV sí denuncia una actitud obstruccionista de Escrivá. El Gobierno Vasco pide la transferencia íntegra: que la Seguridad Social no pretenda ejercer de intermediaria ni dar el visto bueno a las solicitudes de los ciudadanos que quiera tramitar Lanbide, sino que sean las instituciones vascas quienes realicen las gestiones y concedan la prestación. Dejar amarrado este acuerdo es importante para el Gobierno Vasco, en la medida en que tiene que conectar esta ayuda con la Renta de Garantía de Ingresos que lleva décadas funcionando en suelo vasco.

El lehendakari menciona en su escrito, según las fuentes consultadas por este diario, la sensación de desorientación por la gestión de los fondos europeos Next Generation EU y la participación de la comunidad autónoma vasca en ellos, que tendría que haberse producido siguiendo la letra del reglamento aprobado por la Eurocámara. El reglamento pide "consultar e implicar" adecuadamente a las comunidades, pero Sánchez ha despachado ese punto con las conferencias sectoriales con los representantes autonómicos, ante la queja generalizada de falta de escucha y participación que llega desde distintos puntos del Estado. Azpiazu reivindica su plan Euskadi Next.

En paralelo, la presidenta de la Ejecutiva vizcaina del PNV, Itxaso Atutxa, pedía a Sánchez "intervenir" y tomar "una decisión política" porque el ministro Escrivá "está frenando" el traspaso del Ingreso Mínimo Vital. Esta exigencia manifestada en ETB1 llega después de que el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, haya señalado ya en dos ocasiones de manera expresa al ministro como artífice del bloqueo. Ante la ausencia de movimientos y viendo que Sánchez no toma nota, Atutxa eleva la presión y avisa ya de que "es imposible esperar más". "Ya ha pasado casi un año", recuerda, para añadir que "es importante la transferencia, y el ministro Escrivá está siendo muy duro y no ofrece ninguna ayuda; él tiene la capacidad para hacerlo desde el ministerio, pero es él quien lo está frenando". "El presidente deberá intervenir y tomar una decisión política, porque es imposible esperar más", avisa.

La carta de Urkullu incluye la petición del estado de alarma, y la vicelehendakari segunda y líder del PSE, Idoia Mendia, no ha polemizado con ella porque no dice nada que el lehendakari no haya manifestado en público. Mendia ha reclamado el traspaso del IMV, aunque no ejerce tanto marcaje con las fechas con el argumento de que debe priorizarse que se cierre en condiciones.

"Es imposible esperar más con el traspaso del Ingreso Mínimo, ya ha pasado casi un año"

Presidenta del BBB del PNV