- Cuando todo indicaba que la campaña de las elecciones del 4 de mayo iba a arrancar sin sobresaltos, al menos más de los que ha habido en una intensa precampaña, la candidata del PP a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, volvió a hacerlo. La presidenta volvió a agitar la pandemia del coronavirus, más concretamente la vacunación, para revolver las aguas. Ayuso se sacó de la chistera unas declaraciones en las que aseguró no ver mal que las empresas salgan fuera de España a los mercados a comprar vacunas. Sería “interesante”, detalló, “empezar a trasladar patente y que todos los países” empezasen a fabricar “a la máxima celeridad”. “No veo mal que las empresas fuera de España, en los mercados, no en detrimento de la Sanidad pública española, empiecen ya a comprar vacunas”, sostuvo, lo que motivó la lluvia de críticas del resto del arco parlamentario madrileño.

Ayuso lanzó así un nuevo dardo a la gestión del Gobierno español de las vacunas. Y no es el único en las últimas semanas. En permanente guerra con Moncloa, y directamente con su inquilino, Pedro Sánchez, la candidata popular hizo pública la propuesta, que se saltaría la estrategia de compra conjunta a nivel europeo. Y es que los estados miembros se comprometieron a no convertir los procedimientos de compra en una guerra de guerrillas entre países, que se asemejaría más a un bazar que a una interacción reglada. Es por ello que el Ministerio de Sanidad quiso salir rápidamente al paso de las declaraciones de Ayuso. “En ningún caso se ha contemplado esa posibilidad”, zanjaron desde el gabinete ministerial comandado por Carolina Darias. Sin embargo, no es la primera vez que Ayuso apunta a saltarse el pacto europeo. A comienzos de este mismo mes se supo que la Comunidad de Madrid había tenido contactos para hacerse con dosis de la vacuna rusa Sputnik, aún no aprobada por la Unión Europea.

El asunto saltó ayer de lleno a las agendas del arranque de campaña electoral madrileño, abierto la pasada medianoche. Los golpes a Ayuso llegaron tanto de la derecha como de la izquierda en su conjunto, el gran rival a batir por el PP el 4-M. Fue el caso de Más Madrid, que según todas las encuestas puede lograr una tercera plaza en la carrera. Su candidata Mónica García afeó la nueva “ocurrencia estrambótica” de Ayuso, para quien es “más importante que se vacune un rico antes que un enfermo”. García dudó de si la candidata popular insinuó la posibilidad de que las empresas privadas se hagan cargo de la vacunación, fue un “desliz” o “algo que dijo conscientemente”. “Dejó caer que se podía vacunar quien lo pudiera pagar. Para Ayuso es más importante que se vacune un rico antes que un enfermo y le vamos a decir que no, que la salud, la educación, los derechos no se mercadean, no son bien de mercado”, profundizó. “Entendemos que a Ayuso le moleste que primero se vacune a los mayores de las residencias que a los directivos de El Corte Inglés, pero es que el mundo no es así, la sociedad no es así, por eso está haciendo una campaña del calamar”, apostilló. Igualmente, el candidato de Ciudadanos, Edmundo Bal, también coincidió con García en sus críticas. “Está empezando con ocurrencias estrambóticas ajenas a un plan de vacunación estatal que debería ser por consenso en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud Pública”, manifestó.

Con las espadas en alto y arrancada la contienda, lo cierto es que cada partido parece haberse tomado el 4-M como una carrera al esprint con calles bien diferenciadas, y muy diferentes a las elecciones de hace dos años. Así, el PP augura un fuerte incremento, incluso doblando su número de escaños respecto a 2019. Sería primera fuerza, y además tampoco parece que sus dos competidores por la derecha -Ciudadanos y Vox- le quiten muchos votos. Los continuos enfrentamientos con el Gobierno de Sánchez parecen dar positivos dividendos a Ayuso. En cuanto al PSOE, es la formación que menos cambios ha realizado y apuesta por una campaña con menos sobresaltos. Sus resultados podrían ser similares a 2019, cuando fue la fuerza más votada. “Soso, serio y formal” es el leit motiv de su aspirante, Ángel Gabilondo.

Otra de las claves será también la pugna entre dos partidos que se mueven en coordenadas similares, caso de Más Madrid y Unidas Podemos. El primero mantendría el tipo mientras que los segundos, tras el fichaje del líder estatal Pablo Iglesias, apuntan a no obtener el premio deseado de ser clave en la formación de gobierno que, en todo caso, miraría a la izquierda. La mayor caída será, a buen seguro, de Ciudadanos. Un desplome en toda regla le puede hacer pasar de 26 escaños a la nada. La mayoría de encuestas le dejan sin representación. Vox podría entrar en el Gobierno.

Primer paso para llegar a la Moncloa. El líder del PP, Pablo Casado, pidió ayer el apoyo para la presidenta madrileña y candidata a la reelección, Isabel Díaz Ayuso, para que los populares puedan llegar pronto a la Moncloa. De hecho, recalcó que el 4 de mayo, día de la cita con las urnas, “empieza el estado de alarma para el PSOE” porque va a entrar en “pánico”. Casado avisó que en este proceso electoral “no solo están hablando del gobierno de Madrid sino de qué España se quiere”. Y acusó al presidente Pedro Sánchez de haber “ninguneado a su candidato”, el socialista Ángel Gabilondo, “opacándole en todas las actividades”. Por último, llamó a aglutinar a los votantes socialistas descontentos con Sánchez.