- La única posibilidad de sumar más apoyos a las cuentas de este año pasaba por Elkarrekin Podemos. El no definitivo de la coalición puso punto final a varios días de intensas negociaciones en un proceso que culminará con la aprobación del proyecto el 11 de febrero en el Parlamento Vasco.

Una vez finalizada la fase de negociación con los grupos de la oposición, ¿qué sensaciones tiene?

-El Gobierno ha hecho lo que tenía que hacer, ha hablado con los grupos parlamentarios con toda la lealtad y sinceridad, tratando de buscar un acuerdo amplio que es lo que desde el principio dijimos que entendíamos que era bueno para el conjunto de los ciudadanos, a partir de que el Gobierno contaba con una mayoría suficiente para aprobar los presupuestos. Al final no ha sido posible, lo hemos intentado de verdad y por un motivo o por otro, han rechazado esa posibilidad. Es una lástima pero el Gobierno aprobará unos presupuestos que podrá poner en marcha cuanto antes en beneficio de los ciudadanos de Euskadi.

¿Ha supuesto una decepción especial el no acuerdo con Podemos?

-Era una posibilidad, creo que conseguir un acuerdo era muy difícil. No hace mucho tiempo, Podemos mantenía una oposición muy frontal al Gobierno Vasco y al PNV, al menos desde el punto de vista del discurso. Y cambiar las posiciones del rechazo frontal a un intento de acordar, sea con la intensidad que sea, no es fácil. Lo hemos intentado pero sinceramente creo que les ha dado vértigo y miedo, y que no han querido aceptar este reto.

Uno de los principales puntos de discusión con Elkarrekin Podemos fue el alcance político de un eventual acuerdo.

-Ellos han hablado en más de una ocasión de cambio de modelo y tengo que decir que no sé en qué consiste ese cambio de modelo. Nos lo tendrían que explicar. Entiendo que decir que hay que cambiar este modelo o que este presupuesto no responde a la realidad o a la necesidad del momento es algo que políticamente se suele utilizar, pero si se quiere avanzar hay que concretar estas cuestiones. En el futuro esperamos poder llegar a acuerdos positivos para todos con Podemos y con otros partidos.

Se ha constatado que los acuerdos que sí han sido posibles en otras instituciones como Moncloa, Gasteiz o Nafarroa no se han trasladado al Gobierno Vasco y la CAV.

-Hemos hecho un esfuerzo tanto cuantitativo, en cuanto a los dineros para reforzar ciertas políticas, como al tratar de aproximarnos a las reformas políticas que ellos nos exigían. Hemos intentado ver, en el marco de nuestras competencias y sin ir más allá de lo que nos corresponde, los acuerdos que había en Vitoria y en Nafarroa, y proponer cuestiones muy parecidas. Ahí ha sido posible, y con el Gobierno Vasco no, pero tenemos la sensación de que hemos hecho un esfuerzo muy importante para buscar ese consenso más amplio, no ha sido una pose. Ahora hay que mirar hacia delante.

En cuanto a EH Bildu, ¿le sorprendió que acudieran a su reunión sin una propuesta y que remitieran la misma pasados unos días?

-Sí me sorprendió, no me pareció muy adecuado que Bildu apareciera en los medios con una propuesta sin enviarla al Gobierno para poder consensuarla o al menos intentar acercarnos y tratar de buscar un acuerdo. Tenían una postura muy maximalista en el sentido de que lo que querían era cambiar el modelo presupuestario, decidir sobre la cuestión de los fondos europeos y tomar parte activa en los temas de fiscalidad. Y lo que les decíamos es que esa era una labor propia del Gobierno y que no había que confundir el papel del Gobierno, que tiene responsabilidad en estas materias, y el papel de la oposición.

¿Y respecto a PP+C's y Vox?

-Desde el principio ya se vio que iban a presentar una enmienda a la totalidad, se reunieron con nosotros cada uno por su lado y nos dijeron que no iba a haber ninguna posibilidad de acuerdo. El argumento es muy simple, pero lo entiendo también y lo respeto.

¿Cuál es, por tanto, su balance?

-Me queda la satisfacción de que ningún grupo ha hecho una crítica de fondo que descalifique el presupuesto, con lo cual tengo que interpretar que en el fondo es satisfactorio para el conjunto de los grupos. No ha habido una crítica demoledora ni mucho menos han planteado una propuesta alternativa o cambios drásticos a lo que se proponía. Por lo tanto, entendemos que el presupuesto responde a las necesidades, y de alguna forma, aunque sea implícita, no explícita, tiene ese apoyo del resto de grupos, aunque no puedan manifestarlo ni hayan decidido dar un voto positivo al Gobierno.

¿Pesa aún la decepción de la negociación de las anteriores cuentas con EH Bildu, cuando tocaron el pacto con la punta de los dedos?

-En 2019 no pudo ser y seguiremos trabajando, al Gobierno le corresponde presentar unos buenos presupuestos, lo hemos hecho, también intentaremos hacerlo el año que viene y trataremos de buscar consensos más amplios, veremos si es posible. Creo que en este tipo de situaciones habría que mirar más hacia el futuro, a cuáles son las necesidades de los ciudadanos y tener un poco más de generosidad política a la hora de plantear los apoyos. Yo lo veo así, otros lo ven de otra manera y evidentemente respeto la visión política de cada uno.

Tras esta experiencia apela a posibles futuros acuerdos con los grupos. ¿Cuándo podrían producirse?

-No lo sé, las cosas políticamente maduran cuando maduran. La situación economico-presupuestaria y de la pandemia evolucionará y todo ello va a condicionar la marcha de la salud, la economía y la política. Esto es muy dinámico y los acuerdos se alcanzarán cuando se pueda. Desde luego, el Gobierno tiene voluntad de seguir trabajando siempre por la vía del consenso, a pesar de que numéricamente no necesite más apoyos que los del PNV y el PSE.

Dada la actual coyuntura, ¿son los presupuestos más importantes de la democracia?

-Siempre se dice que son los más altos de la Historia, y evidentemente son mayores que los del año anterior. Pero ha sido un aumento mucho más importante que el de otros años, en la legislatura pasada terminamos creciendo en torno a 300 millones de euros, este año el gasto real lo hace en 770 millones de euros adicionales para repartir entre los departamentos, lo que supone crecer un 7,1% para llevar adelante las políticas públicas. Esto se hace además elevando el endeudamiento al límite, con un aumento del 2,2% del PIB. Es un esfuerzo importante pero la situación excepcional, tanto sanitaria como económica, así lo exige. Es el momento de hacer los esfuerzos económicos que hagan falta para impulsar las políticas públicas de salud, educación, innovación, inversiones... Es momento para ser valientes, no para dejar temas importantes atrás, y esa ha sido la apuesta del Gobierno. Por eso creo que no ha habido una crítica de fondo de los partidos políticos.

Los sectores más afectados por la crisis como los hosteleros y los comerciantes, ¿se verán salvaguardados por estas cuentas?

-El Gobierno ya ha estado el año pasado actuando activamente en pro de ayudar a los afectados por la pandemia en diferentes ámbitos. Cada departamento en su ámbito sectorial ha instrumentado las medidas que entendió oportunas y el Gobierno ha financiado esas medidas. De aquí a futuro el Gobierno también irá adoptando las medidas que entienda que hay que adoptar, y a mí lo que me corresponde es buscar los recursos financieros para que se pongan en marcha.

¿Cómo encajan las ayudas de los fondos europeos? ¿Qué papel le tocará acometer al Gobierno Vasco, y cuándo?

-El Gobierno Vasco ha presentado un plan, Euskadi Next, que incluye proyectos de país, interinstitucionales y en colaboración con las empresas privadas, y que cumplen las condiciones que Europa exige para obtener esos recursos. Todavía hay muchas incógnitas desde Europa y desde Madrid sobre cómo van a llegar los dineros y cuándo. Estamos preparados con una serie de proyectos solventes para contribuir a los cambios necesarios de cara a asentar la economía de futuro de forma más sólida. Vamos a tener que trabajarlo día a día, ya tenemos equipos en ello, y lo vamos a hacer de manera colaborativa, con otras instituciones como diputaciones y ayuntamientos y con las empresas privadas. No podemos concretar mucho más porque cada día vamos conociendo cosas nuevas y nos vamos a ir acomodando. Nuestro objetivo es obtener la mayor parte de los recursos porque entendemos que eso es bueno para Euskadi.

¿Podrán amoldar estas ayudas, cuando lleguen, a los presupuestos que prevén aprobar en breve?

-En este momento no hay nada contemplado en el presupuesto porque sería imprudente incluir unas partidas sin saber ni para qué ni cuándo van a llegar. Pero en la ley de presupuestos tenemos instrumentada la forma en que lo meteríamos en los proyectos una vez lleguen. Es un trabajo que seguramente nos va a llevar mucho tiempo.

¿Qué destacaría de estas cuentas, cuál es su elemento diferencial?

-Los aumentos más importantes son en salud, con más de 200 millones de euros, y educación, con más de 100 millones. La inversión pública crece en un 6,4%, las partidas de I+D+i en un 9,7%, hay un programa especial covid dotado con 540 millones de euros, luego veremos si hace falta más o menos y con toda la flexibilidad lo instrumentaremos.

¿Qué espera del periodo de registro de enmiendas y del debate parlamentario de las cuentas?

-Este lunes acaba el plazo de presentación de enmiendas, tanto a la totalidad como parciales. El día 29 se celebrará el debate a la totalidad, donde los grupos mostrarán sus posiciones más políticas. Lo que queda es seguir la negociación de las enmiendas concretas para, el 11 de febrero, aprobar definitivamente en Pleno el proyecto de presupuestos, si todo va según lo previsto.

"No me pareció adecuado que Bildu apareciera en los medios con una propuesta sin enviarla al Gobierno para intentar buscar un acuerdo"

"Hay que mirar más cuáles son las necesidades de los ciudadanos y tener más generosidad política a la hora de plantear los apoyos"

"Es momento para ser valientes, no para dejar atrás temas importantes, y esa ha sido la apuesta del Gobierno Vasco"