- El presidente de Aragón es una de las voces dentro del PSOE que no suele afinar del todo con los mensajes que lanza Pedro Sánchez. Y, en las últimas horas, ya por segunda vez y con reincidencia, se vuelve a destacar como una voz crítica dentro de los socialistas con el modelo de Concierto Económico que tiene la comunidad autónoma vasca y que permite a Euskadi recaudar y regular sus propios impuestos. Al hilo de la reflexión que se ha abierto para armonizar impuestos como el de patrimonio en todo el Estado para evitar que la Comunidad de Madrid que dirige Isabel Díaz Ayuso lo coloque por los suelos para atraer fortunas a su territorio, desde el Gobierno español han aclarado que este acuerdo con ERC no afecta al Concierto Económico o al Convenio navarro, sino únicamente a las comunidades de régimen común. Pero el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, volvió a pedir ayer que el debate sobre la armonización fiscal y la financiación autonómica tenga en cuenta a la CAV y Nafarroa, y derivó el debate hacia el Impuesto de Sociedades.

Lambán defendió que la armonización fiscal y la reforma de la financiación autonómica se aborden en el marco del Consejo de Política Fiscal y Financiera, el órgano que congrega al Gobierno español y los consejeros de Hacienda de las autonomías (en el caso de los regímenes forales, tienen su propio cauce con las comisiones bilaterales con el Estado). Lambán criticó que la CAV y Nafarroa ofrecen un Impuesto de Sociedades “inferior” a otros territorios y eso atrae a las empresas. A su juicio, “no parece demasiado razonable” para las comunidades autónomas vecinas. El socialista trata de agitar un discurso casi histórico en los sectores más centralistas, que se remonta al conflicto de las vacaciones fiscales y también a los roces con las comunidades limítrofes con Euskadi, como La Rioja. Tras la última modificación vasca, que dejó el Impuesto de Sociedades en un 24% frente al 25% estatal, ya se escucharon voces agitando este discurso. Lo que pide Lambán no es que se suprima el Concierto, sino una suerte de intervención para que Euskadi también se vea obligada a subir sus impuestos y no sea más atractiva que otros territorios.

El Concierto es un sistema de riesgo unilateral, de manera que, si las diputaciones forales no logran recaudar el dinero necesario para cubrir los servicios públicos en medio de una época de vacas flacas, tiene que arreglárselas con sus propios recursos o movilizando deuda en los mercados. No tiene la seguridad que sí tienen las comunidades de régimen común, que pueden pedir un rescate al Estado. Por esta misma singularidad, Euskadi se vio excluida de uno de los tramos del fondo para luchar contra el coronavirus que activó Pedro Sánchez, sin que se escuchara entonces ninguna voz de solidaridad o protesta desde los partidos que piden homogeneidad. Además, Euskadi paga al Estado un Cupo por los servicios que ejerce en suelo vasco, pero también en concepto de solidaridad con otros territorios.

Lambán pidió arreglar la financiación autonómica y solicitó al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que se mantenga “firme en sus compromisos” y “avance en la dirección de buscar más igualdad” entre las diferentes comunidades autónomas.

Lambán no pide que se suprima el Concierto, sino una intervención para que Euskadi también se vea obligada a subir sus impuestos