- El lehendakari asumió un riesgo cuando dio un paso al frente para solicitar el estado de alarma a Pedro Sánchez como percha jurídica para aprobar restricciones de movimientos contra el coronavirus. No solo porque sea llamativo que lo dijera un representante aber-tzale, sino porque se exponía a que cayera en saco roto. Pero el respaldo abrumador de las autonomías (salvo las del PP, que mantienen un pulso con el presidente español) y la constatación de que Sánchez ha atendido sus principales demandas le conceden un balón de oxígeno y refuerzan su papel al haber sido el artífice de un desbloqueo que beneficia a todos en el Estado. Sánchez atendió la petición del estado de alarma, accedió a que fuera en todo el Estado, y también nombró a los presidentes autonómicos como autoridades delegadas para que lleven el mando, estableciendo como única obligación el cierre nocturno, aunque es una demanda que el propio Urkullu defiende.

Tras ese anuncio, desde Lehendakaritza aseguraron que se ofrece a Euskadi "el margen de actuación necesario para responder a la situación y evolución de la pandemia con la agilidad y premura que la emergencia actual requiere, con el deseo de que sea abordada en clave de corresponsabilidad individual y colectiva cumpliendo con las medidas que intentarán ser lo más ajustadas, proporcionadas y equilibradas" para afrontar el virus. Esta mañana la comisión asesora del Plan Bizi Berri planteará "nuevas medidas". Urkullu se puso ayer en contacto con la presidenta del Parlamento Vasco y con los responsables de los partidos políticos.

Lo que ha conseguido el lehendakari es, en primer lugar, un espaldarazo para que la medida que le tumbó el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco porque no tenía la percha de la alarma pueda entrar en vigor como medida obligatoria, y no como recomendación que quede al albur de la buena voluntad de cada persona: podrá prohibir las reuniones de más de seis personas. También podrá dar rango de obligatoriedad a que no se pueda entrar y salir de los municipios con más de 500 contagios por 100.000 habitantes, y decidir si cierra la comunidad. A todo ello se le suma el cierre nocturno al que obliga el Estado en todos los territorios, aunque Urkullu podrá regular a qué hora empieza y acaba. Tiene un margen de hora antes o después de las 23.00 horas para que empiece, y antes o después de las 6.00 horas para que finalice. Para las restricciones de aforos al 50% en los bares o el cierre a las 0.00 horas, no necesita cobertura.

El PNV no ha decidido el voto en la prórroga, que además podría tener otro decreto y modular la obligación del cierre nocturno dejando otro margen a las comunidades.