- José Ramón Beloki era el diputado de Economía del ente foral guipuzcoano en agosto de 2000 cuando ETA asesinó a Joxe Mari Korta en Zumaia. Quien era un estrecho colaborador del diputado general Román Sudupe recuerda que “el día del atentado estábamos en Aranzatzu, ya que habíamos empezado a trabajar con el proyecto de remodelación de Arantzazu. Saliendo de allí nos llamaron para decirnos que habían asesinado a Joxe Mari Korta. Fue un tremendo impacto. Recuerdo que me dirigí directamente a Zumaia, al lugar del atentado, donde ya estaba el diputado general Román Sudupe”.

Según Beloki, Joxe Mari Korta “era un hombre como cualquiera, que trabajaba por este país lo mejor que sabía y podía. Era un hombre que lo que tenía claro es que no nos íbamos a rendir ante actitudes mafiosas. Podían chantajearnos, pero estaba claro que no iban a mandar en este país en los términos que ellos querían”.

El periodista y político jeltzale define el carácter que forjaba la figura del empresario guipuzcoano. “Era una persona tremendamente enraizada en este país, pero no solo a nivel empresarial, sino también cultural. ¿Cómo podían doblegar a una persona de este carácter? Pues matándole. Luego buscaron mil excusas y mil tonterías para justificar lo que fue, un asesinato mafioso”, asegura Beloki, que destaca también las profundas convicciones de las que hacía gala Joxe Mari Korta. “Uno no se lanza a hacer una actividad empresarial, compromete todo su patrimonio y sacrifica su vida familiar, si no tiene unas profundas convicciones de lo que quiere hacer. Joxe Mari creía profundamente en este país y en lo que hacía mucho más que quienes le asesinaron”, señala.

¿Era un objetivo claro Korta tras negarse a pagar el impuesto revolucionario? Beloki insiste en que en la diana de ETA “estaba cualquiera”. “Era un riesgo que estaba ahí. En la teoría todos teníamos asumido que era algo que podía ocurrir. Luego, en la práctica, fue algo que dolió, y mucho. Mataban a amigos, y mataban, sobre todo, a gente que, ellos sí de verdad, hacían país”, asegura Beloki, que 20 años después se sigue haciendo la misma pregunta. “¿Para qué? Los mismos que lanzaban proclamas en defensa del pueblo vasco eran los que asesinaban a quienes de verdad trabajaban por el progreso del pueblo vasco”, apostilla.