1.Los objetivos de esta legislatura estarán condicionados por la pandemia y sus efectos posteriores. La salida de la crisis económica, también social y política, marcará los primeros años y todos los esfuerzos se dirigirán a ello. Además, Euskadi tiene un listado de tareas pendientes. Como muestra dos, el cumplimiento íntegro del Estatuto de Gernika o el debate sobre el autogobierno y el envejecimiento de la sociedad vasca y sus consecuencias.

2.En un escenario económica y socialmente adverso, el ejercicio del rodillo puede ser más perjudicial que beneficioso para el Ejecutivo, y la ciudadanía tampoco lo entendería. Sumarían mayoría holgada, pero no pueden olvidar que hay otros actores en el Parlamento con los que se debe contar para buscar una salida sólida. Tampoco puede olvidarse la variable Madrid, por cuanto la gobernabilidad del Estado también influirá por los intereses en ambos planos de PNV y PSE.

3.En este caso la oposición es un bloque político muy heterogéneo que, de cumplirse el acuerdo entre jeltzales y socialistas, su capacidad de acción se podría ver muy limitada. La labor de actor principal recae en EH Bildu por cuanto es el segundo partido en el legislativo y quien más reforzado salió de las urnas. De Elkarrekin Podemos y PP+C’s queda por conocer hasta qué punto pueden afectar los negativos resultados. De Vox, se desconoce su objetivo en la Cámara.

4.Vox es una incógnita y no podemos adelantar su papel. Ya han mostrado distancia respecto a algunos medios de comunicación, veremos qué hace con el resto de partidos. Tampoco se conoce que postura tomarán los demás partidos hacia Vox.

5.Es un debate abierto, aunque en un segundo plano por ahora. El Estatuto, tras cuatro décadas, sigue siendo el único incumplido, ni actualizado. El Parlamento más abertzale (53 escaños sobre 75) de las últimas décadas coincide con que la ciudadanía muestra menos deseos de independencia. Avanzada la legislatura, seguro que el debate sobre el autogobierno volverá a irrumpir.