- El miércoles acusó al PP de buscar la insubordinación de las Fuerzas de Seguridad del Estado y ayer aseguró que a Vox le gustaría dar un golpe de Estado pero no se atreve a hacerlo. El vicepresidente segundo del Gobierno español y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, considera que los ataques furibundos de los tres partidos de la derecha no son meros fuegos de artificio sino que suponen un peligro real, cuando el Estado sigue en plena desescalada del covid-19.

“Nos estamos jugando la democracia”, llegó a decir Iglesias en el pleno del miércoles en el Congreso, que marcó el punto álgido de la tensión política durante la crisis sanitaria. Sin embargo, el suflé no bajó ayer y se vivió un nuevo rifirrafe de altura en la Comisión del Congreso para la Reconstrucción, donde Iglesias compareció por vez primera. El portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, abandonó airadamente este foro como protesta tras la alusión de Iglesias al “golpe de Estado”.

El propio líder de Unidas Podemos se metió en el charco, en lo que se puede interpretar como un contraataque en toda regla contra la derecha. En respuesta a un diputado del PP que le preguntó por Carles Puigdemont, admitió que se sentaría a dialogar con el expresident porque es “el jefe de una formación a la que votan muchos españoles”. Añadió que también hablaría con el presidente de Vox, Santiago Abascal, porque “le han votado millones de españoles”. Y prosiguió: “Aunque me parezca que quieren dar un golpe de Estado antes que defender la democracia, estoy dispuesto a dialogar con él” y con el portavoz parlamentario de ultraderecha, Espinosa de los Monteros, presente en la sala.

Este explotó y exigió al presidente de la comisión, el socialista Patxi López, que “tomara cartas en el asunto”. “Ha dicho que parece, no que vaya a dar un golpe de Estado”, precisó el lehendakari ohia, para quien en Vox tienen “la piel muy fina”. “Estoy hablando yo, no tiene la palabra” cortó al portavoz de Vox cuando este hizo ademán de coger el teléfono. Un cariacontecido López preguntó a Iglesias si quería rectificar su comentario, una oportunidad que este no desaprovechó. Sin perder la sonrisa, ahondo que “a Vox le gustaría dar un golpe de Estado, pero no se atreven, porque para eso, además de desearlo y pedirlo, hay que atreverse”. Tras varios intercambios dialécticos más, Espinosa de los Monteros y una compañera de grupo abandonaron la sala. “Cierre la puerta al salir”, le despidió el dirigente morado.

Poco después, Patxi López pidió disculpas por “algunas expresiones y comportamientos innecesarios” que se produjeron. “No he estado a la altura de lo que es y de lo que significa esta comisión”, añadió. Sin embargo, en la sesión de la tarde tuvo que hacer frente a otro encontronazo. La diputada de Vox Inés Cañizares habló de “pirómanos comunistas”, tras lo que el vicepresidente primero de la comisión y diputado de Unidas Podemos, Enrique Santiago, quiso tomar la palabra. López no se lo permitió, llegando a dar un golpe en la mesa.