- Los recientes ataques del Ejército birmano contra civiles han causado una nueva oleada de refugiados a Tailandia, donde activistas acusan a los militares tailandeses de expulsar a algunos de los que huyen.

En un comunicado, el portavoz del Ministerio de Exteriores tailandés, Tanee Sangrat, indicó ayer que está trabajando con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y otras ONG para abordar la situación en la frontera con Birmana (Myanmar) y prestar la ayuda necesaria.

Desde el pasado 15 de diciembre, los militares birmanos han bombardeado con aviones de combate y artillería zonas civiles en el oriental estado Karen, provocando el desplazamiento de unos 10.000 civiles, de los que unos 6.000 han cruzado a Tailandia, según diversas ONG de Birmania.

La portavoz de la Organización de Mujeres Karen, Naw K’Nyaw Paw, señaló a Efe que los militares tailandeses están acogiendo a los civiles que escapan de la violencia, pero que los obligan a volver a su país cuando los combates se calman. “No les permiten estar mucho tiempo (en Tailandia). La política de Tailandia es no aceptar más refugiados, pero los acogen por razones humanitarias cuando están disparando. Les dejan estar unos días, luego tienen que volver”, aseguró Naw K’Nyaw Paw, quien añadió que los militares tailandeses son responsables de la gestión de emergencia en la frontera con Birmania, aunque en ocasiones son particulares y ONG locales los que prestan la ayuda inmediata a los refugiados.

En un comunicado conjunto, varias embajadas, entre ellas las de Estados Unidos, Australia y la Unión Europea, condenaron el pasado viernes las violaciones contra los derechos humanos por los ataques militares contra los civiles en Karen. “Los recientes ataques contra civiles en el estado Karen, son una violación de las leyes humanitarias internacionales y deben pararse”, señalaba el comunicado.

Sin embargo, la junta birmana negó ayer estos ataques contra civiles y criticó a estas embajadas por usar información “falsa”.