- El Gobierno de Arabia Saudí propuso ayer un alto el fuego en la guerra de Yemen, un conflicto que dura ya seis años, en el marco de una iniciativa de Riad para detener la escalada de la violencia y los ataques que en las últimas semanas han lanzado contra territorio saudí los rebeldes chiíes hutíes, que reaccionaron en principio con escepticismo a la oferta.

En una rueda de prensa televisada, el ministro de Exteriores saudí, Faisal bin Farhan bin Abdullah, instó a los hutíes a aceptar la propuesta hecha por su país, que encabeza una coalición militar que interviene en la guerra del Yemen desde marzo de 2015 en apoyo del Gobierno reconocido internacionalmente.

El jefe de la diplomacia saudí detalló que la iniciativa incluye “un alto el fuego integral vigilado por la ONU”, así como “el inicio de consultas entre las partes yemeníes para solucionar la crisis bajo los auspicios de Naciones Unidas”.

También contempla “la reapertura del aeropuerto internacional de Saná para vuelos directos locales e internacionales”, que están suspendidos desde hace años debido a la prohibición de la coalición árabe, que controla el espacio aéreo de Yemen y solo permite la llegada a la capital de contados vuelos humanitarios.

Bin Farhan destacó que Riad ha coordinado la iniciativa con el Gobierno del presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, los países que integran la coalición árabe, el enviado especial de la ONU para el Yemen y Estados Unidos, y que se produce gracias al “rol positivo del sultanato de Omán, bajo los auspicios de la ONU”.

Sin embargo, advirtió de que Arabia Saudí se reserva el derecho de defenderse contra “los ataques de las milicias hutíes apoyadas por Irán contra ciudades e instalaciones vitales”, entre ellas, las de la petrolera Aramco, que fue blanco de un ataque la semana pasada.

Los hutíes reaccionaron con escepticismo ante la propuesta, aunque sin descartarla explícitamente, y su portavoz, Mohamed Abdelsalam, dijo en declaraciones a la televisión hutí Al Masira que se basa en “ideas que ya han sido debatidas durante más de un año y no tiene nada nuevo”.

Abdelsalam aseguró que la postura de los rebeldes es meramente defensiva y que si parasen “la agresión y el bloqueo” al que son sometidos, detendrían sus acciones militares “de inmediato”, pero que “el trueque del asunto humanitario con el asuntos militar y político es inaceptable”. Por su parte, el ministerio de Exteriores yemení dio la bienvenida en un comunicado a la iniciativa de alto el fuego, a la reapertura del aeropuerto de Saná y al cumplimiento del acuerdo de Estocolmo, sellado entre el Ejecutivo y los rebeldes en diciembre de 2018.

Ese acuerdo buscaba abrir la puerta a uno más amplio de paz en Yemen pero muchos de sus puntos no han sido aplicados ni respetados, y uno de sus escasos resultados ha sido el intercambio de prisioneros de guerra entre los dos bandos.

También, el Gobierno de Emiratos Árabes Unidos, que apoya a otra de las partes del conflicto, los separatistas del Consejo Transitorio Sureño (ahora aliados con el Gobierno de Rabu), celebró la propuesta, al considerarla como “una oportunidad verdadera para poner fin al sufrimiento del pueblo yemení”, en palabras de su asesor diplomático presidencial, Anwar Gargash.

El último alto el fuego fue declarado en abril de 2020 por la coalición, de forma unilateral y por un periodo de dos semanas tras el estallido de la pandemia de covid-19 en un país donde ya se registra la “peor crisis humanitaria” del planeta, según la ONU. El alto el fuego fue extendido cuatro semanas más, durante el mes sagrado musulmán del Ramadán.

Este jueves 25 de marzo se cumplen seis años desde el comienzo de la intervención militar de la alianza árabe en Yemen a favor del Gobierno de Hadi, que tuvo que huir del país y exiliarse en Riad después de que los rebeldes se hicieran con amplias áreas del norte y el oeste, y con la capital Saná a finales de 2014.

Ayuda humanitaria. La ONU dio hoy la bienvenida al alto el fuego en Yemen propuesto por Arabia Saudí y aseguró que tratará de sumar a los rebeldes chiíes hutíes para avanzar hacia la resolución del conflicto y , la reapertura de puertos y aeropuertos para responder a la crisis humanitaria que vive el país.