El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, tiene una complicada tarea por delante. Tratar de unir de nuevo a un Estados Unidos tan polarizado es una de sus prioridades, según manifestó en su primer discurso de victoria, sin embargo, parece improbable teniendo en cuenta que gran parte de sus propuestas consisten en revertir las políticas de su antecesor, Donald Trump.

Pero tampoco lo tendrá fácil para implementar su programa electoral debido a la división del Congreso. Todo parece indicar que la Cámara de Representantes estará dominada por una mayoría demócrata, mientras que el Senado se quedará en manos republicanas, lo que puede llevar a un bloqueo legislativo, como le ha sucedido a Trump en los últimos dos años y como le ocurrió a Barack Obama en su segundo mandato.

Ante esta situación, los mandatarios han optado por las órdenes ejecutivas para sacar adelante las medidas más urgentes. En este sentido, según de The Washington Post, las órdenes que Biden podría emitir nada más llegar a la Casa Blanca serían el regreso de Estados Unidos a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y al Acuerdo de París.

Economía

La medida más urgente de Biden en materia económica será sacar adelante un nuevo plan de estímulo para hacer frente a los efectos de la pandemia. En los primeros meses de la crisis, demócratas y republicanos aprobaron un plan de estímulo de 3,4 billones de dólares en ayudas económicas a empresas, ciudadanos y gobiernos locales.

Sin embargo, desde mayo, el Congreso no se ha puesto de acuerdo para extender esas ayudas. Los demócratas de la Cámara de Representantes aprobaron un plan de 2,2 billones de dólares, una cifra que los republicanos del Senado bajaron a 1,8 billones.

Además, el próximo presidente de Estados Unidos quiere revertir la reforma fiscal que impulsó el actual mandatario en 2017. Biden quiere subir el impuesto de sociedades del 21 al 28%. Asimismo, quiere establecer un tributo para las rentas de más de 400.000 dólares anuales y un impuesto del 15% a las grandes empresas.

El demócrata promete aumentar el salario mínimo a 15 dólares la hora y apuesta por la energía verde para reactivar una economía golpeada por la pandemia del coronavirus: quiere invertir dos billones de dólares para crear 10 millones de puestos de trabajo en el sector.

Coronavirus

Restaurar la credibilidad de los científicos, incrementar la realización de tests, aumentar el personal de rastreo y supervisar la eventual distribución de millones de dosis de vacunas. Esos son los objetivos que se ha marcado Biden para hacer frente al coronavirus. Durante la campaña, el demócrata propuso proporcionar pruebas gratuitas a todos los estadounidenses y contratar a 100.000 personas para el rastreo de contactos a nivel nacional. El presidente electo de Estados Unidos cree también que todos los gobernadores deberían exigir el uso de mascarillas.

Tras su victoria, Biden ha anunciado la creación de un grupo de 12 científicos que le asesorarán a su llegada a la Casa Blanca. "Las decisiones serán tomadas por los responsables de sanidad pública, y no por los políticos", ha advertido.

Salud

El programa de Biden promete ampliar el alcance del programa de salud Obamacare, aprobado durante su periodo como vicepresidente y que Trump ha intentado derogar. Su plan es asegurar a aproximadamente el 97% de los estadounidenses.

Aunque no llega a la propuesta de seguro médico universal, por la que abogan los miembros más progresistas de su partido, Biden promete dar a todos los estadounidenses la opción de inscribirse en una opción de seguro médico público similar a Medicare, que brinda beneficios médicos a los ancianos.

Cambio climático

Biden plantea que Estados Unidos alcance "una economía de energía 100% limpia y cero emisiones netas a más tardar en 2050". El presidente electo quiere volver al Acuerdo climático de París, un paso crucial para avanzar en la "descarbonización" de la economía de Estados Unidos.

Política migratoria

Puede que éste sea el punto de mayor discrepancia entre Trump y Biden. El demócrata planea revertir las políticas que llevaron a la separación de familias inmigrantes (más de 500 niños siguen sin poder reunirse con sus padres dos años después de aquello), se opone a seguir con la construcción del muro en la frontera (propone a cambio mejorar la infraestructura de control en los puertos de entrada a Estados Unidos) y quiere proponer una reforma migratoria que abra el camino a la ciudadanía a inmigrantes que han vivido durante años en Estados Unidos.

Asimismo, reactivará la llamada Acción Aplazada para la Llegada de Niños (DACA, por su siglas en inglés), una orden ejecutiva de Barack Obama que permite a los inmigrantes indocumentados que llegaron a Estados Unidos siendo menores de edad no ser expulsados del país por periodos de dos años renovables indefinidamente. Trump trató de derogar la medida, que afecta a unos 800.000 dreamers (como se conoce a estos jóvenes), el Tribunal Supremo se lo impidió y la cuestión está en un limbro jurídico desde entonces.

Además, promete trabajar con el Congreso para flexibilizar el sistema de visas temporales de trabajo para extranjeros en sectores con escasez de mano de obra local y plantea que Estados Unidos restaure su "su papel histórico como lugar seguro para refugiados y solicitantes de asilo". Biden levantará, seguramente a través de una orden ejecutiva, la mayor parte de las prohibiciones a la entrada de ciudadanos de países de población mayoritariamente musulmana y no blanca impuestas por Trump.

Política Exterior

Biden cree que EE.UU. debe "volver a liderar" frente a los desafíos globales y propone "restaurar" la asociación con la OTAN. Plantea retirar la "gran mayoría" de las tropas de EE.UU. de Afganistán y enfocar su misión en Al-Qaeda y el Estado Islámico. Al contrario que Trump, defiende el acuerdo nuclear con Irán y quiere lanzar una campaña internacional para la desnuclearización de Corea del Norte coordinada con aliados de Estados Unidos y otros países, incluida China. En Medio Oriente, su posición es más cercana a Trump y apoya los históricos acuerdos entre Israel y países árabes como Emiratos Árabes Unidos y Bahréin.

En América Latina, quienes han seguido con mayor expectación las elecciones estadouindenses han sido los cubanos y es que la victoria de Biden es crucial para la isla caribeña. El demócrata aseguró durante su campaña que reencauzará la relación bilateral y revertirá las sanciones de los últimos cuatro años, que han causado un grave impacto en la economía de la isla.

Guerra comercial con China

Los analistas chinos esperan que con la victoria de Biden se recupere hasta cierto punto el diálogo entre ambas potencias y que se suavicen las tensiones bilaterales, aunque advierten de que se tratará más de un cambio en las formas que en el fondo, ya que ven al presidente electo como continuista en la estrategia de contener a China.

Biden buscará cooperar con China en frentes abandonados por Trump como la lucha contra el cambio climático, la no proliferación de armamento nuclear o la búsqueda de vacunas contra la covid-19, pero es muy improbable que dé carpetazo a la guerra comercial que inició hace más de dos años el ahora presidente saliente.

Violencia policial

La campaña de Biden ha reconocido la necesidad de una reforma urgente en la policía en cuanto a la supervisión de los agentes y su responsabilidad en abusos. El presidente electo se ha opuesto, en cambio, a recortes de fondos en los departamentos de policía.

Educación

Biden promete reforzar la educación pública y su financiación. Apoyará programas de educación públicos de 0 a 3 años y tratará de que la educación universitaria en centros públicos sea gratuita para familias con ingresos por debajo de 125.000 dólares.