- Tras participar el domingo en una pequeña protesta pro intervención militar, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, salió ayer en defensa de la democracia y se opuso a un eventual cierre de la Corte Suprema y del Congreso, que han condenado de forma vehemente la actitud del mandatario.

El líder de la ultraderecha brasileña fue objeto de duras críticas tras arengar a un grupo de manifestantes que la víspera desafiaron la cuarentena para pedir el cierre del Congreso y la vuelta del llamado Acto Institucional 5 (AI-5), una iniciativa adoptada en 1968 por la dictadura militar (1964-1985) que dio carta blanca a la represión.

Tras ser censurado por los principales representantes de las diversas instituciones, Bolsonaro subrayó ayer su compromiso con la Constitución brasileña y antepuso la “democracia y la libertad por encima de todo”.

“Aquí no hay que cerrar nada, esto es democracia y respeto la Constitución brasileña y pido que no se hable de eso (un cierre de las instituciones) aquí en mi casa”, declaró Bolsonaro a simpatizantes y a la prensa a su salida del Palacio da Alvorada, la residencia oficial del mandatario en Brasilia. “Las personas normalmente conspiran para llegar al poder. Yo ya estoy en el poder”. Y agregó: “Yo soy, realmente, la Constitución”.

El jefe de Estado justificó su presencia en la protesta del domingo a las puertas del cuartel general del Ejército en Brasilia y señaló que los manifestantes, en realidad, pedían el fin de la cuarentena, como promulga Bolsonaro. “No dije nada contra el Supremo y contra el Congreso, solo hablé en volver al trabajo y pueden escuchar mi discurso, cualquier cosa fuera de ese contexto es querer incendiar una nación”, añadió el gobernante este lunes.

No obstante, en la protesta protagonizada el domingo en Brasilia y otras ciudades del país varios participantes portaban pancartas a favor de un golpe de Estado y en defensa del AI-5, el cual abrió las puertas del más tenebroso período del régimen militar.