l exvicepresidente Joe Biden se llevó el martes la mayoría de los delegados en juego en las primarias demócratas de Florida e Illinois en una jornada con pocos votantes por la crisis del coronavirus en Estados Unidos.Como habían anticipado las encuestas, la opción moderada de Biden se impuso en Florida, el premio mayor, a la del senador socialista Bernie Sanders, por un 61% frente a un 23%, según las proyecciones sobre los votos.

Biden se lleva así buena parte de los 219 delegados del Estado del Sol, como también de Illinois (con 155 delegados), donde obtuvo un 58% de los votos frente al 37% de Sanders, según los conteos preliminares.

En Arizona, otro estado donde este martes se celebraron primarias y donde aún no hay datos por la diferencia horaria, están en juego 67.

Con unas primarias que van por la mitad del camino, Biden sigue allanando el terreno a la nominación para enfrentarse al republicano y candidato a la reelección Donald Trump en las presidenciales del 3 de noviembre.

Biden lleva más de seis puntos de ventaja al actual presidente en los sondeos de opinión.

Tras las derrotas del martes, Sanders se verá sometido a una presión cada vez mayor para que retire su candidatura y deje campo libre a Biden, de manera que hagan un frente único hacia el objetivo común de derrotar a Trump en las elecciones de noviembre y cesen en sus ataques mutuos.

De hecho, en su campaña ya han anunciado que en las "próximas semanas" va a revaluar su candidatura junto con sus seguidores, sin que se sepa cuándo podría tomar la decisión de tirar la toalla.

La eventual retirada del senador por Vermont abre la incógnita sobre si el exvicepresidente de Barack Obama (2009-2017) será capaz de atraer a los seguidores de Sanders, en su mayoría jóvenes con estudios que votan el ala más izquierdista del partido, un reto que se le plantea a Biden y que puede ser fundamental si pretende ganar a Trump en las elecciones.

El propio Sanders ha señalado públicamente que, en caso de que sea su rival el que se alce con la candidatura, pedirá a sus seguidores el apoyo para Biden, porque el objetivo común debe ser la derrota de Trump, pero está por ver si estos le harán caso.

El exvicepresidente ya ha empezado a cortejar el voto de su rival en las primarias, prometiendo que él abandera los mismos objetivos, como la mejora del sistema sanitario, el combate a la pobreza y la desigualdad o la lucha contra el cambio climático.

"En lo inmediato, él (Sanders) está enfocado en la respuesta del gobierno al brote de coronavirus, y en asegurarse que damos cuidado a los trabajadores y a quienes son más vulnerables", dijo Faiz Shakir, jefe de campaña de Sanders, en un comunicado.

Por su parte el presidente Trump, quien frecuentemente inmiscuye sus comentarios en la política interna del Partido Demócrata, sostuvo en su cuenta Twitter que Sanders "ya se rindió, tal como lo hizo la última vez. ¡Abandonará muy pronto!"

En la campaña electoral de 2016, Sanders fue el competidor más recio de la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, quien obtuvo la candidatura demócrata después de que el senador cesara en sus esfuerzos.

A pesar de la epidemia de coronavirus que ha ido paralizando muchas actividades en todo el país, la concurrencia de votantes en las primarias demócratas fue abundante en Florida, Illinois y Arizona. En Ohio, en cambio, se suspendió la primaria.

Dada la ventaja en el número de delegados que ya se ha asegurado Biden y la posible postergación de las primarias pendientes, debido a la epidemia de coronavirus, dentro del Partido Demócrata aumentan las presiones para que Sanders deje la competencia de manera que el partido llegue unido a la Convención Nacional.

El exvicepresidente celebró el martes la que describió como una "muy buena noche", pero apeló a los votantes jóvenes, que están volcados en Sanders y cuyo apoyo será vital para derrotar a Trump en las elecciones de noviembre.

"Sanders y yo podemos diferir en la táctica, pero compartimos una visión común", dijo Biden, citando las causas que abandera el senador izquierdista como la salud, la desigualdad o el cambio climático.

Es difícil calcular el efecto adverso que haya podido tener el coronavirus en la participación este martes: mientras en Florida ha sido algo superior que en las anteriores primarias de 2016, en Illinois se ha hundido. En Arizona, por su lado, creció mucho el voto anticipado, que fue el mayoritario.

Dónde sí es tangible el efecto del COVID-19 es en el futuro de la contienda, dado que Ohio, Georgia, Luisiana, Maryland, Kentucky y Puerto Rico también han aplazado sus primarias.

De aquí hasta el 28 de abril solo siguen en agenda las primarias de Alaska, Hawai, Wyoming y Wisconsin, que entre todas reparten apenas 137 delegados. Asumiendo que no se aplacen también, ningún candidato podrá declararse ganador de las primarias hasta al menos finales de mayo.

Como ya ocurrió con el voto afroamericano con las primeras victorias de Biden en los estados del Sur, las derrotas de Sanders en Arizona y Florida, muestran que el exvicepresidente es el aspirante que a priori ha logrado aglutinar tras de sí el respaldo de los votantes latinos.

Esto es especialmente cierto entre los demócratas de origen cubano, venezolano o nicaragüense, que abundan especialmente en Florida, que han expresado su descontento con el apoyo de Sanders a los regímenes izquierdistas latinoamericanos.

1.153

Las elecciones primarias en Florida, Illinois y Arizona dieron a Joe Biden al menos 249 de los 414 delegados en juego. Con estos, se ha asegurado al menos 1.153 delegados y necesita 1.991 para obtener la candidatura.

861

El martes Bernie Sanders logró 116 delegados y ha ganado en total 861 desde que en febrero comenzó la temporada de primarias.