Pekín - La ciudad de Wuhan, foco del brote de coronavirus, lucha desesperadamente por disponer de más recursos para combatir la epidemia, que afecta ya a más de 28.000 personas en China y que ha causado hasta el momento 563 muertes en el país, según los datos publicados ayer por la Comisión Nacional de Sanidad. Aunque todo el país está prácticamente paralizado, en una suerte de cuarentena "de facto" y con la respiración contenida, la situación en la ciudad de Wuhan -y por extensión en la región de la que es capital, la provincia centro-oriental de Hubei-es, con mucho, la más complicada de todas. De los 3.964 casos nuevos registrados durante el miércoles en China, casi 3.000 corresponden a Hubei, y más de la mitad de ellos a Wuhan, mientras que 70 de las 73 nuevas muertes en todo el país se registraron en esa provincia, 52 en su capital.

Del total de 28.018 infectados en el conjunto del país asiático, casi 20.000 son en Hubei, y más de la mitad de esa cifra en Wuhan, séptima ciudad más poblada de China con 11 millones de habitantes.

Y de los 563 fallecidos, 549 murieron en esa región, de los que 414 lo hicieron en la capital.

El vicesecretario del Partido Comunista de China (PCCh) en Wuhan, Hu Lishan, reconoció que no hay suficientes camas en los hospitales de la ciudad para atender a todas las personas con la infección diagnosticada o sospechosas de tenerla. Además, según pasan los días, las personas que se curan y son dadas de alta aumentan, pero todavía se cuentan por decenas cada jornada (167 el miércoles) mientras que se registran miles de nuevos casos cada día.

Los 28 hospitales de Wuhan designados para atender el coronavirus disponen de un total de 8.254 camas, insuficientes a todas luces para atender a los 10.117 casos confirmados hasta ayer, sin contar a las personas que se sospecha que podrían estar contagiadas.

Javier Pérez es un ingeniero argentino que dirige una fábrica de cajas de transmisión para motores en Wuhan desde hace 3 años y que se ha quedado atrapado en la ciudad junto a su mujer y sus dos hijas pequeñas, de cuatro años y ocho meses. "La cuestión sanitaria está muy sobrepasada, hasta ahora si ibas al hospital con fiebre o algún síntoma te daban una bolsita con medicinas y te mandaban para casa diciéndote que volvieses si te sentías peor", afirma desde su casa en Wuhan, donde lleva 15 días encerrado a la espera de una posible repatriación.

Según el argentino, las autoridades de la ciudad han asegurado que van a habilitar camas hospitalarias en pabellones, centros de congresos, gimnasios y otras instalaciones. - Efe