Los países bálticos piden al COI que no autorice banderas ni otros símbolos de Rusia y Bielorrusia
Los comités de Estonia, Letonia y Lituania piden mantener el veto a símbolos nacionales y recuerdan que Milán-Cortina 2026 seguirá con estatus neutral
Los Comités Olímpicos Nacionales de los países bálticos se han mostrado este sábado en contra de suavizar las restricciones de acceso para los deportistas de Rusia y Bielorrusia, poniendo en tela de juicio la reciente postura del Comité Olímpico Internacional (COI).
Kersti Kaljulaid, presidenta del Comité Olímpico de Estonia, y sus homólogos en Letonia, Raimonds Lazdins, y en Lituania, Daina Gudzineviciute, mostraron en una carta a Kirsty Coventry, presidenta del COI, su "preocupación fundamental" por haber recomendado que se permita competir a los deportistas júniors rusos y bielorrusos bajo sus símbolos a pesar de la guerra que Rusia sigue perpetrando en suelo ucraniano.
"Nos oponemos firmemente a cualquier medida que permita a los deportistas que representan a Rusia o Bielorrusia participar bajo banderas nacionales, himnos, colores, uniformes o como miembros de equipo mientras continúe la agresión contra Ucrania", escribieron Kaljulaid, Lazdins y Gudzineviciute en su carta a Coventry.
Luego afirmaron que Rusia y Bielorrusia estaban instrumentalizando el deporte para difundir propaganda estatal. La reciente Cumbre Olímpica, celebrada en Lausana (Suiza) y presidida por Coventry, recomendó este regreso de deportistas rusos y bielorrusos bajo sus propias enseñas.
Desde que comenzó la guerra en Ucrania, sólo han podido competir en algunas disciplinas como deportostas neutrales y se les ha prohibido totalmente en otros. Ese estatus se mantiene para los próximos Juegos Olímpicos de Invierno, previstos del 6 al 22 de febrero de 2026.
"Creemos firmemente que la credibilidad del olimpismo depende de la defensa coherente de la paz, la dignidad humana y el respeto del derecho internacional", subrayaron los mandatarios de los Comités Olímpicos bálticos. Así, sentenciaron que el deporte debe ser "vía de esperanza" y nunca servir como "un medio para normalizar u ocultar" una guerra.