Estaba previsto que, próximamente, el Ayuntamiento de Barakaldo retirase la cruz franquista ubicada en la Dársena de Portu y que su lugar lo ocupasen unos paneles sobre lo ocurrido en ese mismo punto en 1936, pero un acto vandálico reivindicado en redes sociales por Ernai ha hecho que el monumento desaparezca antes de lo previsto. A lo largo de la madrugada del martes, tal y como se puede ver en un vídeo que ha mostrado Ernai Ezkerralda en redes sociales, un grupo de al menos cuatro personas ató una cuerda a la cruz que estaba unida a un tensor colocado unos metros más atrás que, finalmente, acabó derribándola. La estructura cayó a las aguas de la ría quedando solo en pie la peana que le servía de sostén. "El Ayuntamiento de Barakaldo quiere condenar rotundamente este acción y recordar que el órgano competente en Memoria Histórica ya había decidido de forma participativa la sustitución de este elemento por otro que contase la historia de lo que ocurrió en ese lugar", señaló el Consistorio fabril en el comunicado en el que denunció la acción de Ernai.

Este acto tiene lugar unos meses después de otro que el colectivo llevó a cabo en el monte Buruntza de Andoainllevó a cabo en el monte Buruntza de Andoain, donde también de madrugada el pasado diciembre echó a bajo la cruz de diez metros que coronaba su cima.

Última cruz franquista en Bizkaia

Fue a finales de 2020 cuando la comisión municipal de Memoria Histórica decidió que la cruz del Cabo Quilates debía ser retirada y que, en su lugar, se explicase a la ciudadanía mediante unos paneles lo ocurrido en ese lugar en 1936. De hecho, tal y como explicó el Consistorio barakaldarra en el comunicado de condena del acto vandálico, la elaboración de los paneles que se van a instalar en la Dársena de Portu "está a punto de finalizar y se espera poder presentarlos al Órgano de Recuperación de la Memoria Histórica a finales de marzo o inicios de abril".

Dichos paneles mostrarán que en 1936 estuvo fondeado en aguas barakaldarras el buque Cabo Quilates, una embarcación que durante la Guerra Civil se convirtió en un buque prisión. Tras la toma de Bilbao por parte del bando nacional, la embarcación sufrió dos ataques de los que no hay un recuento exacto de víctimas, pasados 85 años de los hechos.

El primero de los ataques tuvo lugar el 25 de septiembre de 1936, cuando unos milicianos republicanos ejecutaron a un número considerable de presos por considerar que simpatizaban con el bando nacional. El segundo asalto ocurrió una semana después, concretamente el 2 de octubre de 1936. En esa ocasión los asaltantes fueron marinos del buque republicano Jaime I. La cruz que hasta ayer se podía ver en ese punto de Barakaldo recordaba a los franquistas caídos en esos ataques.

Con el derribo de la cruz del Cabo Quilates en este último acto vandálico, desaparece la última cruz franquista existente en Bizkaia.