- Patxi López de Uralde Fernández se proclamó ayer vencedor del XLVII Concurso de Quesos de Ordizia. El pastor de Larrea (Araba) obtuvo una puntuación de 1.633,5 y fue su padre, Pascual, quien recogió el galardón y se puso la txapela (que ya vistió hace 17 años) por un queso “ahumado y con gran sabor”.

El segundo puesto fue para Araia: Unai Lekuona Ruiz de Luzuriaga obtuvo 1.630,5 puntos con su queso ahumado. El bronce fue para los elgoibartarras de Mausitxa, que recogieron el premio con una amplia sonrisa. Su queso, blanco, consiguió 1.629,5 puntos. El cuarto y quinto puesto fueron para Zabaleta e Ipiñaburu, respectivamente. Alberto Fernández, de Tecnomoto, pagó 9.200 euros por la mitad de la pieza ganadora.

Hacer eventos de tal calibre en época de pandemia no es un reto menor, pero la organización respondió con creces. Hasta ahora el concurso de quesos se ha enmarcado dentro de las Fiestas Vascas, que este año han sido suspendidas. Además, se suele celebrar el miércoles, coincidiendo con la feria. En este caso, sin embargo, el único acto que se celebró ayer fue el concurso, a puerta cerrada, aunque con retransmisión en directo. A esta edición se presentaron 43 quesos, cifra parecida a las de años anteriores.

La jornada comenzó con cambios. Los miembros del jurado tuvieron que sentarse en sus puestos nada más entrar al recinto, después de que les tomasen la temperatura y se desinfectasen las manos. En frente tuvieron a los responsables de la Cofradía del queso Idiazabal de Ordizia, quienes hicieron el trabajo de llevar cada queso al jurado para que lo examinase.

En la primera parte de la cata los expertos no tuvieron la oportunidad de tocar los ejemplares, por medidas de seguridad. Después de ese primer análisis, el responsable retiró los quesos para partirlos por la mitad y después volver a acercarlos para que pudiesen ver la pasta, los ojos y el mismo corte. “Realizaremos nuestro cometido lo mejor posible”, destacó el siempre amable Pedro Subijana, mientras comentaba con Elena Arzak las características del queso que tenían enfrente. Acto seguido el responsable cortó el trozo de queso para que el jurado lo pudiese probar y así realizaron esta cata tan inusual.

El evento transcurrió sin grandes contratiempos y también se echó de menos algo el ambiente festivo de otros años. El toque de felicidad lo puso el ganador con sus declaraciones: “Mi hijo Patxi es el que está continuando con el pastoreo y eso me llena de felicidad. Yo tenía la ilusión de volver a ganar en Ordizia y, al final, así ha sido. Estoy muy contento tanto por el premio, como por mi queso”.

Participantes. En total, se presentaron 43 quesos, de los cuales 22 fueron blancos y 21 ahumados.

Sin el gran trofeo. Julen Arburua y Ander Etxebarria tenían la oportunidad de llevarse el Trofeo Kutxa de Oro si vencían en esta ocasión, si lograban ganar por tercera vez en diez años. El joven pastor no llegó a estar entre los catorce finalistas y Etxebarria consiguió la quinta posición.

El gastrónomo, siempre preciso, se mostró impresionado por el sabor durante la primera cata. “Algunos de los quesos ahumados que he probado tiene defectos importantes; uno de ellos sabía a leche quemada, cosa que nunca me había ocurrido”.

La técnica recalcó que aunque la cata fuese distinta y a pesar de no poder tocar el queso, se notaban las características de cada pieza.

Un responsable de la cofradía acercó los quesos al jurado para que los examinasen y después los pudieron probar

“Tenía la ilusión de volver a ganar en Ordizia y, al final, así ha sido”, declaró Pascual López de Uralde tras lograr vencer 17 años después