DONOSTIA- El Gobierno Vasco ha diseñado un plan para "minimizar" el impacto del COVID-19 en la industria y la actividad productiva, que prevé un "proceso de testado intensivo" y que arrancará la próxima semana con una prueba piloto entre profesionales del transporte público y de la alianza Basque Research & Technology (BRTA).
"Proyecto para la reanudación y mantenimiento de la actividad productiva en Euskadi en el contexto de la amenaza del COVID-19" (PRAP) es la denominación de esta iniciativa "de carácter integral de base tecnológica", que prevé un "procedimiento homogéneo de actuación", según el cual las empresas compartirían "información anonimizada" de sus trabajadores con Osakidetza.
La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, ha sido la encargada de presentar el PRAP en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, en la que ha recalcado que no se producirá "ningún problema" con la protección de datos, que se cuidará este aspecto "con mucho celo" y solo se facilitará el nombre del trabajador en caso de un resultado positivo, ya que es obligatorio comunicarlo a Sanidad.
El propósito, según ha destacado Tapia, es "dar un salto cualitativo" y aplicar, mientras no exista una vacuna, "una metodología eficaz en la contención del virus entre los trabajadores de manera sistematizada", para lo cual se unirán "todos los recursos humanos, equipamientos y tecnología de Red Vasca de Ciencia y Tecnología".
Ha afirmado que esta iniciativa asume que la identificación de personas inmunes o no inmunes permitirá a empresas, organizaciones y Administración "personalizar las medidas más adecuadas para proteger la salud de sus trabajadores", a la vez que "optimizar el relanzamiento del conjunto de actividades productivas, sociales y económicas, incluidas las industriales".
Tapia ha dicho que se pondrá en marcha la validación científica y clínica de una red de laboratorios y equipos de muestreo que permitan "afrontar y absorber con plenas garantías la realización extensiva de pruebas y diagnósticos".
Todos los centros, servicios y establecimientos sanitarios de diagnóstico clínico de titularidad privada ubicados en Euskadi están ya a disposición del Departamento de Sanidad desde este miércoles, en que el Boletín Oficial de la Comunidad Autónoma ha publicado la orden que al respecto ha firmado la consejera Nekane Murga.
Los resultados de los test realizados en diferentes grupos de profesionales y la información obtenido mediante un cuestionario de hábitos relacionados con su actividad laboral, se irán analizando en una infraestructura tecnológica, ha explicado Tapia.
"Dado que la gestión de los datos va a ser crucial a futuro, la introducción de la inteligencia artificial podría ayudar a modelar matemáticamente la expansión de la pandemia. La intensidad y forma de una posible expansión resulta crucial para poder actuar y contener a los focos infectados", ha advertido.
Ha añadido que, además, el cruce de esos datos con información proveniente de aplicaciones de los teléfonos móviles, "tales como la frecuencia cardíaca e incluso la saturación de oxígeno", podrían "ayudar enormemente en la detección precoz de sintomatología".
Todo ello, permitirá "la obtención de conclusiones con información de valor añadido tanto para el Sistema público de Salud como para la toma de decisiones de las propias organizaciones empresariales", ha asegurado.
La consejera ha dicho que uno de los aspectos "clave" para el control y contención de las infecciones, una vez que se recupera la normalidad laboral, es la de la "trazabilidad de contactos", para lo que se aseguraría el "manteniendo la privacidad y el cumplimiento normativo en protección de datos".
Ha precisado que ya hay varias iniciativas en marcha, como el "registro de 'círculos de contactos'", que incluye la aplicación COVID-19.eus y que "deberán ser integradas en el proyecto de forma adecuada".
El Gobierno Vasco busca una "procedimiento homogéneo de actuación", para lo que prevé acuerdos de colaboración del Grupo Spri con los cluster, asociaciones empresariales y empresas. Todo los agentes que participen deberán compartir la información "anonimizada" de sus empleados tanto con Osakidetza como con la plataforma tecnológica propia y específica de la iniciativa.
La plataforma catalogará a los trabajadores en función de su condición de persona inmune, persona con positivo en COVID-19 y personal negativo y no inmune.
Además, gestionará, "de forma absolutamente anonimizada", información de los trabajadores relativa "al lugar de residencia, número de personas en la unidad convivencial, posibles personas de riesgo en su vivienda habitual, enfermedades previas", así como "datos resultantes de encuestas realizadas sobre hábitos en el entorno laboral e incluso información general acerca de la evolución de la enfermedad obtenida de medios de información especializada o generalista", ha explicado Tapia.
"Se trata de una herramienta de 'explotación de datos' que se irá enriqueciendo y mejorando conforme más test se apliquen a más trabajadores", ha añadido la titular de Desarrollo Económico, cuyo departamento se coordinará con el de Salud para el desarrollo del PRAP, en el que la Spri ejercerá de "líder" con el apoyo de una Secretaría Técnica.
La prueba piloto que arrancará la próxima semana, y que se llevará a cabo a lo largo de mayo, se realizará a un millar de profesionales de BRTA y a otros mil del transporte público, quienes deberán rellenar también el cuestionario sobre hábitos en el entorno laboral.
Se combinarán los test rápidos serológicos y los PCR a quienes den un resultado positivo. Se hará de forma aleatoria para poder efectuar luego un análisis estadístico que permita obtener conclusiones, ha precisado Tapia.
Terminada la prueba piloto, ha indicado que se trabajará con cada una de las empresas que quieran participar y se estudiará "cuáles son las personas que van a estar en las posiciones de mayor riesgo", como el no poder mantener los dos metros de distancia de seguridad, por ejemplo.