El accidente de una menor en Andoain reabre el debate sobre la modernización de la línea de autobuses en Buruntzaldea
La tolosarra se recupera “milagrosamente” tras salir despedida a la calzada después de romperse la puerta trasera del vehículo en el que viajabaLa Diputación abre un expediente a la concesionaria de la línea y lamenta que se esté bloqueando la renovación del servicio
donostia - Los usuarios habituales de Lurraldebus que cubren el trayecto entre Tolosa y Donostia llevan tiempo mostrando su hartazgo por las condiciones en las que realizan sus desplazamientos habituales, “de pie y en muy malas condiciones”. Trayectos que no son urbanos y que, a su entender, requieren de otras prestaciones más acordes a los nuevos tiempos porque las actuales han quedado obsoletas. El cansancio habitual por el “deficiente” servicio ha dado paso a la indignación tras el grave accidente en el que se ha visto implicada una menor de 16 años, que milagrosamente vive para contarlo. Se recupera estos días de las contusiones sufridas tras salir despedida el martes por la puerta trasera del autobús en el que viajaba. Sus compañeras de la ikastola siguen sin dar crédito a lo ocurrido en la N-I a la altura de Andoain.
Más de un pasajero se apercibió antes del siniestro de que algo fallaba en el bus. El cristal de la puerta trasera emitía un sonido extraño y se movía ligeramente. El autobús llegó a Tolosa con cierto retraso, y pronto se llenó de pasajeros tras hacer paradas en Villabona y Anoeta. “Desde el primer momento vimos que el cristal se movía, pero la verdad es que estamos tan acostumbradas a este tipo de cosas, que en principio no le dimos mayor importancia”, admite Ainhoa Belza, una de las amigas de la joven herida, que viajaba con ella en esos instantes.
No es la única voz que se alza tras lo ocurrido. “Siempre nos hemos quejado de las condiciones en las que se realizan los trayectos en estos autobuses que se han quedado desfasados. Mi hijo es usuario habitual. Ha mandado numerosos escritos a la Diputación y al Ayuntamiento, y ahora va y nos encontramos con esto”. Es el padre de la menor herida quien habla, quien repite la palabra “milagro” hasta en cinco ocasiones. Se muestra indignado al recordar cómo quedó tendida su hija sobre la calzada tras salir despedida por uno de los laterales del vehículo y no por la luna del autobús, como informaron erróneamente fuentes oficiales.
molestias en el brazo Todavía le cuesta dar crédito a lo ocurrido. La menor se queja estos días mucho del brazo. No parece tener ninguna rotura, según las radiografías que le han hecho hasta ahora. Ayer le hicieron las primeras curas para lo que fue necesario quitarle las vendas, que dejaron al descubierto las heridas recientes, que cerrarán, “aunque me temo que psicológicamente va a costar más”, aventura el padre.
Los hechos ocurrieron poco antes de las 10.00 horas del martes. El grupo de escolares, integrado por unos 40 alumnos de primero de Bachiller de la Ikastola Laskorain de Tolosa, cogieron el autobús en lo que era una actividad más de tantas programada por el centro, con destino a la Cámara de Gipuzkoa, en la avenida de Tolosa de Donostia.
El vehículo “llegó con cierto retraso”. Los dos profesores que acompañaban al grupo tomaron asiento en la parte delantera mientras los alumnos se iban distribuyendo a lo largo del autobús, de pie, molestos por la velocidad con la que circulaba. “Iba rápido, tenía prisa, aunque en estos casos no suele ser tanto culpa del chófer como de los horarios tan estrictos a los que les someten la empresa”, sostiene una pasajera de esta linea.
El padre de la adolescente herida también opina al respecto. “Estamos hablando de vehículos que tienen un número de plazas muy limitados para ir sentados, y casi todos se ven obligados a cubrir el trayecto a pie, algo que no nos entra en la cabeza”, denuncia.
La Diputación no tuvo constancia del suceso hasta un día después. A este respecto, el departamento de Movilidad ha abierto un expediente a la empresa TSST, concesionaria de esa línea, por no haber informado de este suceso, del que el ente foral exculpa al conductor del vehículo, pues asegura que “circulaba a la velocidad correcta”. Fuentes del Departamento revelaron ayer a este periódico que el tacógrafo marcaba 82 km/h en una vía de 80 km/h, por lo que entienden que no se puede hablar en términos de conducción imprudente. Los pasajeros tienen otra impresión. Aseguran que el autobús “quería recuperar tiempo y realizó varias maniobras bruscas, saltándose dos semáforos en rojo”.
La Diputación descartó ayer cualquier responsabilidad del conductor. Sí mostró su enfado “por no haber tenido constancia de lo ocurrido hasta 24 horas después, cuando nos deberían haber avisado al momento. Es un problema de la concesionaria”. Consultada al respecto, la empresa se limitó a indicar que los datos del siniestro han sido comunicados a Movilidad, “que será la que informe de todos los detalles”.
Este periódico trasladó ayer a la Diputación las quejas de los usuarios habituales de esta línea de Lurraldebus. Según informó ayer, está a la espera de que se desbloquee el pleito que por el momento mantiene parada la nueva concesión de Buruntzaldea, en la que se incluyen las empresas Garayar, Hasa y TSST, que prestan el servicio de autobuses en la comarca y que no comparten los términos de la renovación.
El padre de la menor se mostraba ayer indignado. “¿Acaso se tiene que morir mi hija para que tomen decisiones? Una cosa es que haya un conflicto, pero no se puede aceptar que no se adopten medidas sobre algo de lo que venimos alertando desde hace tanto tiempo”. Se trata de la única concesión pendiente de renovación en el territorio, puesto que el resto han sido actualizadas durante la pasada legislatura.
“La empresa concesionaria actual para el proceso con recursos. Una vez que salga adelante, todo será bastante rápido. Somos los primeros interesados en que cambien las cosas”, insistieron ayer desde el Departamento de Movilidad.
tendida sobre la calzada El suceso tuvo lugar cuando el autobús se disponía a adelantar a un camión a la altura de la curva de Andoain. Según el relato de los pasajeros, la menor se vio desplazada contra el cristal “defectuoso” de la puerta lateral que se reventó, tras lo cual salió despedida hacia la calzada. La investigación abierta por la Ertzaintza revela que la adolescente dio dos vueltas de campana y se quedó entre los dos carriles. Varios turismos maniobraron para evitar atropellarla.
La Ertzaintza ha informado a la familia de que la rápida reacción de la joven fue determinante. A pesar del fortísimo impacto que le dejo inmovilizada de media cintura hacia abajo, logró alzar medio cuerpo para pedir ayuda e indicar que frenara al conductor del camión que se le echaba encima. Su instintivo movimiento le salvó la vida.
Entretanto, en el autobús todo eran gritos. El conductor continuó circulando unos instantes hasta que se dio cuenta de lo ocurrido y detuvo la marcha más adelante. “Los dos profesores y cinco amigos salimos corriendo hacia ella, en medio de la carretera. Estaba consciente. Tenía la sudadera y los pantalones rotos y sangraba de las manos. Estaba algo mareada y sin los zapatos. Podía hablar, pero inicialmente tampoco lo hacía coherentemente. Necesitábamos el PIN del móvil para contactar con sus padres y no era capaz de decirlo. Llegó la ambulancia y un profesor le acompañó al hospital”, relataba ayer, emocionada, su amiga Belza.
La familia todavía no ha tomado una decisión sobre las medidas a adoptar de ahora en adelante. “Todo es todavía muy reciente. Es algo que tenemos que valorar, pero nuestra intención es pelear para que cambien la flota de autobuses en esa línea y, en segundo lugar, para que se prohíba ir de pie en plena N-I. Si este hecho puede contribuir a ello, al menos algo habremos conseguido”, decía el padre.