Barcelona - El primer niño con una inmunodeficiencia combinada grave (niños burbuja) detectada con el cribado neonatal o prueba del talón ha podido ser curado con un trasplante de cordón umbilical de forma precoz, lo que permitió que ya tenga un sistema inmunitario funcionando correctamente. El trasplante se realizó el pasado 2018 en el Hospital Vall d’Hebron, en Barcelona, a los tres meses de nacer el pequeño y sin que hubiese padecido ninguna infección, lo que facilitó una rápida recuperación de esta patología potencialmente mortal.
Derek es el nombre de este niño, que ayer acudió con sus madres, Raquel Colomer y Nerea Hermoso, a una revisión en el hospital, donde los médicos le dieron permiso para que se le pueda quitar la máscara de la cara que le protegía durante meses de posibles infecciones. Actualmente, Derek ya tiene 13 meses y empieza a andar y, según sus madres, “es muy bueno”, como paciente y como bebé.
La consellera de Salud, Alba Vergés; el gerente de Vall d’Hebron, Vicenç Martínez, y los doctores Pere Soler, jefe de la unidad de Patología Infecciosa e Inmunodeficiencias de Pediatría, y Cristina Díaz, jefa de la Unidad de Trasplante Pediátrico de progenitores hematopoéticos, explicaron cómo se realizó el proceso de curación de Derek.
Cuatro meses ingresado En el mismo encuentro, las madres explicaron que el proceso de todo el tratamiento del pequeño fue “duro” porque no pudieron hacer una vida normal y se pasaron casi cuatro meses ingresados en el hospital, en una habitación aislada. Además, Derek tiene una hermana gemela que está bien de salud y un hermano mayor, que deben irse a casa de los abuelos en cuanto se ponen enfermos, para evitar los contagios y hasta que se dé el alta médica definitiva al pequeño. Los médicos consideraron que la mejor alternativa terapéutica en el caso de Derek era un trasplante de sangre de cordón umbilical, que contiene un elevado número de células madre que se pueden convertir en células del sistema inmunitario en el receptor. “Gracias al trasplante, el organismo de Derek empezó a desarrollar el sistema inmunitario paso a paso”, indicó.
Tras el trasplante, el pequeño continuó aislado para asegurar que la evolución de su sistema inmunitario era correcto y que injertaba bien, indicó la doctora Díaz de Heredia. Un mes después de recibir el trasplante, el niño ya había desarrollado un sistema inmunitario suficiente para ir a casa, y los meses siguientes los médicos controlaron con visitas periódicas su sistema inmunitario, que, ahora, ya es normal y se puede decir que está curado de su enfermedad, afirmó Pere Soler.
El factor tiempo fue “clave” en la curación del pequeño, afirmaron los doctores, y se pudo hacer el trasplante muy pronto gracias a que en la prueba del talón se incluye esta enfermedad. En el caso de esta inmunodeficiencia, Díaz subrayó que si el trasplante se hace antes de desarrollar infecciones, tiene un éxito de entre el 95% y el 100%; si se da una infección pero fue controlada, de alrededor del 80%, pero si hubo y no se pudieron tratar bien, los resultados pueden bajar al 60% o al 40% de supervivencia. “Por eso es muy importante poder hacer el trasplante muy precozmente”, señaló, y el jefe de Inmunodeficiencias de Pediatría del Vall d’Hebron, Pere Soler, observó que EEUU realiza este cribado, al que posteriormente se sumaron Israel y Taiwán, y están en proceso Noruega y Alemania. - Efe/E. P.