Donostia - Por pereza o por descuido, cada día acaban en la basura kilos y kilos de productos alimenticios. Para el conjunto de la CAV se calcula que esa cantidad superaría las 350.000 toneladas al año; lo que equivaldría a medio kilo por persona y semana. La mayoría -casi la mitad (42%)- en los hogares, pero en el proceso productivo también se despilfarra un porcentaje también considerable. Una situación insostenible que las instituciones vascas y los agentes sectoriales quieren atajar.

La meta es el año 2030. Para esa fecha, los firmantes del manifiesto No al despilfarro alimentario en Euskadi tienen el propósito de al menos, reducir a la mitad esas miles y miles de toneladas de alimentos y productos alimenticios que a diario son descartadas en los lineales de los supermercados, desechadas durante el proceso de elaboración o que, simplemente, acaban en el contenedor porque la fecha de caducidad o la de consumo preferente ha pasado.

El reto de lograr la prevención, la reducción, la reutilización y la revalorización de los excedentes alimentarios únicamente es posible a través de la colaboración, participación e implicación de toda la sociedad, no solo de las administraciones públicas sino también de todos los sectores económicos (producción primaria, transformación, distribución, hostelería, restauración, cocinas centrales, etc.), los centros de investigación y tecnológicos, las universidades, las organizaciones sociales y especialmente la ciudadanía”, ilustraban desde la Plataforma contra el Despilfarro Alimentario en la que ya están las principales instituciones vascas y los principales agentes sectoriales que constituyen la cadena alimentaria vasca.

El Clúster de Alimentación de Euskadi colabora para reducir los desperdicios alimentarios que genera la industria.

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En la CAV se calcula que se desperdician 358 millones de kilos al año en toda la cadena de producción alimentaria.