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La travesía de la superación

diez usuarios de aspace nadaron desde la isla santa clara hasta la playa de ondarreta realizando un trayecto de 425 metros de distancia

La travesía de la superación

El recorrido a nado de la playa de Ondarreta a Santa Clara o de la isla al arenal donostiarra es una travesía de 425 metros que muchos donostiarras han realizado al menos una vez en su vida. Y pese a que el mar es algo a lo que mucha gente le tiene respeto y que a otra tanta le produce miedo, no impidió que diez usuarios del centro de Aspace (Asociación de Parálisis Cerebral de Gipuzkoa) tuvieran la valentía de hacer a nado este duro recorrido.

Los protagonistas fueron ayer por la mañana en barco a la isla donostiarra y salieron sobre las 10.40 horas rumbo a la playa de Ondarreta. “Hemos tenido suerte con el tiempo”, afirmó José Luis Sirera, responsable de actividad física e hidroterapia de Aspace y organizador de este evento.

El objetivo de esta salida, explicó Sirera, es el de “romper el miedo al mar”. Detalló que “los diez chavales” que realizaron esta actividad “llevan todo el año haciendo cursos de piscina y el año que viene ya no van a estar con nosotros. Por ello, pensamos que esta es una buena manera de culminar todo este trabajo”, y matizó que “queremos que ellos sepan que pueden hacerlo”. “Tienen que confiar en sí mismos y por ello pensamos que nadar desde la isla hasta la playa es una buena manera de enfrentarse a esos miedos que les puede proporcionar el mar y superarlos”, añadió el responsable, mientras se acercaba gente a felicitarle.

No es la primera ocasión que Sirera organiza esta salida. “Es la quinta vez que realizamos esta travesía, aunque hubo un lapso de diez años en los que no lo habíamos hecho, pero hemos vuelto a retomarlo”, explicó el organizador.

Los diez nadadores realizaron el recorrido junto con otros diez acompañantes. Sirera quiso incidir en este tema y explicó que “no queremos que vengan padres y madres como acompañantes”. “Hace unos años tuvimos una experiencia en la que insistieron mucho y les dejamos venir, pero no salió como deseábamos”, manifestó el organizador.

En cuanto a la protección de los chavales y la prevención para que todo transcurriera con total normalidad, la organización lo tenía todo pensado. “Viene la Cruz Roja con nosotros y nos controlan, por lo que hay mucha seguridad para que todo acontezca según lo previsto”, declaró Sirera en la orilla de la playa donostiarra observando al mar.

Hacia las 11.00 horas llegaron los primeros nadadores a Ondarreta, por lo que tardaron, más o menos, entre 20 y 25 minutos. “Algunos más y otros menos, porque hay que tener en cuenta que todos no tienen la misma edad y por ello algunos necesitan más tiempo que otros”, explicó Sirera y añadió que “lo más importante es que ellos estén tranquilos y disfruten de esta experiencia”.

Mientras llegaban a la meta, los protagonistas se mostraron felices y alguno de ellos levantó el puño con la sensación de haber cumplido su objetivo. Una vez que todos llegaron a la orilla, los familiares los esperaron emocionados . “Se lo han pasado bien. De hecho, algunos todavía siguen en el agua (observa a dos de ellos), así que podemos decir que han disfrutado de la experiencia. Además, los familiares también están contentos, por lo que no podemos pedir más”, concluyó Sirera tras mirar las caras de los presentes.